No es más que una cadena de ropa para niños, pero la verdad es que estando en un lugar tan céntrico es imposible no mirar el escaparate cada vez que pasas por la Puerta del Sol, un trayecto que, al menos en mi caso, hago bastante. La ropa es bien chula, y la verdad es que tiene unos precios bastante decentes. El otro día justo andaba buscando un regalo para mi sobrina, que este mes cumple seis años, y me quedé prendado de un chubasquero rosa monísimo que tenían en el escaparate. La dependienta, notando que estaba frente al típico tío con querencia a maltratar su tarjeta de crédito por el bien de su sobrina, me buscó la talla y además me dejó caer que llevaba una katiuskas a juego. Y a mí, que las botas de agua siempre me han parecido una cosa híper chula(aunque yo nunca las he llevado ya de mayor) se me ablandó el corazón, y terminé doblando el presupuesto que tenía pensado. Así no hay manera de ahorrar.