Delfos

Reservamos por el tenedor con un 30% de dto en la carta, ya que llevaba mucho tiempo con ganas de ir. Cogimos 5 platos a compartir dos postres y 2 jarras de agua según la promoción para 4. Salimos a 12 euros x pax, la cena estuvo genial, el ambiente muy íntimo y el camarero atento y simpático. Lo que más me gustó fue la musaka, los entrates para untar en pan de pita y los postres (yogur griego con miel y nueces y baklavas). Volveré sin duda :)

Fui a comer hoy –jueves– al mediodía. Tienen un menú de 12 € (2 platos, bebida y postre), otro de 6,5 € (un primer plato y bebida) y el que yo elegí de 8,5 € (un segundo plato, bebida y postre).
Para empezar, la puerta del restaurante estaba cerrada, y es una puerta de madera, por lo que no se sabe si está abierto o cerrado, porque no se veía a nadie por las ventanas. Me pareció un detalle feo. El restaurante estuvo completamente vacío hasta que me fui, que se había ocupado otra de las mesas. Aún así me tuve que levantar para pedirle al camarero que me dijera los postres, el tipo no despegaba el ojo de su móvil, por lo que la atención mala. El local está ambientado con música griega malísima y encima con cortes publicitarios, será una radio de internet o algo así, pero de las malas.
La comida en sí, estuvo muy rica, eran un tomate y un pimiento rellenos de carne, muy sabroso. Y además era un buen plato, casi no lo acabo. El postre, normal.
En definitiva la comida en sí es superior al típico menú del día, pero lo demás (decoración, atención, ambiente) deja bastante que desear.

Fuimos el sábado 6 personas a las 9:30 a cenar… Salimos a la 1 casi.
Entre plato y plato hicimos la digestión.
Además de muy lento (y ni mucho menos estaba lleno), económico? Que es para ti económico? Porque no resulto tan barato…
Bueno, le salva que la comida, los segundos por lo menos estaban buenos…

Conocí hace tiempo este restaurante y he ido ya unas cuantas veces. Tienen una comida bastante aceptable pero se pasan algo en el precio. La opción más económica es pedir unos platos de degustación, pero las cantidades que traen son realmente ínfimas para el precio que tienen. De las dos plantas la superior es feucha mientras que la de abajo, aunque con una decoración algo «artificial» queda bonita y original para una cena.

Me he quedado un poco decepcionada con la cena en este restaurante, la verdad. Había pasado muchas veces por delante y le tenía muchas ganas.
Para empezar, los precios son MUY elevados para la calidad y la cantidad de la comida que ofrecen. La griega es una de las cocinas más sencillas y menos complicadas del mundo que se basan en buenos y frescos ingredientes cocinados con poca grasa y poca elaboración. Una brocheta de cerdo con un pegotito de tzatizki por 15 euros me parece un poco too much, así como un filete ruso relleno de queso por 17. Le sobran 3 euros mínimo a cada plato.
A mí, eso sí, me gustó todo bastante aunque según mi acompañante estaba «soso». Insisto en que la comida griega no destaca por sus salsas complicadas ni sus millones de especias. Lo bueno es que estaba todo absolutamente reciente, el pan de pita calentito y el sabor era bastante auténtico, en mi opinión. Aunque no me quedé del todo llena…
Como tardaron un poco en atendernos nos quedamos sin probar los postres, pero se veían (aquí sí) enormes trozos de tarta pasar emplatados. Eso sí, no pidáis Coca Cola porque tienen la versión mínima minimísima de la botella: 20 cl. ¡Eso es un chupito!
En fin, no sé si volveré, he probado griegos mejores, más rápidos y más baratos.
Ah, aceptan todas las tarjetas del mundo y tickets restaurante, un dato importante.

Griego casero y económico
Sus dueños son griegos y la cocina tradicional griega.
Personalmente los platos, de este restaurante, que mas me gustan son la mousaka y el bifteki, además, los postres son todos caseros y yo siempre tiro por el yogur griego con miel y nueces.
Dos plantas (una para no fumadores) con paredes pintadas de azul/​blanco y fotos y dibujos de grecia y la planta de abajo es abovedada aunque sin ventanas; mi opción siempre que voy.
Por unos 25 euros cenas cocina griega tradicional muy rica. Atención; si puedes, evita el vino resinoso.

