Fuimos a Casa Pedro esperando que tuviera una barra para tomar algo en un ambiente más informal que el de mesa y mantel cuando les preguntamos si había barra nos dijeron que podíamos ir a la bodega de pedro, que está a la vuelta de la esquina. Al entran CLON suena el cencerro que hay colgado de la puerta, y te das cuenta de que todo está decorado para recordarte a una casa de pueblo, el techo abovedado, las ristras de ajos, el ladrillo visto, los toneles, las maderas, al entrar te parece estar entrando en una casa antigua de pueblo, te sientas y tienen la misma carta que en casa Pedro, pero luego se te acerca un camarero muy simpático que conoce su oficio y te dice que allí los platos de cuchara son la especialidad y te narra una lista de 8 platos fuera de carta y te debates durante diez minutos entre las lentejas con jabalí o los garbanzos con boletus y acabas pidiendo alcachofas con boletus y callos, pasas un rato muy tranquilo en un lugar super acogedor y que no te esperabas en el pueblo de fuencaral y sales más que saciado habiendo pagado 45 € dos personas, por los platos comentados 5 cervezas y una tarta de queso. Luego como el sitio nos gustó tanto preguntamos si podíamos ver el resto, en la planta menos uno tienen un comedor con sillas mesas y manteles al uso y en la menos dos una bodega llena de vinos muy muy grande y un pozo rodeado de unos bancos de madera para sentare allí a catar la bodega. Nos gustó mucho sin duda volveremos.