Gallardo

La peluqueria Gallardo es impresionantemente encantadora, desde el momento que llegas, timbras y sale Carlos a abrirte la puerta. Llena de disfraces colgados a la pared, decorada con imagenes y alegre por sus colores, ir alli es una experiencia unica y la forma en que Carlos corta tu pelo tambien lo es, no habia encontrado en Madrid un mejor peluquero que el. Te cuenta historias que seguro jamas habras oido y te saca carcajadas como nadie.

A Gallardo llegué como un pollo desplumao y un trasquilón autoinflingido tratando de estrenar mi nueva máquina cortapelo.
Y aluciné.
Gallardo es una puerta a otra dimensión. Una dimensión almodovariana, un costumbrismo en el que se mezclan las señoras del barrio, la permanente, la laca y los mitos. Los secadores y la conversación, el papel albal… una experiencia del Rastro y de la bata de boatiné, un tacón cómodo, una zapatilla, un tacón divino y colores chillones en cada espacio.
Ah, yo salí rapado, al cero. No hubo remedio.
Me convertí en Yul Briner.

Iba paseando por la calle cuando de repente!!! zas!!! veo ese cartel, ese luminoso verde vintage, con esa foto digna de las mejores actrices de Hollywood. Asi que ni corta ni perezosa, pensé no vendrá nada mal un cambio de imagen. Pero cuando pasé el umbral de la puerta vino el gran impacto!!!
!Que decoración, que gerente y que clientela!!! Todo era perfecto, todo estaba en armonía.Era como una escena de una peli de Almodovar.
Estoy convencida de que fue «LA LEY DEL DESEO» lo que me empujó hasta allí.
La peluquería estaba llena de clientas,” PEPI, LUCI, BOOM Y OTRAS CHICAS DEL MONTÓN”, y yo que soy muy inquieta y siempre estoy «AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS», pensé mejor intento «VOLVER „otro día, pero el dueño que ya había oído mis „TACONES LEJANOS“, se acercó y me preguntó ¿Qué va a ser? a lo que yo contesté, lavar y cortar puntas, a lo que él me respondió, muy bien siéntaté aqui, y en un ratito estoy contigo. Me senté y empecé a observar. Una pared en pleno dedicada a Lola Flores, bajo dicha pared una mesa de caballitos de mar dorados muy vintage donde se encontraban apoyadas varias fotografías de diferentes copleras de la época, vamos todo un“LABERINTO DE PASIONES“por el cante.
Llegó mi turno, directa al lavabo, de porcelana blanca esmaltada, como no podia ser de otra manera. El dueño que se llama Carlos y es muy agradable me empieza hablar y yo que no tengo“ MALA EDUCACIÓN», me pongo a conversar con él. De ahí paso al sillón cromado de los 80 y tapizado en tono azul, a mi lado una clienta muy particular en un secador de turbina de plástico también muy especial, Carlos me deja 5 minutillos y me dice «HABLE CON ELLA».
Después me cortó las puntas, me peinó y me dejó estupenda, lista y preparada para ir al cine a ver «LOS AMANTES PASAJEROS».
Me encantó el sitio, el dueño y el ambiente, prometo volver más, y como no, contarle «TODO SOBRE MI MADRE», que también hizo sus pinitos en peluquería.

Conocí esta peluqueria a través de un amigo que para más inri es manchego y del campo de calatrava.
Me moria de ganas por visitarla y al final conseguí liar a mi amiga la Carol para que fuera a cortarse el pelo y por supuesto yo a acompañarla.
La peluqueria es Almodovar total, desde el secador a las horquillas, que paraiso! quien me iba a decir que tras esa fachada tan discreta de pelu de barrio podriamos descubrir semejante paraiso vintage de luz, color y materiales sintéticos.
A la Carol la cortaron el pelo genial y encima la dieron palique durante un buen rato. Muy recomendable.

Esta peluquería sería digna de figurar en una escena de las primeras películas de Almodóvar, las más coloristas y divertidas. Si hacen un remake de mujeres al borde de un ataque de nervios deberían meterla en un plano.
¿Por qué? Por la estética. El interior es una oda a los pigmentos: Sillones rojos y mesa amarilla en el recibidor, paredes rosas, fotos en las paredes enmarcadas en forma de corazón, batas naranja butano para las clientas.
Me encanta, sin ningún tipo de ironía. Se nota que Gallardo y sus clientas están en sintonía con el espacio.
Además de por la estética, la peluquería tiene otro gran nexo de unión con el universo Almodóvar: La figura de la madre.
El director manchego demostraba su amor hacia la suya dándole pequeños papeles en sus películas, Gallardo ha ido más allá en el protagonismo, otorgándola un papel principal: La mujer de la foto de la entrada es su madre y en el interior las fotos de ella con él de pequeño decoran una de las paredes de la peluquería.
Qué pena que yo no sea una mujer de mediana edad, entraría a cortarme el pelo. Aunque seguro que si le digo que me haga un arreglito a mi descuidada barba no se negaría, es un tipo entrañable.