Coffee & Kicks

Paraíso de tranquilidad a escasos metros de Callao, algo que parece imposible, pero así es. Pequeño local con mobiliario escaso pero bien aprovechado. Tienen WiFi gratis asiq es un pequeño rincón idóneo para tomarte un café y leer o trabajar… algo que la gente se empeña en hacer en el starbucks con el ruido ensordecedor que allí reina. Para tomarte un café con amigos también vale eh!
El café esta muy bueno, con su latteart y todo. Pedimos dos capuccino en taza grande y un trozo de brownie (riquísimo), todo por 7’5 €. El camarero era simpático y nos atendió bien.
Tienen poca carta de cafés, pero lo que tienen es de calidad.
No voy a hablar de la decoración porque tenéis que verla.
En resumen, me tomé el café con una tranquilidad tal que no parecía que siguiera en Madrid. Volveré.
Recomendable

A nivel europeo no es gran cosa pero como en España todavía estamos en los comienzos de este tupo de cafeterías he de decir que esta bastante bien para los amantes del café pero que no se ilusionen tampoco. De todas formas hay que animarse a venir y disfrutar de su buen café!

La verdad es que a mí me encantó, aunque he de decir que cuando vi la combinación de cafés y zapatillas me quedé un poco como «what?». Pero bueno, también en su momento el «café y bicis» de Toma Café me pareció que podía ser un poco raruno, y sin embargo mira la cantidad de veces que les han copiado ahora, ellos que fueron unos de los pioneros en hablar de la cultura de las fixies, el buen café, etc.
Coffee & Kicks es una cafetería de tercera generación… con todo lo que esperas de una cafetería de tercera generación. Un café riquísimo, una cafetera que es un maquinón, precios de lo mas aceptables (2 € creo recordar que me costó un iced coffee que estaba delicioso) y un local que, en realidad, está como más enfocado al hecho de que te lleves el café puesto que a que te quedes allí.
Aun así, como buen local molón, está bien decorado; tienen zona para que te sientes e incluso disponen de wifi por si te quieres sentar a trabajar un ratito. Muy recomendable, ¡volveré!

Tenía ganas de ir. Otro local «mono» por el barrio, reductos de madera entre tanta barra metálica y servilletas en el suelo. Tras dos intentos por la tarde (estaba cerrado!) conseguí ir el domingo para desayunar. El sitio me pareció un poco anodino, y me sigue costando ver la combinación café y sneakers en el local. Punto a favor: el café es muy bueno, de calidad. Punto negativo: un café y una tostada (el pan dejaba un poco que desear), más de 4 €. Demasiado caro para lo que ofrece.