Chuka Ramen Bar

Decepcionante, creo que esa es la palabra que mejor describe nuestra cena en Chuka. Muy buena atención pero la calidad de la comida creo que no se corresponde con las valoraciones que tiene.
Comenzamos con los bao de panceta, lo mejor de la noche (o mejor dicho, lo único bueno de la noche). Después tomamos los gyoza de cerdo y langostinos, sin sabor definido, poco convincentes. Para terminar, el ramen; aquí la decepción es completa, quizás esperábamos mucho, pero ni el sabor del conjunto ni los noodles en particular, están a la altura de un buen ramen.
En definitiva, está muy lejos de los buenos restaurantes de ramen.

Abril 2016: comida viernes
Subimos a 5*.
Porque no sólo de ramen viven en Chuka. Definitivamente la calidad de los baos es la mejor de la oferta madrileña. Tenían fuera de carta el de pastrami y el de oreja. Nos peleábamos por ellos! Una pasada. El de langostino completó el tridente de la comida y la mejor tirada de baos que recuerdo.
Completamos con ramenazzzo por cabeza y tan contentos. Además es que me sigue encantando cómo tiran las cañas en este sitio.
59 € 2 pax.
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Enero 2016: comida viernes
Me flipa ir a un local y que me haga sentir que no estoy en Madrid. En el Chuka Ramen no llegamos a llegar a un acuerdo sobre si era Londres o nyc pero el toque es muy cosmopolita.
Lo peor fue que leyendo aquí pensábamos que no se permitían reservas y todo lo contrario! Hay que reservar, porque se peta. Era viernes a la hora de comer y pudimos coger un hueco en la contrabarra, una barra montada en un hueco que nos hizo muy buen apaño la verdad.
El bao de panceta, pepino y salsa hoisin está basado en el mítico Momofuku ssam Bar de NYC, pero aquí estaba mucho más en su punto y la salsa era inmejorable. Probamos el de cangrejo, que picaba bastante para mí, casi nada para mi mujer… lo normal, a ella le encantó. Las gyozas de ajo negro probablemente las mejores que hemos probado, y aún así fue lo que menos nos impactó de la comida. El colofón del ramen fue espectacular, la sopa exquisita, el huevo en su punto, los noodles sabrosos… una pasada.
Algún famosete, buen servicio y cañas bien tiradas completan una visita que promete ser repetida.

Para ser especialistas en ramen, es lo único que no he probado. Fui hace unos días con unos amigos y pedimos todo para compartir. Y claro, compartir una sopa se nos hacía un poco difícil… Además, como una persona es vegetariana, nos ajustamos a sus gustos. La carta es breve, pero había suficientes platos para elegir. Pedimos varios bao bun (a cada cual más rico, pero nos sorprendió por sabroso el de setas shitake), unas gyozas de edamame y miso quee staban exquisitas y un espectacular y picante plato de calamar.

No diré que el sitio no me gustó, que lo hizo. Pequeño y recogidito. Pero, claro, esto tiene su desventaja y es que por un lado, la lista de espera para poder comer se hace muy grande si no reservas con antelación y que el nivel de ruido es muy alto.
Llegué ese día en el que habíamos reservado para comer con unos diez minutos de antelación, así que me quedé en la barra esperando. Allí pedí una coca-​cola. Me pusieron una mini coca-​cola… Pero ¡¿Qué es esto?! Una estrella menos ya, es inadmisible que una cerveza te la pongan normal y que un refresco sea de ese tamaño. Pero bueno, de acompañamiento me pusieron pan de gamba con hummus. Muy rico, con un toque picante.
Llegó el otro comensal y nos sentaron. Lo que tiene reservar. Pedimos la bebida mientras nos decidíamos qué comer. Yo pedí un té negro con jugo de yuzu. ¡Buenísimo! Volveré a pedirlo si vuelvo. Dulce pero sin empalagar y con su toque de té.
Para comer yo tenía claro que quería Ramen, pero de entrante no me decidía. Al final yo pedí un Bao Bun de panceta y mi acompañante el de pollo. Para principal yo pedí el Ramen Tantanmen y mi acompañante del Dok boki, una especie de calamar rebozado con algo picante, pero por lo visto, buenísimo.
El ramen, muy bueno, aunque el caldo poco picante para lo que comentaba la camarera.
En general, el trato muy bueno, la camarera muy atenta. Aunque el hecho de que no pidiéramos postre parece que la contrarió, pero ¡Estábamos bastante llenos!
Le hubiera dado una estrella más si el precio no fuera tan caro ¿6 € por un Bao Bun? Me parece excesivo.

