El Chacón

Siempre paso por El Chacón antes de que empiece un concierto en La Riviera. La historia es que es un lugar donde puedes cenar tan ricamente y tomarte algo a un precio normal, no como en La Riviera.
No sé cuántos años llevamos haciendo esto… pero ya es tradición. Siempre caía alguna que otra jarrita de Riveiro para compartir, pero… ¡qué chasco! Ayer estuvimos (previo concierto, como siempre) y el vino estaba hiper-​mega-​dulce. Asi que tras la primera jarra, acudimos a la cerveza. En El Chacón siempre te ponen una buena tapa. Es típico que caigan unas patatas ali-​oli, una ensalada de pulpo, empanada… Vamos, que son muy buenas tapas. Eso sí, si vas con hambre y pides algo para picar, verás que los precios son muy buenos, pero eso no significa que las raciones sean pequeñas. Son grandes y contundentes. Pide con prudencia, porque lo que pidas, estará buenísimo y no te podrás dejar nada en el plato, a pesar de tener sensación de saciedad elevada al cuadrado.

Cuando tengo concierto en la Riviera, tengo casi mas ganas de ir a este sitio que al propio concierto, se me pone una sonrisa en la cara según voy bajando del metro y voy llegando al gran sitio de del riveiro.
Claro que si! si vas a este sitio te recomiendo que te pidas una jarra de riveiro, entra sin darte cuenta, el problema es al salir, que si que te das cuenta…
Por lo que respecta a la comida, es GALLEGO, cumple todos los requisitos, cantidad, calidad y buen precio. El lacón con grelos es espectacular, el queso de tetilla, los pimientos de padrón, el pulpo, empanada gallega casera, codillo. Todo muy bueno, además de acompañamiento te ponen una hogaza de pan de pueblo que se te caen las lágrimas, ojo que la raciones son enormes.
Como siempre el problema es que está siempre hasta arriba de gente.

¡Me encanta este sitio!
Soy bastante exigente a la hora de dar 5 estrellas, pero este sitio las ha ganado por su calidad, precio y simpatía. No es un sitio privilegiado ni de alta cocina, sino un mesón de toda la vida donde se come genial.
El local siempre está lleno. Dispone de sólo cuatro mesas literalmente y la mayoría de la gente que viene a la hora de comer o cenar se tiene que quedar de pie en las barras.
Las raciones son abundantes, bien presentadas y sabrosas, y se sirven muy rápido.
Son también idóneas para hacerles unas fotos y mandarlas a tu gente para darle envidia, o para quedarte con ganas de repetir al volver a verlas.
La verdad es que he probado pocos platos ya que suelo acabar pidiendo lo mismo…, pero os recomiendo encarecidamente — ¡si no, de qué manera! — probar el codillo y pulpos al menos una vez!
La atención no está nada mal, sobre todo los de la barra son bien majos y agradables.
Lo que me llama la atención de este sitio es la ausencia de albariño. Si no recuerdo mal sólo tienen un Rueda y un Ribeiro en cuanto a los vinos blancos.
Dicho sea de paso ver de reojo unos montones de patatas cocidas del sótano me hace pensar cuántas raciones saldrán al día…
Se recomienda ir pronto si quieres sentarte, es que de verdad hay cuatro mesas!
Cierran los miércoles.

De esto que pasas por la puerta de un sitio y está hasta arriba y dices aquí me meto yo si o si. Pues eso, la primera vez que fui comimos en barra. Lacón, pulpo y chorizo, todo muy light, regado por ribeiro de barril. Todo espectacular y el precio también…
A la segunda ya reservé mesita y comimos más tranquilamente. Nos aventuramos por el codillo, brutal, pimientos del padrón y más pulpo. Tampoco faltaron las jarras de ribeiro. Si después de la comida te das un paseito por Madrid Rio puedes echar un dominguito de lujo. Si es domingo, claro.

Todos los que hemos ido más de una vez sabemos ya que es el mesón de lacón, un buen sitio donde degustar comida gallega a buen precio y con muy buena calidad.
Es un poco incómodo con sus bancos de madera, pero es una buena manera de que las comidas no se alarguen en exceso.
Parece una casa rústica gallega, a mi me recuerda a restaurantes gallegos de pueblos pequeños que en realidad no dejan de ser una de las plantas de la casa.
Por supuesto no debe faltar el ribeiro y la empana. En esta no tienen tanta variedad como cuando vas de vacaciones a Galicia que acabas comiendo empanada de cualquier cosa.
Es imprescindible pedir codillo, pimientos de padrón y pulpo.
Quedarás sorprendido tanto por la calidad como por el precio.
Eso sí, cuidado los fines de semana porque está hasta arriba de gente y siempre toca esperar.

Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaadre mía. Eso dije cuando me llevaron allí. Gallego, gallego. Oliendo a terruña madre.
Lacón, pimientitos de padrón (unos pican y otros non), queso de tetilla, buenos ibéricos (incluso), pulpo a feira… Todo muy bueno, y a un precio bastante asequible.
A ver. A mi me gusta más Galicia, no voy a decir que no. Pero es como disfrutar de un pequeño sitio en la capital del Reino. Sí, es Madrid. Cuéllar lo quiso durante bastante tiempo, pero al final se lo llevó esta ciudad, que se le va a hacer (hablo de la capitalidad, no del restaurante).

También conocido como «La casa del lacón», un gran reclamo, todo sea dicho. Pero El Chacón viene a ser un gallego más entre tantos en la ciudad de Madrid, y no creáis que por estar un poco alejadete de centro no se llena, porque se peta. Lacón, pulpo, ribeiro, grelos, codillo… Si eres amante de la gastronomía gallega, te gustará este lugar. Aunque también es cierto que hace tiempo que no paso por allí, y tengo entendido que la calidad ya no es la que era.

El sobrenombre de este sitio es la casa del lacon.
Así que cada vez que hemos entrado es lo que hemos pedido, y bueno, depende mucho del día.
Hay días que esta buenísimo y días que esta súper reseco.
Lo mismo pasa con las cañas, un día bien tiradas y otro día parece que estaba en el vaso dos horas antes.
Así que no tengo una opinión bien formada, creo que siempre hemos entrado porque vamos al mesón del al lado.