«Torrijas caseras». Os creéis que yo me puedo resistir a este cartel… pues no… ni yo, ni mucho de los que estaréis leyendo esto. Llevo viendo este cartel una semana en uno de los bares por los que paso todas las mañanas cuando voy a trabajar. Lo leo y se me hace la boca agua, me encantan las torrijas y eso de no vivir con mamá hace que no las pueda comer muy a menudo. Finalmente he saciado mi capricho y esta mañana como me levanté un ratín antes me dio tiempo a desayunar allí. Un café y una torrija… tampoco conviene abusar. Me ha sabido a gloria, las de mi madre están mejor pero«¡a falta de pan… buenas son tortas!», o torrijas en este caso. Como dato puedo deciros que también se puede ir a comer o a tomar algo de tranquilo por la noche, pero te recomiendo que los domingos no vayas por allí, está cerrado por descanso del personal.
