Junto a la Alameda de Osuna hay unas pistas deportivas y, pensando en todos los padres y aficionados que van a ver allí a las jóvenes promesas, está El Chiringo. No esperes nada espectacular porque es solo lo necesario, ni más ni menos: un bar/terraza creado por una asociación al lado mismo de las pistas para tomar algo antes/después/durante el partido, con ambiente familiar y mesas para un batallón. Desde allí se alcanza a ver a los críos jugando y, supongo que por ser de una asociación, las raciones son grandes haciéndose así económicas. Algo que me gustó fue que el propio camarero nos avisara de que nos estábamos pasando al pedir, no intentan colarte una tapa que saben que no podrás terminar. Y es que quedamos bien llenos por diez euros con la bebida y café. Probamos las patatas 6 salsas(rochefort, brava, barbacoa, mil islas, miel y alioli) con carne, unas alitas de pollo bastante sabrosas y las rabas, sorprendentemente buenas. Se le podrían pedir muchas cosas pero le dejo las cuatro estrellas porque cumple por completo su función y en ocasiones más es menos.