Wow, conozco El Botijo pero no sabía que fuera tan antiguo!!! a mi me recuerda a la tienda de(no sé de lo que es, venden de todo) de mi pueblo!!! no por lo que venden sino por el ambiente y el olor… no sé cómo descirbirlo, pero desde luego mucho más agradable que el MaxiDia de enfrente!
Lolo R.
Classificação do local: 4 Madrid
El año pasado, por estas fechas, tuvimos en mi edificio una plaga de hormigas. Con más de la mitad de la gente de vacaciones, y entre ellos el presidente de la comunidad, era bastante difícil conseguir que viniese alguien a fumigar. La mala suerte quiso, además, que las hormiguitas utilizasen mi casa como vía de escape desde dentro del edificio hacia la calle, a través del balcón, de algún agujero en el suelo o vaya usted a saber. Todavía no me ha quedado muy claro cómo, pero construyeron una auténtica autopista desde la puerta de entrada a mi casa hasta la calle. Evidentemente, el tema daba un poco de grima, así que hice mi investigación en Internet y lo probé absolutamente todo. Bicarbonato, sal, masilla para tapar el supuesto agujero por el que entraban… Y no había forma ni manera. Las muy hormigas se las apañaban para seguir utilizando mi casa como si fuese la M30. Yo tenía mis reticencias a usar productos químicos en casa, pero al final tuve que plegarme a las pocas opciones que me quedaban y tragar. Así que me acerqué al botijo después de probar dos o tres pulverizadores diferentes anti-insectos y anti-hormigas que no sirvieron de nada. Finalmente me acerqué a esta droguería y le pedí a la dependienta que me diese algo para acabar con las hormigas que se encontraban en ese momento ocupando mi casa y haciéndome la vida imposible. La dueña de la tienda me acercó unos polvos y me dijo«trátalos con cuidado, no los acerques a la comida. Espárcelos esta noche por el camino que usan las hormigas y, especialmente, por donde entran y salen. Mañana lo barres todo y dejas un poquito en la zona que entran y otro poco en la zona que salen». Volví a mi casa más bien escéptico: ¿en una sola noche unos polvos iban a acabar con la pesadísima plaga que llevaba sufriendo tres días? ¿Qué era eso de «espárcelos esta noche y bárrelos mañana» que sonaba como un conjuro? ¿Tendría también que coger las 20 monedas de plata, matar a la bruja y rescatar a la princesa? Pues nada, aquella noche me fui a dormir tras esparcir el producto y a la mañana siguiente no había ni rastro de las hormigas, al menos en mi casa, porque el edificio siguió infestado hasta que vinieron a fumigarlo. Estuve a punto de ir a darle un beso a la mujer que me atendió, porque estaba verdaderamente desesperado, y fue ella la única que consiguió solucionarme el problema.
Francisco R.
Classificação do local: 5 Madrid
«El Botijo» no ha cambiado de nombre desde que abriera en 1754. Es decir, que ya estaba aquí antes de que llegase Carlos III y por lo tanto, por ponerlo en perspectiva, ya estaba funcionando antes de que se construyera la actual Puerta de Alcalá. Casi nada. Comenzó siendo una tienda de aperos y guarniciones varias donde se podía comprar casi de todo –incluso pólvora-. Y así, de tienda de aperos, se mantuvo durante muchísimos años hasta que los propios descendientes de los fundadores le dieron un giro y abrieron como la actual droguería de barrio. La droguería no te lleva al SXVII, te lleva a los 70, al boom de la limpieza en casa. Sólo hace falta echarle un ojo a esas estanterías repletas de productos perfectamente ordenados de arriba abajo. Huele a comercio local, a proximidad, huele a conocer a las vecinas y su vida y a quienes compran. Y son muy amables; la primera vez que entré, sin preguntarlo, me explicaron cómo debía utilizar el detergente ultraconcentrado líquido que acababa de comprar; «Rellena la arielita. Y sobre todo no le eches más de la marca, que siempre acabamos echándole la propina y eso no es bueno para la ropa». Alucina, me ganaron. Soy asiduo. Esa persona que me dio consejo sobre cómo lavar la ropa se llama Mercedes, lleva 35 años al frente del botijo y ya ni sabe a qué generación de comerciantes pertenece ¡si es que son dos siglos de atender al público! Cuando me ve bromea conmigo, me llama«alelao» y sigue aconsejándome qué tipo de estropajo me va mejor para el baño o qué fregasuelos es el que debo utilizar. Pero Mercedes está cansada de ver pasar a gente joven que ni mira la puerta o que cuando lo hace es para, atención: pedirle cambio para el carrito del supermercado Día que está justo enfrente, o para pedirle una bolsa… está harta también de los robos y me ha confesado –pensé que en broma, pero no– que acabará vendiéndole el local a «los chinos». Me explicó que como nuestra generación –yo tengo más de 30 años– hemos nacido con los supermercados, ya no estamos acostumbrados a preguntar al dependiente; simplemente vemos, leemos, cogemos el producto de la estantería y pagamos en caja muchas veces sin saludar. Es cierto, y es triste. El Botijo aparece en «Los Episodios Nacionales» de Benito Pérez Galdós y es el tercer establecimiento más antiguo de Madrid. Cada vez que voy, me hacen reír. Son buena gente. Su clientela es fiel pero son mayores. Y van quedando menos.
Óscar H.
Classificação do local: 4 Madrid
Esta pequeña droguería– perfumería es muy conocida en el barrio. Aunque es de las que reformaron hace unos años, al parecer lleva más de un siglo vendiendo sosa y aguas perfumadas a los madrileños que vivimos en la zona. Entré por necesidad al mudarme al barrio y desde entonces, me he hecho fan de la tienda y compro allí todos los productos de limpieza para la casa y para la ropa. Realmente no se si es más o menos caro que el supermercado DIA que hay en la acera de en frente, de todas formas me preocupa poco para el volumen que compro y soy de los que evita comprar en las cadenas(monopolios) en favor de las tiendas de barrio. También soy fan de su agua de colonia de limón de Álvarez Gómez y su crema hidratante(sonará a abuela) pero creo que es el lugar de Madrid donde más barato la venden(siempre tienen ofertas en el escaparate).
Alberto P.
Classificação do local: 4 Madrid
De pequeño me hacía mucha gracia la frase que me dedicaba mi madre en tono cariñoso cuando no acertaba a realizar alguna tarea doméstica que me confiaba: «Ábreme el éste», «ves el cacharro de allí, pues dale con esto», «albertito, tráeme el chisme del cuarto de la abuela, el que está al lado del otro chisme». Incapaz de materializar sus recados, me contestaba: «anda ya voy yo. A veces pareces más simple que el mecanismo de un botijo». Me tomaba esta ofensa como un reproche. Con los años me di cuenta que los mecanismos más sencillos son los más eficaces. Esta perfumeríal funciona por su sencillez. Ofrece gran variedad de productos a precios económicos. Yo siempre voy a comprar el desodorante Fa. En superficies como el Día, Lidl y otras cadenas sólo venden antitranspirantes. Yo a mis axilas no les tapono los poros con aluminio. Puede provocar cáncer. Con más probabilidad a la féminas.