Lobato

Ay mi Lobato! hacía tanto que no iba!!! no existía ni Unilocal para comentarlo! qué de tardes y findes enganchada a ésta barra cual alimaña con mis compis del curro.
Hoy tocaba ya. Visita de un antiguo compi y encima asiduo de dicho bar. Nunca he estado para comer a la carta, siempre ha sido apalancada en la barra y cañas, tras caña tras caña hasta muchas veces cerrar y que nos dejen las llaves para echar el cierre.
Curro no muy lejos de allí, y éste bar siempre fue punto de referencia para mi y mis compañeros a la hora de esas «ronda de cañas» cuando acabas la jornada o de cuando un compi va a comer allí y volver al tajo (yo por suerte no tenía que volver), porque el bar, no es que tenga nada del otro mundo., simplemente echar muchas horas allí y acabar haciendo migas con el camarero, casi como un padre, que te pone la siguiente ronda sin haber dicho ni «mú». Eso me encantotea.
Con cada caña, uno, dos o tres platos de tapa para picar. De todo, desde gambas al ajillo, mejillones, torreznos, empanadillas, panecillos con ensaladilla, con jamón y tomate, patatas bravas. millones de combinaciones. Cañas bien tiradas, Mahou (doble combo), por menos de 1,50 €.
Siempre es un placer volver. Es un bar para gente obrera de los alrededores, generalmente se llena a la hora del aperitivo o cuando cierran sus comercios a las 14h para comer y volver a abrir a las 17h. Hay menú de diario por 12 euros y los findes por 20 € (hoy me fijé que pusieron letrero en la entrada).
Tienen tele, máquina de tabaco, un gran salón y la parte de la entrada no es muy grande pero la barra hace de pasillo en donde fácilmente caben como unas 10 personas (hoy hemos sido alrededor de 10 y caben fácilmente).
Estoy deseando volver a mi próxima ronda de cañas!

Bar/​Restaurante típico del barrio donde los haya. La comida y el servicio es muy bueno, yo destacaría las hamburguesas caseras si apetece algo rápido, estan de rechupete!

Una genial opción cuando toca comida casera. El menú es algo más caro que el de otros restaurantes de la zona (doce euros), pero el aumento está más que justificado. Con cuatro primeros, otros tantos segundos, postres o café y bebida. Las raciones destacan por su abundancia (excesiva si luego toca volver al trabajo) y su buen sabor. Además, el servicio es exquisito.
Eso sí, si deseas salirte del menú, el precio se dispara bastante.

Este restaurante lo he catalogado directamente como «de menú», ya que es otro de los que voy con mi marido y sus compañeros, al lado de su trabajo.
La comida es de tipo casero, y aunque son doce euros el menú, uno come como en casa.
La carta no es muy extensa, de todos modos. Mi marido ha probado ya casi todo, pero yo voy a lo seguro: sopa de picadillo o lentejitas en invierno, y gazpacho en verano. Cualquier pescado lo cocinan bien, pero aún recuerdo la merluza con salsa de calamar, de gran aceptación entre la panda.