Living in London

Es un local pequeñito con decoración muy british, quizás excesivamente ñoña, con mesas y sillas minúsculas y muy juntas las unas de las otras. Pretende ser el típico salón de té inglés con sándwiches, cupcakes y una gran variedad de tés.
La comida no está mal, todo rico pero nada excepcional. Para lo que es el precio es carísimo. Pedimos una degustación de tartas y sándwiches y un par de tés, nos costó unos 27 €. El servicio cordial pero desatento, tuvimos que levantarnos de la mesa para que nos cobrasen.
En fin, que no volvería, todo muy mono, una vajilla monísima, azucarillos cristalizados y flores por todos lados, pero nada más. No vale lo que cuesta.

En pocas palabras: EL POSTUREO SE PAGA CARO.
Básicamente, en este sitio puedes hacer realidad tu fantasía de tomar un te británico con toda la
parafernalia: el sitio está perfectamente decorado para la ocasión, la vajilla es muy cuqui y las sillas y mesas son pequeñitas y compactas, supongo que para evocar una reunión de niñas de 7 años, porque en cuestión de comodidad… desde luego que algo incómodo.
Fuí con otra persona a media mañana a «desayunar», asi que por el precio de 20 euros pedimos una especie de combinado de 8 sandwiches y 4 porciones de tarta y, fuera de este precio, un te y una infusión. Para costar 20 pavos, esperabamos algo sustancial o, en su defecto, algo de alta calidad. Pero siento decir que ni una cosa ni la otra: aunque todo estaba presentado muy muy mono, los sandwiches eran del tamaño de raviolis y tampoco gran cosa (la variedad de sabores era bastante poca) y las cuatro porciones de tarta… eran dieciseisavos de tarta, y aunque estaban buenas tampoco eran coherentes con el precio.
Precio final por todo: 27 €. Demasiado caro para lo que nos sirvieron; la relación calidad precio estaba por los suelos. Si te merece la pena ir por la decoración, go for it.
En cuanto al servicio, vimos que las chicas estaban muy despistadas, y tardaron bastante en atendernos y cobrar la cuenta. Eso si, en traer la comida fueron eficientes.

Fuimos unos cuantos amigos aquí porque era el cumpleaños sorpresa de una amiga. Lo escogimos porque le gusta mucho el mundo del té y además está al lado de mi trabajo y todavía no lo había probado como dios manda.
Nos sentamos en la primera mesa, un poco apretujados porque no había sitio. El sitio es muy molón en cuanto a decoración, muy inglés hasta la saciedad y también bien caro!
Me pedí un té frío rojo con limón, muy rico pero que costaba 4 euros casi el vaso y no es que fuese un vaso enorme. Eso sí, estaba delicioso. La carta es muy extensa y los postres tienen una pinta estupenda, pillamos unos cupcakes de limón y frutos rojos para hacer de tarta con las velas.
Nos tiramos tanto rato allí sentados que los camareros se pusieron a limpiar y todo y ya nos dimos por aludidos de que iban a cerrar. Eso sí, muy majos y atentos. Que pena no haber podido comer nada dulce pero es que vamos no creo que tuviesen nada sin lactosa!

Got myself a scone with clotted cream and jam, the only one I’ve been able to find in Madrid. It was sort of expensive but totally worth it, tasted just like the ones I had in London. I’m so glad I came here! It has a really great atmosphere too, lots of purple and they’re celebrating Christmas with festive décor and Christmas carols playing in the background. If you’re craving some authentic British afternoon tea goodies, do yourself the kindness of coming here. It’s bloody scrumptious.

Hoy era tarde de chicas, y la verdad que tenía muchas ganas de ir a conocer este sitio así que sin dudarlo hemos quedado a las 17:00 para hacer más British nuestro plan! :)
De primeras entras y es una tienda que te traslada a Londres: pastas, chocolates, tartas, cajitas monisimas que no se exactamente lo q tiene dentro, bolsas de té, etc. Al fondo hay mesitas con una decoración un tanto cursi pero que encaja muy bien en el lugar, todo está perfectamente medido y elegido. Me daba la sensación de estar merendando en casa de los Banks con Mery Poppins, me encanta!!!
Nos hemos pedido dos café con leche, un zumo de frutas y una tarta de chocolate q francamente me hubiera gustado haber estado menos llena y haber podido comer más pq la porción era generosa y aunque fuera entera de chocolate estaba buenísima!!! Todo esto nos ha costado unos 14 €, es carillo pero hemos pasado la tarde tan a gusto. No he podido pedir más!

Sitio Bonito pero pequeño.Bien decorado. Tarta de zanahoria muy buena. Pero es caro. Los camareros muy secos y distantes

Una cafeteria-​teteria muy cuqui pero algo cara.
Los postres tienen pintaza, rollo inglés, aunque los camareros son un poco secos.

