Un buen día llegas a tu casa, metes la llave y la cosa no tira. Ni para delante, ni para detrás, ni a un lado ni a otro. NOTIRA. La cerradura nunca ha ido bien, pero no te imaginas que te puedes quedar en la calle. Finalmente y, tras mucho esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas, la cerradura cede y te encuentras sentado en el sofá de tu casa, aterrorizado por si te vuelve a ocurrir. Examinas la cerradura y la pruebas un par de veces antes de volver a salir, parece que ha vuelto en sí. Sales con miedo, y cuando vuelves, parece que el problema se ha resuelto, pero la cerradura sigue sin ir todo lo fina que debería, y pasas de vivir con miedo. Llega entonces la segunda fase del miedo, la de llamar a un cerrajero. Yo no sé cómo es vuestra experiencia en general con este tipo de temas, pero la mía es rematadamente mala: un día me pasó una cosa similar(pero tuve que llamar al cerrajero de urgencia) vino, cambió un muelle y se llevó 250 € del ala por poco más de treinta minutos. Desconozco las tarifas del gremio y lo que se cobra por urgencia, pero me pareció una estafa. Ahora la cosa no era tan urgente, y así se lo hice saber a la persona que me atendió el teléfono. «El cerrajero se pondrá en contacto con usted para concertar una cita». Dicho y hecho: al día siguiente el cerrajero me llamó para concertar una cita. Vino a verlo, sin coste, y me recomendó cambiar la cerradura. El coste total, 60 € por cerradura, 65 € por la mano de obra, todo eso más el IVA. Este presupuesto es gratuito y no me pareció salvaje, así que le dejé hacer. El tipo, que se llamaba Ángel y era bien simpático, se aplicó muchísimo, la verdad. Vio que la puerta no encajaba bien del todo y estuvo haciendo ahí unos arreglos, y me dejó puesta una cerradura que va suavísima. Se portó bastante bien, tardó nada y menos, y me permitió ir a sacar dinero(obviamente, yo ese dinero no lo tengo en casa ni muerto!). Cuando volví me hizo la factura y todos tan contentos. Incluso mi bendita casera que es quien, en última instancia, ha pagado la reparación. La verdad es que buscar cerrajero me parece un marrón casi tan grande como el de buscar veterinario, peluquero o dentista. Fontanero no, porque tengo uno en la familia(¡hola papá!). Pero como entiendo que al 90% de la gente le da auténtico pánico llamar a uno de estos profesionales para que le arreglen algún desperfecto en su casa, me animo a poner esta reseña, que estoy seguro de que ayudará a infinidad de Unilocalers.