Todo un descubrimiento. Una cafeteria de las de toda la vida, que no ha renovado mucho el mobiliario y eso le da su encanto. Pero lo mejor es los majos que son los dueños, llevan más de 25 años, sus buenos precios y lo bueno que está todo lo que prepara Mari. Asturiana de procedencia hace un lacón espectacular. Y la tortilla de patatas, las croquetas, todo lo que prepara está muy muy bueno. Da gusto ir a sitios así.