Frutería Vitaminas

Las cosas son como son, y yo no puedo mentir. Recuerdo perfectamente haberle puesto a este negocio cuatro estrellas porque, si bien todo era maravilloso, me resultaba algo caro. Pero como me sigue pillando al lado de casa, he seguido yendo siempre que me ha faltado algo, y posteriormente he empezado a hacer la compra de forma regular. La verdad es que cada experiencia ha sido mejor que la anterior y, no voy a mentir, el tema de los precios no sé si me ha ido resultando menos relevante o si es que la primera vez que fui compré cosas muy caras y se me salió la cosa de madre, pero las últimas veces el precio me ha resultado normal.
Bueno, normal no. Es tirando a un poco más caro que otras cosas de alrededor, pero soportable, asequible y –definitivamente– algo que tu bolsillo (o el mío) se puede permitir.
Porque la realidad es que, desde que he llegado de vacaciones hasta ahora, esta frutería ha estado cerrada por merecido descanso del personal. Y como mi madre me decía de pequeño, solo echo las cosas de menos cuando no están en mi poder o no las tengo al alcance de mis manos. Por favor, ¡qué dos semanas más largas! He estado como vaca sin cencerro, vagando por el barrio tratando de encontrar una frutería que se acercase mínimamente a esta, a la calidad que me había acostumbrado.
Puede que mi compra de fruta y verdura me haya salido más económica durante estas casi tres semanas, pero os puedo decir que no solo lo ha notado mi bolsillo, sino que también lo ha notado mi paladar. He echado de menos los tomates con sabor a tomate, la albahaca fresca, los ajos nuevos que duran y duran, las patatas cogidas en su momento, las lechugas frescas como lechugas (que parece una obviedad, pero anda que no me he topado yo con lechugas mustias), las frutas en su punto justo de madurez, y en definitiva el producto local y de temporada.
Qué semanas más malas he pasado. Y qué alegría que hayan vuelto a abrir.

Mi amigo Juampe vive en Plaza de España, y le acompaño en varias ocasiones a esta frutería, para el abastecimiento y logística semanal…
El personal es encantador, y la fruta y verdura excepcional. Me encanta que todo sea fresco y de temporada, y que el dueño sepa de lo que habla. Siempre recomienda lo que está de escándalo, y el gazpachito siempre es la estrella de la casa.
Nuevas tecnologías se respiran aquí: su web está actualizada, con precios y productos.

Mi abuela, que como su nombre indica, es una señora mayor, contrató a una chica que le ayuda con las cosas de la casa. Pues bien, esta chica hacía una cosa muy inteligente: llamaba por teléfono a esta frutería, hacía el pedido y luego sólo tenía que esperar a que se lo llevaran a casa (sin recargo para compras mayores a 22 euros y con 2,5 € de gastos de envío si la cantidad es menor). Así se ahorraba el paseo y mientras hacía otras cosas.
El otro día me acerqué para hacer la foto y ya de paso me llevé un poco de gazpacho casero. Como no tomo café nunca he podido parecer tan cool y neoyorquino con mi café en la mano mientras paseo por la ciudad… Pues bien, me hice mi propia versión con el gazpachito de la mano, y tan ricamente.

Mmmmmmm… pronto os subiré la foto porque ahora que ha empezado la primavera, parece que las verduras han florecido en el escaparate, que coles mas hermosas, ¡que buenas hortalizas!
En su página de Facebook podeís ver, que también tienen una gran variedad de setas frescas, eso es dificil de encontrar. Y hierbas aromáticas y frutas, y alguna delicatessen que traen envasada, como por ejemplo. salsa para calÇots. Y te regalan perejil :)
Suelen tener gazpacho casero para llevar, espo te salva una comida, cualquiera que viva por allí, lo sabe, está delicioso.