Un restaurante bien ambientado. La planta de arriba es alegre, colorida, como deben ser los veranos en las playas griegas. Mientras que la parte de abajo da la sensación de entrar en esas cuevas subterráneas, frescas, con restos de pinturas, mucho más íntimo. Cada uno que elija lo que más se ajuste a sus gustos, o si vais un fin de semana… lo que más se ajuste al espacio, porque suele estar bastante lleno, reservad previamente.
La comida muy muy rica. No soy muy experta en gastronomía griega, así que no corrí muchos riesgos, pero al ser comida mediterránea hay sabores muy similares a los de España, con lo cual uno se sorprende, pero agradablemente. Pikilia megali (un plato con muchos tipos de salsas, recomendación del camarero) y ensalada con queso feta y con aceitunas para empezar, después musaka y de postre un delicioso baklava.
Ni barato ni caro, más bien asequible, pero depende de lo que pidas, especialmente el vino suele subir. Supongo que a los amantes de la comida griega les gustará, y para los novatos es un buen sitio para empezar.

Regido por una familia griega. A pesar de que quisieron colocarnos en el salón de arriba, la persona con la que iba preguntó si había posibilidad de comer en la planta de abajo y, mucho mejor, más bonito aún sin ventanas porque es tipo «cueva de ladrillo», tan típico de los sótanos madrileños.
Mousaka y bifteki de palto estrella. Grandes postres caseros, tomé cuajada con nueces y miel.
Cuidado si das con algún grupo de personas porque el local retumba y sólo se oyen voces… Que fue lo que me asó a mi en las dos ocasiones en las que he ido. Eso sí, repetí porque la comida-​cena lo merece.

Conocíà la existencia de este restaurante desde hacía muchísimo tiempo, y nunca llegaba el momento de entrar a cenar, a pesar de que me habían hablado bastante bien de él.
El local está dividido en dos planas, una de ellas subterránea. Al principio nos dieron mesa, en la planta baja, la «mediterránea» como la bauticé yo, por los colores blancos y azules de las paredes, me pareció que las mesas estaban un poco juntas, así que pedimos bajar abajo, al «tempo» pintada de colores térreos, abovedada y con «restos de pinturas murales». Esta sala me pareció más amplia, así que si vas de cena romántica pide bajar abajo, es más íntimo.
Los dueños son griegos, así que la musaka y el bifteki, también lo son (eso fue lo que cenamos). No me gustó que la musaka estuviera hecha con calabacín en vez de con berengena, no me lo esperaba. Tomamos retsina para beber, a me sabía a resina de pino el vino, pero me gustó.
Nunca antes había comido en un griego, y aunque no me fascinó, creo que volvería a repetir. Además, la próxima vez que vaya, me atreveré con otros platos menos conocidos de la carta.

Restaurante griego ubicado en el centro de Madrid, cerca del metro Opera. La decoración y el local no es nada del otro mundo pero es lo menos importante ya que cuando te pones a comer… todo buenísimo. El ambiente es agradable, perfecto para charlar con amigos o ir en pareja. El precio un poco alto pero merece la pena y los camereros bastante serios pero atentos. Lo recomiendo.

