Mamá Inés

Fiquei fã do café…a verdadeira bica portuguesa e Delta!!! Ambiente simpático…

Una cafetería acogedora en la mitad de la calle Hortaleza que a todas horas del día tiene muchos clientes.
Hace poco han cambiado el diseño y se ha quedado muy chulo. Aquí puedes encontrar café, cerveza, tratas, magdalenas, bocadillos,…
Por la mañana tienen una oferta de café con un bocata, croasant, o algo parecido a elegir. A partir da la 13:30 tienen el menú del día.
Hay mesas para dos o tres o cuatro personas, también hay sofás para estar más cómodo. En la pared hay cuadros modernillos y en la mitad de la tienda hay una pared de cristal para dividir el sitio en dos. La parte fuera que está más cerca de la entrada es muy ruidoso, pero desde allí se ve la calle mejor.
Puedes pedir la contraseña del Wi-​Fi, pero si tienes datos en el móvil mejor no te molestes. Porque la conexión es demasiado lento.
Hay solo un par de camareros que aunque son bastante majos a veces no llegan a dar servicio adecuado a todos los clientes.
Yo prefiero este sitio para tomar un café con un amigo por la mañana antes de las 12 que todavía hay mesas para sentar…

Localizado en plena calle Hortaleza, este local me trae buenos recuerdos de tardes de invierno con un chocolate calentito y un buen libro.
Si lo que buscas es un rato de tranquilidad huyendo del ritmo de la capital, este es tu lugar.
En referencia a lo que ofrecen, honestamente no es nada del otro mundo: cafés varios, zumos, té, algo de comer… Sin embargo son bastante atentos y el ambiente es una burbuja que te lleva a la conversación de tu acompañante dejando atrás todo lo demás.
Se diferencia de los típicos bares madrileños en que en vez de televisor hay colecciones de pinturas/​fotografías de artistas que en ocasiones puedes adquirir y van cambiando periódicamente, en el tipo de clientela que busca invertir un rato agradable aquí y en que no sales oliendo a fritanga.
En definitiva, un lugar para descansar de la jungla de asfalto.

Una de las cafeterías clásicas de Chueca. Me llama la atención que varíen tanto los precios si es de noche o de día, y si ya es caro de día, no te digo nada de noche. El café tiene cuerno de unicornio fijo entre los ingredientes del tueste porque si no, no se entiende… Pero vamos, como el Starbucks, pero en taza más pequeña. El servicio, eso sí, es muy majete.

La cafetería más popular del barrio más popular de Madrid. Precios normales para platos normales. Perfecto para dejarse ver.

Hubo un tiempo que el Mamá Inés era la cafetería más concurrida de Chueca. Diría yo que junto con La Sastrería, que era otro de esos sitios donde de repente te encontrabas a todo el mundo… si es que te daba para entrar, porque solían estar hasta arriba. La Sastrería se fue al garete, pero el Mamá Inés sigue ahí, de una forma un tanto peculiar. Ya no está tan atestado como estaba antes, y siguen sobreviviendo muchas veces a base de servir cafés. Porque quien no se haya sentado un día en el Mamá Inés y se haya tirado hora y media charlando con solo un café, no ha vivido los momentos álgidos de Chueca. ¡Madre mía, cuántas horas muertas habré pasado yo aquí o en los extintos La Troje (aunque hay una «nueva Troje») y Laan Café en mi juventud!
Ahora Chueca, por desgracia, ya no es lo que era. El barrio gay sigue vivo, pero va perdiendo adeptos que se trasladan a otros barrios, en busca de precios más asequibles y quizá una mejor oferta algo más variada. Claro, que también ha volado en parte gracias a la apertura de la ciudad de Madrid, donde parece que hay una mayor aceptación de los gays y las lesbianas incluso en barrios que no son estrictamente «para gays y lesbianas».
El paso del tiempo lo cambia todo, y ha cambiado incluso a la calle Hortaleza, la hermana pobre de la calle Fuencarral y que está aún más resentida desde que esta última se convirtió en una calle peatonal, invitando al paseo de oriundos y turistas. Hortaleza, por su parte, es más que nunca esa con la que al principio no quieres bailar, pero que tras los primeros pasos te sorprende, y en la que encuentras algunas cosas a las que merece la pena para echar un vistazo. Y entre otras, destaca el Mamá Inés por dos motivos: primero, porque aunque pidas un café y te quedes mil horas, nadie te molestará retirándote todo y limpiándote la mesa (algo que me disgusta y molesta a partes iguales y que para mí no es más que una invitación a consumir más o largarte) y segundo, porque da igual a qué horas entres, que vas a tener café a todas horas. Y aquí no puedo más que alzar la voz en nombre del gran Alfonso L (
) para pedir a los bares que no apaguen sus máquinas de café tan pronto, que a algunos nos gusta tomarlo más allá de las diez de la noche.

