Llegaron fuerte al barrio. En este local de esquina ha habido muchos negocios de hostelería, pero no fue hasta que un médico pensó en su retiro con lógica: reformar local con grandes ventanales y dos zonas claramente diferenciadas(mesas altas y zona de comedor), muy limpio, buenos productos a buen precio y como no, fundamental, camareras muy agradables, siempre sonriendo y atentas. El cóctel perfecto, vaya. Como bien se puede observar en mis check-ins y fotos, vengo a desayunar siempre que puedo, su tortilla es espectacular; huevo medio cuajado que da jugosidad al bocado. Me recuerdan mucho a las que hacen por el norte. El café es tope de gama de Delta(bueno, bueno) y también ofrecen tostadas de barrita, bollería y churros. El espacio cuenta con dos grandes pantallas de televisión para que los parroquianos futboleros no pierdan de vista los partidos. De momento no le pongo las cinco estrellas, ya que no he probado la carta en comidas o aperitivos, pero no debía dejar pasar el escribir una reseña y con ello proclamar mi admiración a este negocio. Ah, tienen WiFi gratis y azúcar moreno. Se puede pedir más… ¡Larga vida!