He estado en pocos bingos en mi vida, pero como me lo pasé en este en ninguno. Al final todos los bingos son iguales, unos tienen mejores instalaciones, otros mejores pantallas,… Pero aquí había muchísimos abueletes con unas ganas de juerga increíbles y los que cantaban los números les seguían el rollo. Nosotros que habíamos entrado en plan«hacer el tonto» nos lo acabamos pasando de miedo. Eso sí, cantamos de todo menos línea y bingo, jajaja.