Creo que una de las cosas que más nervios me da en el mundo es ir a la peluquería. Yo tengo unos pelos muy especiales, mucha mata, mucha cantidad e incorregibles: da igual que los peines para un lado o para otro, porque ellos decidirán dónde exactamente quieren ponerse. Así son. El otro día tenía yo ya unos pelos considerablemente largos, así que mirando algunas peluquerías por Unilocal me decidí a acercarme a esta, que me queda al lado de mi casa y encima tenían una foto con, exactamente, el pelazo que yo quería( ). Iba a eso y a afeitarme, y pedí cita para la hora de comer. Llegué, esperé poquitísimo, y en seguida Fernando estaba ya esculpiéndome el pelaje. Me ofreció una bebida y la verdad es que charlamos muchísimo, sobre todo tipo de temas: el pelo, el afeitado, Unilocal,esto, lo otro. Fue de lo más agradable, me hizo bastantes recomendaciones que he seguido al pie de la letra(una de ellas con respecto al producto y cómo usarlo y otra con respecto a la barba) y estoy bastante contento con el trabajazo que se pegó. Porque la verdad es que he de admitir que creo que es la persona que más ha mirado y valorado qué hacerme en el pelo, y no se lanzó a cortar así, sin más. Y esto yo, que tengo un pelo difícil, se lo agradezco mucho. Y a pesar de tenerme solo apuntada una hora; se tiró conmigo hora y media para dejarme niquelado, además de hacerme un descuento. ¡Así da gusto!
Dilip S.
Classificação do local: 4 Madrid
Servicio espectacular. Corte y peinado con asesoramiento incluido. A pesar de llegar tarde habiendo previamente cambiado la cita de hora, me atendieron con toda la amabilidad y sin prisa ninguna. Me aconsejaron además tanto para el corte como para el peinado. Personalmente una de las mejores peluquerias de Madrid. Es una mezcla entre las antiguas barberias y las modernas peluquerías. Fernando es un maestro. Se nota que le apasiona lo que hace.
Nabor R.
Classificação do local: 3 Madrid
Vine aquí durante tres años. Había dos peluqueros: un chaval jóven y un señor un tanto pintoresco, con un bigotillo a lo Torrente y que hablaba muy raro, que muchas mañanas que yo pasaba por delante estába fumándose un puraco. El jóven se fue a Ibiza(se había echado una novia y había pensado en irse en el verano, me había dicho tiempo atrás), así que comenzó a cortarme el señor del puro, que olía a puro, y al que no era capaz de entender poco o nada de lo que decía. Así que me mudé de piso y cambié de peluquero. Aún así, voy una vez cada dos meses a comprar el champú(tienen productos American Crew que el joven que se fue a Ibiza me recomendó, y desde entonces los uso): un halo de nostalgia me invade cada vez que veo al señor, que ya no cortará más mi pelo, pero al que siempre le quedará el placer de sus habanos.