2 avaliações para Cocina Oriental D’Lux Chang Jiang
Não exige registro
Ana S.
Classificação do local: 3 Madrid
Restaurante chino baratero, abierto todos los días del año, tardan 5′ en servirte y todo está tan bueno o tan malo como los miles de chinos barateros que hay en Madrid. No esperes cocina D’lux, solo algo comestible para un apaño, cero original y tan grasienta y con bien de agridulce como ese otro chino que hay en l esquina de tu casa. Ideal resacas, mudanzas, prisas, día en el que te apetece cerdear… Sé que terminaré volviendo, que me conozco… Ah, eso sí, la familia que lo regenta habla español como los ángeles y son muy majos.
Lolo R.
Classificação do local: 2 Madrid
Calificar este restaurante como«Cocina D’Lux» es un tanto atrevido. Tengo una amiga que vive por los alrededores, y un día nos invitó a comer a su casa. Éramos bastantes invitados, y estuvimos discutiendo el menú con varios días de antelación. Sin embargo, ¡sorpresa! Nadie terminó de concretar nada, y ese mismo día, en el Metro, tuvimos que decidir con prisas dónde íbamos a comer. «Hay un restaurante chino que no es gran cosa, pero no está mal». Ok, pues chino para todos. Al hacer el pedido, resultó que el restaurante no admitía pago con tarjeta a domicilio, así que nos pidieron que nos acercásemos a recogerlo de camino. Dicho y hecho, pusimos rumbo a esta plaza, y al llegar, nos adentramos en el lugar. Es un chino de barrio de los de toda la vida, con una decoración muy como de principios de los ’90. Eso sí, hay una cosa que llama poderosamente la atención por encima de todo: a la entrada, si miras para la derecha, verás una vitrina con infinidad de cosas. Collares de perlas(bueno, de perlas, ya me entendéis), juguetes, mecheros, abanicos… Infinidad de elementos inservibles que, por lo visto, sirven de regalo para los clientes del restaurante una vez finalizada la comida. Pagamos con tarjeta, recogimos todos los elementos y salimos pitando para el hogar de mi amiga, con la comida caliente en las manos. Pedimos un menú de esos que traen un poco de todo, y he de decir que había cosas que sí y cosas que no. La ternera estaba durísima y el rollito de primavera sabía a aceite requemado. A cambio, el pollo crujiente estaba estupendo, igual que el arroz. En definitiva, un chino de barrio que te saca del apuro, pero no esperes grandes florituras.