Soy bastante habitual de este sitio, y me doy cuenta al escribirlo que soy bastante habitual de bastantes sitios, yo creo que no es una cuestión de alcoholismo sino que se debe más bien a que soy un animal de costumbres y si un sitio me gusta vuelvo una y otra vez, porque al final me apetece más un lugar conocido en el que me encuentro cómoda y un ambiente que sé perfectamente que me apetece que tener que descubrir si un sitio me gusta o no, o si un ambiente cuadra o no con lo que voy a ir a hacer. Recomiendo muchísimo sus desayunos, Santi, su dueña se levanta muy temprano y hornea la bollería para que si llegas a las 7 tengas un café muy rico con un croissant recien hecho o unas tostadas con tomate y con aceite y sal y su sonrisa desde primerísima hora y veas pasar a todo el que va a desayunar por allí que son muchos y todos habituales y todos conocen a la dueña y por algo será. Por la noche siempre hay un grupo rondando, los días de futbol se llena demasiado, y si está ella las tapas son siempre generosas y llegan con regularidad a la mesa. Es acogedor y pequeñito, las hamburguesas están ricas sobre todo esos jueves que se me va la mano pidiendo tercios. Para mi uno de los bares más acogedores del barrio y donde el trato es más familiar. Ademas de tercios fresquisimos.