un amigo me llevó a tomar unas tapas al «Txacoli» antes de ir a un concierto en la zona. Era un viernes por la tarde y el local ya estaba bien visitado por la gente de la zona, algunas familias con niños(pobrecitos … estaban hipnotizados por la pantalla con MTV o similar con cara de aburrimiento). La decoración eran botellas de vino tinto del que tenían una buena selección. Por supuesto nos quedamos con esta opción ya que el camarero se ocupó con la sensibilidad de un sommelier de nosotros. Queríamos probar algo nuevo, un vino desconocido. Nos preguntaron por preferencias y luego nos sirvieron unas opciones de lo más satisfactorias. Acompañamos nuestra pequeña cata de unas raciones de cocina tradicional española que no admitían pero. Si tuviera que criticar algo seríà la inevitable televisión montando ruido … o música … pero bueno …