En el local que antes había sido una taberna irlandesa(llena de guiris siempre ya que la Academia International House está a cinco minutos) se ha convertido en un gastropub. El de Almagro ha sido el primero de la franquicia ya que hay otra sucursal en Montecarmelo. La verdad es que la decoración está ahora mucho más cuidada que cuando era taberna irlandesa, sobre todo la planta de abajo, que invita totalmente a tomarte una copa tranquilamente con los amigos. La comida es lo que le resta estrellas a mi opinión del lugar ya que lo que hace que repita mi visita a un lugar es que sepan hacer algo que yo no sé y de este lugar no hubo nada que me llamara la atención. Pedimos secreto ibérico, salmorejo, ensalada… sin más, está bueno pero no es para echar cohetes. Los camareros estuvieron muy correctos todo el tiempo.