No soy de té así que no puedo valorar la calidad del producto en sí, pero la verdad es que el sitio es una preciosidad y te sientes como una señora británica nada más entrar. Los productos que venden al lado de caja como dice otro Unilocaler son bastante caros.
Eso sí, el menú debería revisarlo un corrector, varios errores de ortografía me provocaron un leve ataque de risa cuando en vez de poner First love, pusieron Fist love…
Justo al lado además está la tienda que vende elementos decorativo con toque British y digamos que tuve que salir corriendo para evitar la tentación de comprarme la tienda entera.

La verdad que me decepcionó, está muy sobrevalorado, al final acabas pagando por la ambientación ya que deja mucho que desear el resto de cosas.
El establecimiento es alargado y estrecho, cuando entras hay una pequeña zona de productos ingleses con precios desorbitados y al seguir adelante tienes la barra donde tendrás que esperar para que te sienten en una de las mesas apretujadas que hay al fondo.
El café no estaba bueno como para pagar 2,30 solo porque te lo pongan en una taza inglesa.
El servicio trabaja sin ganas y es lento. Además que la camarera no sepa hablar inglés cuando un grupo de inglesas les pide algo, deja mucho que desear si estás precisamente en una tetería inglesa.
Aunque la tarta estaba buena, el precio (6 euros) me parecía demasiado para lo que era.
En definitiva, si tenéis ocasión de elegir, siempre podéis escoger otro sitio cerca mucho mejor.

Nice place to have an expensive breakfast with delicious tea and good french type pastries. They have also different cakes that look very tasty and at the entrance they sell coockies, jam, tea…

La idea de un salón de té inglés en el centro de Madrid es formidable… su ejecución es otra cosa. Vamos por partes. La decoración es maravillosa y resulta un sitio muy acogedor, aunque las mesas están demasiado próximas entre sí, por lo que es fácil enterarse de lo que se cuece en la mesa de junto. Además, en invierno el calor resulta insoportable y dan ganas de salir lo más pronto posible a respirar un poco de aire fresco.
Sin embargo, lo peor de este local es el servicio, que deja mucho que desear. Los camareros se equivocan con frecuencia y tampoco es que se expliquen muy bien. Parece que en «Living in London» la simpatía brilla por su ausencia. Los comestibles ingleses que venden cerca de la caja son realmente caros y se pueden encontrar mucho más baratos en los supermercados con sección de productos internacionales. En ese sentido, no están justificados los precios.
Pero no todo es malo. Lo mejor del sitio, por lo que le he puesto tres estrellas, son sus caras pero magníficas tartas. La tarta de queso o cheesecake es, quizá, la mejor que se pueda encontrar en Madrid, con un intenso sabor a queso y una cobertura fresca de frambuesa realmente genial. Los tés son muy recomendables también. En fin, que si no os importan las pegas, merece la pena caer un día por ahí para probar las tartas.

Intenta hacer tú mismo la cuenta. Si compras un buen lote de productos ingleses de los que tienen en la zona de tienda del local, casi que te sale más barato ir a Londres en Business, comprar allí en cualquier M&S (o incluso en Fortnum & Mason) y volverte tan pancho. Demasiado caro, por lo que te lo has de pensar muy mucho antes de decidirte a comprar alguna cosa, aunque las mermeladas tienen una pinta…
Luego el local en sí, coincido con otras críticas de que el servicio no es absolutamente NADA simpático, lo cual choca cuando quieres revivir el rollo inglés, donde te sonríen y te tratan genial en cada momento. Quizás es porque lo único que quieren realmente traer de Londres son los precios… Asientos incómodos y mesas demasiado juntas, una reverberación del sonido mala (no te cuesta nada oir conversaciones de mesas algo alejadas)… Eso sí, la presentación de las tostadas del desayuno, con su minimermelada, minimantequilla y demás, muy mona.
Id sólo si te invitan y no es un amigo el que tira el dinero.

A este sitio que me descubrió el azúcar en forma de trapezoides morenos le voy a poner las tres estrellas por ser la que exactamente se merecen, ni una más (por excesivamente caro, un punto creído y muy cargado de ñonería) y ni una estrella menos, precisamente, por todo lo anterior y por proporcionar esa sensación de haber salido de madrid para entrar en una tetería de la campiña inglesa y por esa tarta de zanahoria recubierta de nata agria que me muero.
Ah, yo a las dependientas no las he visto sonreírme nunca.
El nivel de clavada es el siguiente: las tartas de polvos DIY pero ya hechas 40 eurazos. Ahí queda eso.

El típico salón de té muy lady donde tomar té con tartas, eso sí, a precio de orillo. Los tés cuestan 2,5 € y las tartas, atentos, 6. Eso sí, están DE MUERTE, bien pagadas está. No es un sitio donde puedas ir cada día por el tema de las calorías y lo carillo que es pero está muy bien para darse un capricho.
A la entrada tiene una tienda (cara, también) donde venden sus tés, tartas, dulces y caprichos. Al fondo está el saloncito que está muy mono decorado en plan inglés romántico. Las vajillas son muy británicas, con cada taza diferente, y al menos las teteras dan para dos tazas bien llenas de té.
Es un sitio muy agradable para merendar, la verdad. Y para no contar calorías ni dinero.

