Compac

Un teatro pequeño pero acogedor, casualmente nunca había estado y en dos semanas estuve en las dos salas que tiene.
La grande está bien, pero el espacio entre filas es mínimo y siendo sincero es escenario no es muy grande si lo comparamos con el de la sala pequeña, además creo que los de la parte de arriba no debieron de ver nada.
La pequeña me gusto mucho más, más espacio entre filas y los asientos más cómodos, además al ser más pequeño se veía todo mucho mejor :)
Punto a destacar es que al menos la taquillera que me atendió a mi era más maja que las pesetas.

Un teatro de tamaño mediano, acogedor aunque con una distribución un tanto peculiar, ya que hay una sala lateral, que en estas fechas se está dedicando a espectáculos de monologuistas. Eso hace además que haya un poco de confusión cuando llegas y ves una fila de gente entrando, porque no tienes claro si es tu cola u otra. En cuanto al salón principal, creo que han metido demasiadas butacas, con lo que el espacio entre fila y fila es muy estrecho y resulta incómodo para acceder a tus localidades.
La disposición el escenario, por lo demás, es excelente, con una visibilidad muy buena. Y el espectáculo de anoche, BITs, de El Tricicle, una delicia. Carcajadas sin parar durante una hora y media. SI aún podéis pillar entrada, no lo dudéis ni un instante.

El Compact es un pequeño teatro con una situación inmejorable al estar en plena Gran Vía como muchos de los otros teatros de musicales y espectáculos varios que hay en Madrid.
En el par de veces que he ido ha sido para ver ballet aunque también suele tener espectáculo de otro tipo de baile como flamenco o conciertos (allí se ha tirado un montón de noches seguidas Raphael).
Saqué las entradas por Internet y las recogí el mismo día de las funciones lo que pasa es que te obligan a ir con antelación no justo cuando va a empezar la obra lo que puede ser incómodo al tener que ir dos veces.
El teatro es relativamente cómodo (todo lo cómodo que puede ser un teatro con butacas que no son de último modelo precisamente), aunque adolece para cuestiones como el ballet de un escenario amplio y a veces parecían amontonados los bailarines e incluso no moverse de manera fluida. Este debe llega a ser irritante por momentos porque piensas que no se le ha sacado a la obra el partido posible.

Tengo buen recuerdo de este teatro porque el espectáculo de Tricicle que presencié aquí fue muy bueno, pero el recinto tiene algunas pegas. Nuestros asientos estaban en el patio de butacas, y no se puede decir que brillen por su amplitud. Si tienes las piernas un poco más largas de lo normal vas a estar algo incómodo, especialmente cuando, al reaccionar ante lo que sucede en el escenario, tus rodillas choquen contra el asiento de adelante. Otra consecuencia del poco espacio entre filas, aparte de la inclinación del piso (supongo), es que si el espectador que tienes delante es espigado o está bien dotado de cabeza, te tapará parte de la escena. Esto me pasó a mí, e imagino que al que yo tuve detrás, y hube de buscar el punto de vista más despejado durante toda la función, siempre a merced de los movimientos cabeciles del de delante.