Creo que éste es de los Ginos en los que he estado que más lento atienden. Sin contar(que por supuesto fue un accidente, pero ¡qué asquito!) con que nos pusieron uno de los vasos manchado de sangre, sí, sí, sangre, que alguien se debió hacer un corte y fue dejando huella en todo lo que tocaba. Esta vez sólo pedimos dos entrantes, ya que mi amiga iba a trabajar después y no quería ir muy llena. La fonduta di formaggi, estaba rica, aunque al final tanto pan de ajo… adiós sabor del queso. Y mis adorados Piadine, bañados en un charquito de aceite, que hasta pusimos un cuchillo debajo del plato para que escurriese a un lado. Quitando el charco, deliciosos como siempre y la salsa ¡para mojarse los dedos y chupetearlos uno a uno! ¿Dónde quedó ese Ginos de la Glorieta de Quevedo en el que se comía de maravilla?
Daniel M.
Classificação do local: 2 Madrid
Hace mucho, mucho tiempo… En un Madrid muy lejano, la cadena Vips llegó a tener una infinidad de restaurantes a precios asequibles, con cierta calidad y donde además de comer bien, el servicio era más que aceptable. Pero, la cosa empezó a torcerse, y ahora, en mi caso, cualquier restaurante de la cadena es la última opción que considero. En el día de hoy había quedado para comer, pero al final se hacía tarde y sugirieron este para salir del paso. ¡Qué remedio! Pensé. Hacía tiempo que no pisaba este de Quevedo, y me sorprendió que lo han remodelado por completo, dejando donde antes había mesas un gran horno donde hacen las pizzas. Por lo demás, decoración industrial con paredes de azulejos blancos, lamparas y mesas vintage y grandes pizarras anunciando platos. Nos dieron a elegir mesa, y puesto que el sol entraba a raudales por la ventana, quise sentarme en una mesa redonda al lado de un ventanal. Una vez sentados y ojeado el menú, elegimos: Para mí Piccola Piadane y Pizza Piamontese y para el otro comensal lo mismo de entrante y Spaghetti peperoncino al gambaretti(espaguetis con guindillas y gambas). Para beber, agua y cerveza. Mientras traían el entrante y al alzar la vista, pude ver que la lámpara llevaba tiempo sin ser limpiada, con telarañas y mucho polvo. Esto me hace pensar qué tipo de limpieza harán en el local. Trajeron los entrantes. El Piccola Piadine, son como unos rollitos de trigo con una especie de masa de queso, bacon y champiñón, acompañada de una salsa que es como mostaza y miel y como decoración rúcula. No me disgustó. Como teníamos prisa, en cuanto nos retiraron el plato del entrante les indicamos que se dieran prisa, lo cual lo entendieron casi al revés, porque el plato principal llegó como 10 minutos después. La Pizza Piamontese, enorme aunque de masa muy fina, es más que suficiente para una persona. Esta pizza es el plato que más me gusta de esta cadena de restaurante, con su bacon y su cebolla caramelizada. Aunque en este caso, lo habían echado deprisa, ya que por un lado casi no había nada, por otro estaba todo apelotonado. Acabado los platos, en el que el local se iba llenando de familias con niños y de ruido, pedimos el postre: café con leche y tiramisú. Lo trajeron enseguida, y mientras lo servían pedimos la cuenta. El otro comensal tenía que marcharse, por lo que me quedé yo esperando la cuenta. Lo que menos me gusta es el precio. No creo que este tipo de menú valga la friolera de 15’95 €, cuando no es ni la mitad de cualquier otro restaurante donde el menú del día cuesta entre 10 y 12 €. Excesivamente caro y de ahí las dos estrellas. Al final el servicio, como digo, es aceptable, la comida para salir del paso y la calidad media, pero se notaba que a cada minuto estaban más desbordados por la cantidad de gente que había.
EXerg
Classificação do local: 3 Madrid
lo que es un ginos, con el servicio un poco lento, precios no demasiado bajos pero la comida es bastante decente