Ambiente genial! Excelente lugar para degustar cafes y tartas. Muy aCOGEDOr!

Klein aber fein und sehr gemütlich mit freundlichem Personal.

Tolles Café mit vorwiegend schwulem Publikum.

El sitio está genial pero me temo que volveré a ella únicamente cuando se haya pasado de moda y no esté perpetuamente apestada.
Ya no le encuentro la gracia que tenía antes.

Desde hace años Mama Inés es una parada frecuente para tomar café cuando estoy por la zona de Gran Vía o Chueca. El local es muy bonito, muy íntimo, con musiquita ambiental, perfecto para un ratito tranquilo disfrutando de buena compañía. El café es simplemente delicioso, lo preparan con mucho esmero y una buena ración de espumita. Y suelen tener exposiciones artísticas para que también nos recreemos la vista. Nunca he estado de noche pero creo que se transforma un poco para dar un ambiente más cool y de pre-​fiesta nocturna, con copas y cocktails. Yo me quedo con mis tardes de café espumoso, pero que cada uno elija la hora que más le convenga.

Durante un tiempo no hice más que frecuentar este local ya que, aunque no bebo café habitualmente, el bombón lo hacen fenomenal.
Me gusta porque es un sitio ideal para tomar algo sin salirte del centro, acogedor y donde parece que todo el mundo desprende optimismo. Casi siempre que he ido, en fin de semana, me ha parecido ver que era un local frecuentado por osos (la tribu urbana, no el animal, faltaría) y resulta muy curioso verlos en esas pequeñas sillas, claro que el local es pequeñito y difícilmente podrían poner sillones…
Creo que han abierto otra sucursal por detrás de la Calle de Carretas, en la zona de Sol, pero nunca lo he visto abierto. ¡Habrá que probarlo!

Desayunos, comidas, tartas, helados, cócteles… Todo vale en Mamá Inés, un pequeño pero acogedor y familiar café en Chueca. El café es buenísimo y tomárselo en una de las mesas que dan a la calle todo un (pequeño) placer. Música tranquila y exposiciones de fotos dan vida a este café que los fines de semana por la noche tiene bastante clientela, ya que cierra pasada la medianoche. Gran lugar tanto para hacer un alto en el camino y disfrutar de un buen café con una porción de tarta como para «coctelear» con los amigos.

Situado en la calle hortaleza, en pleno corazón de Chueca.
En este café podemos degustar de los mejores desayunos que Madrid nos puede ofrecer. El café es excepcional, destaca por su gran variedad de cafes internacionales.
Por la tarde podemos tener un ambiente mas intimo para pasar un buen rato con los amigos.
Un buen lugar donde juntarse con los que hace tiempo que no veis

Dieses Café befindet sich mitten im Stadtviertel Chueca, bekannt ihre Schwulen– und Lesbenszene. Meiner Meinung nach ist dies die beste Möglichkeit in Madrid zu frühstucken. Man findet dort eine grosse Auswahl an internationalen Kaffees und immer frische Croissants und sonstige Backwaren. Nachmittags kann man dort auch gemütlich in einem chilligem Ambiente ein Bier geniessen. Sehr nette Bediendung und für jeden was dabei

Sympa et calme
C’est un bar calme et sympa pour boire un verre et papoter tranquille. On peut aussi y manger mais c’est surtout les dessers qui y sont très bons.