El Chorrón

Comida familiar por mi zona. Pienso en un asturiano cercano, pero mi hermana llama y no hay sitio. Busco en Unilocal y encuentro El Chorrón, con buenas reseñas de gente de la que me fío. Pues venga, vamos allá.
Al entrar, barra con alguna mesa alta y unas escaleras al fondo que llevan al salón, con paredes con aspecto de cueva, pero no es oscuro ni claustrofóbico. Llegamos a las dos y media y como a las tres aquello estaba ya llenándose. Buena señal.
Éramos cuatro adultos y dos niños. Los pequeños compartieron una hamburguesa bien cargada de ingredientes que tenía muy muy buena pinta. Me gustó que nos recomendaran solo una para los dos cuando preguntamos. Los mayores pedimos una ensalada, torreznos, morcilla y setas empanadas.
Yo no soy de ensaladas, pero aquello era un señor bol y mis acompañantes dijeron que estaba muy buena. Los torreznos no me disgustaron pero tampoco mataría por ellos; mola que venían con patatas y pimientos verdes. La morcilla, bastante rica, en rodajas sobre un purecito de manzana. Y las setas empanadas con alioli de manzana… ¡las estrellas de la comida! Qué empanado más perfecto y qué cosa más rica.
No es superbarato ni hipercaro, pero las raciones son hermosas. Nosotros, con una botella de vino y un refresco (más jarra de agua, que no se cobra), dos postres («coulant» y una tarta: bien, sin más) y cuatro cafés, salimos a ochenta euros. ¿Merece o no la pena? Ya te digo yo que sí. Y además, los camareros son amables y atentos. ¡Ah! Cuando hace bueno, ponen terraza.

Una muy grata sorpresa me he llevado con esta taberna que está ubicada frente al parque Eva Duarte, muy cerca de la plaza de Manuel Becerra. Un sitio estupendo para ir de tapas, a unos precios bastante razonables. Tienen varias alternativas de vino por copa, pero sólo ofrecen las denominaciones Rioja y Ribera del Duero, un detalle que no me gustó mucho, aunque me han dicho que ampliarán su oferta pronto e incluirán vinos del Priorato y de Madrid. Esperemos que así sea.
Con la bebida nos pusieron unas tapas de tortilla de bacalao que estaban bastante bien, mucho mejor que las sosas que se suelen servir en la mayoría de los bares de este tipo. De picar pedimos una morcilla a la parrilla que vino acompañada de una salsa tipo vinagreta y patatas fritas. Buenísima. Lo mejor es que nos costó 3 euros. Luego pedimos unas patatas bravas con cabrales, combinación que suena bastante extraña de primeras, pero que al probarla está estupenda. Me quedé con ganas de probar el chorizo criollo con chimichurri, pero eso lo dejaré para una próxima visita, porque es seguro que volveré al sitio.

A mí lo que realmente me priva de este sitio es el atún a la plancha con chipirones y trigueros: solo con eso ya podría comer e irme con una sonrisa en la boca. Bueno, y el bacalao con costra de ajo, aunque malditas espinas de este dichoso pescado, que no me dejan vivir.
Los entrantes también están bastante bien, especialmente el jamón y las croquetas (aunque muy mala ha de ser una croqueta para que yo no la adore); sin embargo, parece ser que el rabo de toro no resultó muy del agrado de uno de mis acompañantes, que tiene larga experiencia en eso de comer ra… No, espera, ha de haber otra forma de decir esto sin que suene mal. No, no la hay.
Me encantaría poder hablar de los postres, tenían una pinta magnífica, particularmente la leche frita con helado de fresa, pero tuve que sustituirlo por un poleo ante la imposibilidad física de ingerir más biomasa.
Ah, y la decoración es bastante curiosa, como una cueva en la que cuelgas un montón de cosas típicas de pueblo de esas que nosotros, los paletos de ciudad, jamás sabremos para qué sirven.

Si quieres sentirte como un rey o reina vete a este restaurante. La decoración es impresionantemente curiosa y acogedora. Se trata de unas cuevas que en la parte del bar son con techos muy altos y en la zona del restaurante se estrechan un poco, es espectacular, precioso.
El precio medio por persona es de 30 euros. Es un lugar que merece la pena tener en cuenta a la hora de organizar una cena o comida de empresa o de Navidad. Para facilitar la celebración de este tipo de eventos en su restaurante, ofrecen varios menús con precios diferentes.
Su especialidad son las carnes rojas con platos como el chuletón trinchado, la parrillada campera, el solomillo a la parrilla. Recomiendo el arroz con rabo de toro o el arroz con bogavante.