Coffee & Salads

the smoked salmon salad had way too much oil dressing. i should have asked for the dressing on the side instead of mixing it in the salad. their healthy smoothies. i tried one of them and it was delicious. service is fairly fast. they open earlier and close way later than most places.

La comida no esta mal pero yo sé que NO vuelvo. Utilice la aplicación de
para pedir, y cuando pides la cuenta, los precios no corresponden con el los precios que tienen (ELLOS) dados en la aplicación. Al reclamar te dicen que el precio es de la carta física del restaurante, entonces ¿para que esta la aplicación? ¿para engañar al personal? Me acabado yendo, me sabe mal porque la camarera que nos atendió era maja, pero sé que va a ser que no! Siempre he odiado tener que reclamar… pero le voy a dar una mala recomendación.
このレストランで食べない方がいいです。食べ物の味はふつ。そして、会計を払う時に値段が違う。

El viernes pasado estaba por la zona con unos amigos, y decidimos desayunar aquí. El local estaba lleno pero no demasiado, así que pensamos que nos servirían rápido, que es lo que íbamos buscando.
La camarera nos recomendó el menú de desayuno, bien el de bollería (2,85 €) o el de pan (3,10 €). El de bollería incluye la bebida (café, té, colacao o batido de cacao) y una pieza de bollería, dulce o salada. El de pan incluye la bebida y una rebanada grande de pan, a elegir entre varios tipos: payés, integral, de semillas o de centeno. Y lo puedes acompañar con aceite y tomate, o mantequilla y mermelada. Si quieres un extra, puedes pedir un zumo de naranja natural por 2 € más, o algún embutido como jamón serrano o fiambre de pavo por 1,70 €.
Como mis amigos y yo queríamos todos jamón serrano para acompañar el pan, se nos ocurrió pedir una ración de jamón para compartir en lugar del extra individual para cada menú. Fue un craso error, por dos motivos. El primero, que tardaron muchísimo en servirlo, y cuando el plato llegó a la mesa, casi se nos había terminado el pan, ya que el pan y las bebidas sí las sirvieron rápidamente. El segundo, que nos salió carísimo, ya que por la ración nos cobraron 22 € alegando que era jamón ibérico, pero os aseguro que de ibérico no tenía nada. Es más, en la foto que he subido lo podéis apreciar por vosotros mismos.
Resumiendo, quedamos satisfechos con la rapidez del servicio y la relación calidad-​cantidad del menú de desayuno, pero mejor no pedir nada fuera de las opciones de menú para que no te pidan un ojo de la cara.
En cuanto al ambiente, tiene una semi-​terraza que da a la calle, y otra zona interior. La interior es más tranquila porque no llega el ruido del bullicio de la calle.
La decoración del local usa muebles de madera, tonos pastel y luz tenue, con lo que resulta acogedor, con cierto aire colonial.

Paso por aquí delante dos o tres días por semana y nunca me decido a entrar a probar sus desayunos porque, sorprendentemente, me atrae menos que el Faborit que había antes en el mismo local y que solía frecuentar, y eso que estéticamente ha ganado mucho con la reforma, adoptando un estilo colonial que me recuerda un poco al jardín tropical de Atocha (tengo mucha imaginación).
Ayer pasamos por delante y entramos a tomar un café; bueno, en realidad yo quería un chai, pero se habían quedado sin él, así que pedí un descafeinado con leche sin lactosa y obtuve un café que, desde luego, era bastante descafeinado, casi más cercano a un batido en taza que a otra cosa. Que no es que esto esté mal, ojo, pero a ratos pienso que estamos empezando a perder el norte con esto de los cafés y la perniciosa influencia de ciertas cadenas multinacionales.
En cuanto al servicio, lo tienen organizado un poco raro: la gente que atiende las mesas no puede cobrarte porque no tiene llave de la caja registradora, pero las personas que sí tienen la llave están atendiendo la barra y la caja de las mesas está fuera, así que para conseguir que te cobren tienen que darse una suerte de conjunciones astrales que deben ser una buena risa en plena hora punta, cuando toda la gente de las oficinas de alrededor esté desayunando. No está demasiado bien pensado, me temo.

Ventiladores a toda potencia, terraza colonial a lo Raffles de Singapur y un Latte estupendo. En lo que fue el Faborit han creado una cafetería-​pastelería-​restaurante muy interesante en lo estético, con dos zonas diferenciadas pero interiores que te hacen dudar sobre si lo que ellos entienden como terraza es la parte del comienzo o si ponen mesas fuera… (tiene un recargo en el precio).
El servicio puede ser mucho más simpático y amable, dejar la sensación de tener prisa y estar agobiados, pero tampoco vamos a pedir en Madrid una actitud impropia de la restauración madrileña, ¿verdad? Aún así, correctos y no fueron bordes, lo cual es ya un buen comienzo.
La carta es extensa, sobre todo en cafés e infusiones, algo muy bueno si te llamas cafetería. Aunque la mayoría pidan –mos cafés con leche, cortados o solos, no está de más tener mucho donde elegir, ya sea el clásico bombón o el Vienés, que tampoco cuesta mucho. Además, varios tipos de leche, incluida la de soja y la desnatada.
Precio correcto para ser la calle Alcalá y no me importaría probar alguna de sus magníficas tartas porque todas tenían muy buena pinta, con un toque casero; así como su bollería más pequeña. Lástima de dieta…