Mi amor por pastelería Mallorca viene ya de largo, y es que todo lo que he probado de aquí, tanto lo dulce como lo salado, me ha gustado. En mi última visita tomé un chocolate caliente, con un intenso aroma y sabor a cacao, aunque le faltaba un punto de espesura para ser perfecto. Lo acompañé con un trozo de quiche de jamón y queso a la que no le puedo poner ninguna pega. Textura cremosa y buen equilibrio entre el queso y el jamón. Mis amigos tomaron un té con miel cada uno. La carta de té no es muy amplia, pero el té es de buena calidad, y cuando te lo sirven te dan una tarjeta en la que explican el tiempo de reposo que necesita la infusión y las propiedades de esa variedad de té. Además lo acompañan con una mini-pieza de pastel de manzana. También pedimos un trozo de coca de jamón y verduras braseadas, y una palmera de chocolate. Ambas cosas riquísimas, aunque merece mención especial la palmera. Con un hojaldre muy crujiente, no sólo estaba cubierta de chocolate, sino también rellena de crema de cacao. Toda una delicia. Finalmente pedimos una degustación de bombones, que traía siete piezas. En total pagamos 15 € entre tres personas, es decir, 5 € por cabeza, que en relación calidad-precio, me parece que está más que bien. Y en cuanto a los panes, mi favorito es el de frutas(2,75 €), que trae trozos de nueces, avellanas, pasas, dátiles, ciruelas y orejones. Me gusta el contrapunto dulce-salado de los frutos y frutas secas, aunque en mi opinión mejoraría si la harina fuera integral.