No recuerdo exactamente qué nos llevo a entrar a esta tienda el otro día a un amigo y a mí, pero flipamos: parecía que la Navidad hubiese explotado (de forma literal) dentro de la tienda. Absolutamente todas las estanterías estaban repletitas de decoración navideña, hasta tal punto que nos quedamos un poco atorados después de la experiencia.
‘Living In London’ es, como su propio nombre indica, el sitio donde comprar cualquier cosa decorativa típica británica. Pero, para no faltar a la verdad, hay que añadir que cualquier británico de hoy en día diría que algunos de sus productos resultan un poco «cheesy». Es decir, un poco cursis.
Tienen cosas geniales, como los expositores de cristal para guardar las tartas y cosas así, e incluso puedes encontrar una amplísima variedad de teteras. No obstante, al mirar sus precios te darás cuenta de que casi todo es algo caro, probablemente porque viene directamente de importación. Otras cosas incluso te preguntarás para qué sirven… aunque seguro que todo tiene su razón de ser.
Recomiendo la parte de atrás de la tienda totalmente: tiene unos pequeños carteles en los que se lee «saldillo» y algunas cosas rebajadas hasta al 50%.

Es un sitio de cuento, lo que entendemos por un salón de té. Acogedor, cómodo y envolvente. Ideal para merendar o desayunar. Nunca lo he probado a la hora del almuerzo (que nos empeñamos en llamar brunch) pero la carta pinta bastante bien.
Me encanta la combinación de un buen té con leche y un scone (pasta-​bollo tradicional inglés) con su nata y su mermelada. Delicioso.
A la entrada tenemos la tienda, donde se pueden adquirir todo tipo de tés, pastas inglesas, tartas… Muy recomendable.

Después de tomar una deliciosa tarta de zanahoria en el Living in London, y comprar una cajita de té que tenía descuento, me pico el gusanillo y entré a la tienda de complementos, que tienen a un par de locales.
La tienda es de complementos british, muy apta para todas aquellas personas que quieran ser toda una british lady. Yo me sentí un poco agobiado con tanta taza de té con rosas y otras flores, manteles imposibles, jarrones y flores para poner tu mesa bien «decorada».
Aunque no coincide con mis gustos y los precios son más bien caros, el trato de la dependienta fue magnífico. Al final, si que piqué y me compré un recipiente para conservar la mantequilla.

«Que sitio más cuqui»…pensamos cuando entramos en Living in London. Una pequeña tienda el pleno centro de la capital donde podrás encontrar todo tipo de objetos y utensilios de lo más originales. Puede resultar un poco cara, pero para verla y comprarte un caprichito, pues está bien. Además cuenta con una gran variedad de tés.
La decoración al más puro estilo londinense encaja perfectamente con la música de fondo y la simpatía de las dependientas.
Además de la tienda, en la misma calle puedes encontrarte también el restaurante bajo el mismo nombre. Habrá que ir por allí para poder opinar sobre él.

Pues esto es lo que viene siendo un salón de té londinense, en el centro de Madrid claro. Tienen una super selección de tés, y unos bizcochos de caerse de espaldas, unas pastas majísimas, una decoración muy victoriana, bueno, modernamente victoriana porque la época victoriana era mucho más interesante y oscura que este salón de té de colores pastel. La verdad, es mono, pero muy cursi. Tienen también sandwiches y sopas en la carta (una muy buena de remolacha por cierto), y una cosa muy buena y admirable y es que con una parte de sus beneficios sacan adelante una escuela en Tanzania.
Dos números más abajo tienen una tienda que se llama simplemente Living in London donde se pueden comprar todo tipo de productos británicos.
Sales más o menos por veinticinco euros por cabeza.

Living London es un salón de té además de una tienda de productos relacionados con esta infusión.
Tienen gran variedad y esta bien para estar de tranqui

En este local podremos disfrutar de la alternativa mas de moda y en boga contra la crisis, los brunch, es decir esa mezcla de desayuno-​comida, ideal para quedar bien y en ocasiones tanto que se repite. Este local situado en Alonso Martinez y con toque ingles, nos ofrece unos suculentos desayunos. Desde el Miss Marple, ”desayuno con bollos”. Para tomar, recomiendo tomar te, se ofrecen mas de 20 variedades y para comer, por que no, su amplia seleccion de bollos de nata y derivados gustaran al mas goloso.
Es un lugar bastante coqueto, familiar y donde te puedes encontrar muy agusto. Destaco el papel de la pared, muy oportuno, desde aqui felicito al que opto por incluirlo.
Ademas es un lugar no muy caro, desde 3 euros cualquiera sale mas que menos sin hambre.
Lo mejor: desayunos, los bollos y sus te.
Lo peor: nada, es un lugar muy bueno.