#Juevesdereseña Tengo que decir que he pasado innumerables veces por la puerta de este restaurante, y desafortunadamente al final nunca me había entrado, hasta el pasado lunes, que decidí quedar allí para comer. Lo primero que he de decir es que el sitio es encantador, pero tiene una acústica terrible. Al principio estábamos solos, y la verdad es que estábamos genial, pero después entró un grupo más o menos grande de gente y aquello se descontroló total. Prácticamente no podíamos ni oírnos entre nosotros, y no porque el grupo fuera excesivamente ruidoso. Dejando a un lado este tema, que era molesto sin más, nos decantamos los dos por el menú del día. Yo de primero pedí espaguetis con salsa de queso, y la verdad es que, aunque estaban buenos, tenían demasiado queso azul, que terminaba matando un poco el sabor del conjunto. De segundo pedí pescado y muchísimo mejor. El servicio es muy atento y sobre todo muy agradable. De postre nos recomendaron un melón que habían traído del pueblo y no voy a mentir: estaba espectacular.
Francisco R.
Classificação do local: 4 Madrid
Platos caseros cocinados con mucho pero que mucho cariño, he probado del menú del día su gazpacho cordobés y la tira asada de buey con Chumi-churri. Por 12 euros con postre incluido que era melón del pueblo. Amables y atentos, esta pareja de pioneros trabajan para proporcionar una experiencia gastronómica de casa, de abuela, de antes y de ahora a precios razonables y en pleno centro. Se llama Fonda La Lechuga con toda la razón del mundo, por fonda, que es un establecimiento definido como«restaurante modesto que sirve comida sencilla» y Lechuga por que es el nombre de la pequeñísima calle en la que está situada. Guardadita y escondida como un pequeño tesoro tras una calle que también está escondida y en curva descendente mientras rodea a la Plaza Mayor, cuando estuve sonaba La Negra. Me gustó.
Alberto P.
Classificação do local: 4 Madrid
Hace un año estuve trabajando en el área de medo ambiente del Ayuntamiento de Madrid junto con otros compañeros para un proyecto de seis meses de duración. Cuando se nos terminó el contrato uno de ellos organizó una comida para despedirnos. Yo estuve a punto de no ir, pero al final me animé. Menos mal, no habría conocido este restaurante. Me gusta todo de la fonda. El nombre de la calle, su situación detrás de la plaza mayor, apartado del bullicio, la calidad de sus platos y la simpatía de sus dueños. La primera vez que fui comí un menú muy apañado por 12 euros. Más adelanté descubrí sus menús degustación. Por treinta y cinco euros, dos personas, comes platos que suenan apetitosos y saben mejor: Tomate relleno de mousse de ventresca, huevos rotos con jamón y bacalao, queso a la plancha con mermelada de tomate, … También puedes comer de tapas o de tostas. ¿A que una tosta de cebolla confitada con foie y jamón te quitaría esa cara de lechuga que se te ha quedado después de aguantar la charla de tu jefe? ¿Y un magret de pato con puré de pera no te levantaría el ánimo? Esta es la idea de la fonda de la lechuga. Cocina con buenos productos de antes presentados con gracia. ¿Pensabas que era un vegetariano? Tienen una ensalada con mollejas de pato. Diles que te cuelen las mollejas.