Tras ser acogida con bastante gusto mi primera crítica sobre el restaurante ruso ‘Rasputín’ (
) he decidido hacer otra, tocándole en este caso el turno al restaurante griego ‘Delfos’ .
‘Delfos’ es un restaurante el cual en cuestión está ubicado en la cuesta San Vicente, número 14, zona en la cual se entremezclan bares, cafeterías y restaurantes de toda índole. Para mi gusto la mejor forma de acceder a este restaurante es cogiendo el metro y bajándose en Opera ya que el aparcamiento está un poco fastidiado mas ahora que está la zona en obras. No obstante para quien quiera acceder en coche al lugar le será de gran utilidad saber que existen 3 parkings próximos al restaurante.
Antes de empezar a comentar como es local y la comida he creido conveniente detallaros algunos consejos para la gente que decida ir:
— Reservar con antelación llamando al número de teléfono (915 483 764) ya que al menos los fines de semana suele llenarse.
— Saber que existen dos turnos diferentes para cenar; El primero en el cual se comienza la cena a las nueve y hay que abandonar la mesa a cosa de las diez y media, y un segundo turno que comienza a las once teniendo que abandonar la mesa sobre las doce y media.
— Saber que no existe zona para no fumadores lo cual bajo mi opinión es un gran punto en contra .
Con estos consejos previos y que os serán de gran utilidad os pasaré a detallar algunos datos sobre el local, la comida que nos sirvieron y el trato que recibimos ;
Nosotros en cuestión habíamos reservado mesa para el turno de las nueve y aunque llegamos 20 minutos tarde nos recibieron bastante bien. Nada mas llegar nos dieron una mesa en la planta de arriba.
El local en cuestión consta de dos plantas de las cuales vamos a poder destacar la decoración de ambas, inspirada en la mitología y costumbres griegas. Otro punto muy importante y a destacar de las distintas plantas es su iluminación, teniendo la planta de arriba una mejor y mayor iluminacion que la de abajo, planta de abajo donde están situados los servicios. Como tercer punto y mas importante decir que en la planta de arriba existe una mayor separación entre las mesas lo cual mi pareja y yo valoramos mucho y lo cual haría que en caso de tener que decantarnos por una planta lo hicieramos por la de arriba. Para la gente que decida sentarse en la planta de arriba que lo hagan mejor a mano izquierda según entras ya que a mano derecha está la cocina y puedes acabar con un olor poco agradable y que por suerte nosotros no comprobamos jejeje. Como último punto y que dice bastante a favor del restaurante, su genial limpieza .
Con el local comentado pasaremos a detallar un poco lo que se puede tomar en este restaurante y que va desde la típica moussaka (una especie de pastel de berenjenas y carne) hasta 4 platos magníficos platos de degustación los cuales son lo mejorcito de la carta para tomar en pareja ya que son para 2, pasando por las típicas ensaladas griegas con queso de feta, mezze (bolitas de arroz envueltas en hojas de parra), arroces variados, brochetas de cordero, sutsukakia (albóndigas de ternera en salsa de tomate), garidosasalata (patatas, lechuga, pepino, gambas, huevo, salsa rosa), langostinos al carbón, etc …
Con la carta ya un poco estudiado de casa nos decidimos a pedirnos 2 panes de pita (cosa indispensable cuando se va a comer — cenar a un griego) y de primero kleftiko, una especie de hojaldre relleno de carne, tomate, cebolla, patata y queso el cual nos gustó bastante .
Pero sin duda lo bueno estaba aún por llegar en forma de plato de degustación. Nosotros pedimos en concreto (recordad que son para dos personas) uno que se llamaba Creta y el cual estaba formado por dos tipos de carne al carbón, gyros (carne tierna y sabrosa de textura parecida a los buenos chuletones) y Kebab (tiras de carne típicas de los restaurantes turcos). Además de los dos tipos de carne el plato se componía de una pata asada, un tomate asado relleno de arroz y carne picada, tiras de cebolleta y zanahoria, una crema de yogur en el centro, queso feta y dos pasteles, uno de ellos el cual tenía como base macarrones y el cual estaba acompañado de carne picada y un segundo de cuyo sabor cabe decir que no distaba en nada del de las magdalenas que desayunamos a diario jejeje. ¿ Qué decir de este plato? Lo mejorcito de la noche, un plato para nada escaso y con una presentación y una calidad excelentes.
De beber … una jarrita de agua y de postre nada ya que a esas alturas estábamos llenísimos aunque con las ganas nos quedamos de tomar el excelente yogur griego con miel y la excelente tarta de chocolate que nos han comentado que sirven. Por eso y se seguís mi consejo … pediros una ensaladita y un plato de degustación porque sino malamente podréis llegar hasta el postre ya que estaréis llenos.
El precio? 40 euros, el cual no está nada mal si se

Comida tradicional griega. En la variedad esta el gusto, el local esta muy bien, pero a mi no me gusta este tipo de cocina.

Yo he ido solamente una vez, pero me encantó.
Comimos platos degustación tanto de entrantes como de segundo, y eran espectaculares. Salimos llenísimos!!!
Curiosos los vinos griegos, con un sabor muy peculiar.
Y para rematar un yogur griego con nueces y miel, como no.
Repetiré seguro!!!

Está cerca de los Metros de Callao y Ópera. Tiene una carta bastante aceptable en cuanto a variedad, aunque el precio es algo elevado, por lo que conviene ir algún día de diario y aprovechar el menú del día, bastante más asequible e igual de bueno.
El restaurante es algo estrecho, pero una vez te sientas no tienes ningún problema. Es bastante iluminado y está decorado con motivos típicos helenos.
Tienen los platos más tipicos, como el Tsatziki o la Musaka, así como otros menos conocidos pero realmente buenos, como los Gyros cretenses.