Es el único herbolario del que he salido siempre cabreada. Lo primero por tener que subir el cochecito de bebé dos escalones ante la atónita mirada de la dependienta que no es ni siquiera capaz de salir a ayudar. Lo segundo porque siempre he ido a pedir los mismos productos, siempre me los tenían que encargar y cuando iba a por ellos, me tocaba darme un tercer paseo porque no les había llegado a la hora prevista. Y tercero porque cada día(sólo fui a comprar tres veces) que iba me cobraban una cosa distinta por el mismo producto.