The lady was craving ramen when we got to Spain. I thought it would be a horrible idea… and I was right.
Food:
The ramen lacked a hearty soup. The focus appear to be on their meat. The noodles were pretty decent. The Pork slice we got was really really really good. Outside of that everything else made me say wtf.
Service:
Decent service. We didn’t have a reservation but we got seating anyway though there was a time limit.
Environment:
Feels like a ramen joint where you’d drink a boat load of alcohol.
Price:
We paid equivalent to $ 17 usd for a bowl of ramen. That is without a doubt the most expensive bowl of ramen I’ve ever had!
Food: 2
Service: 4
Environment: 4
Price: 1

Very Delicious food. Make a reservation before hand. We just showed up without a reservation bc its close to our hotel. They asked if we had made a reservation we said no. The only place they could seat us was at the bar right beside the cashier. Not a lot of room for 2 people. Another 2 guys showed up and were seated at the same bar. They really had to squeeze in.
The food was super good. It’s not authentic Japanese tho if thats what you’re hoping for.
We ordered fried chicken wings with curry sauce as an appetizer. I could not get enough of the wings!!! The curry sauce was the bomb. Hands down. I could have those all day everyday !!!

The ambience here was great! Service was impeccable! However, I’m originally from Los Angeles so I’ve tasted some really great ramen. The quality was great but the execution just wasn’t there. The broth just wasn’t right — too thick; almost creamy. And the noodles were off — had no «spring» so to say but rather absorbed so much off the broth that it became soggy. Everything else was so great; I just really wanted the food to be just as amazing.
I would definitely recommend making a reservation. Place is typically booked anytime after 9. Overall, great service and great atmosphere.

En @chukaramenbar. Un sitio realmente delicioso. Todo excelente y hecho con cariño. Carta corta y todo bien ejecutado. Pide Bao de langostino tigre, gyozas y un ramen. Dificil reservar. Se merecen su buena fama y éxito.

1. If you havent been here, make sure you go.
This place is a hidden gem.
2. This place has the best housemade gyoza that is filled up all the way with meat. Then the ramen is probably the best it will ever be in Madrid.
I have tried a couple other places. Its either the ramen noodles are good and the soup is soooo salty or bland, or the soup is amazing and the noodles are hard or sticking all together with a weird texture.
Here i am glad to say it has good noodles and a decent soup too.
3. The quality of food here is obviously top notch. It really is one of the nicest restaurants i have been to, and im talking price, interior, and taste wise. Seriously though the mood is amazing. Its clear they’re a popular and busy business so just keep that in mind when you go. If you can, making a reservation will be a very good idea. Play it safe, trust me. I saw a ton of people walk in and walk out due to the fully booked night. To be fair they usually do leave a couple tables opened for walkins it was just that there was a group there that night. The kind front lady greeted me and spoke perfect english. She was kind enough to ask for permission for me to eat at the bar due to the lack of tables.
4. Great service. The price isnt cheap but for the ambience, food quality, and service, i didnt feel cheated one bit.

Umm, no ramen in the summer. Disappointed. Odd flavors for the gyoza and their version of chuka «ramen»

Recuerdo que aquí había otro restaurante japonés llamado Akira, aunque del nombre no estoy del todo segura. El recuerdo me abofeteó en la cara al entrar en el afamado Chuka Ramen Bar y ver un mobiliario y una disposición ligeramente similar. «Aquí he estado yo antes», pensé, «y fue sushi lo que comí». No obstante, me gusta mucho la reforma del lugar, su mural de aire japonés del fondo y la selección de sus productos. Al llevar bastante tiempo entre los restaurantes más visitados de Madrid o, al menos, en boca de todos, poco tengo que aportar en cuanto a descubrimientos, aunque sí que diré que acabé muy satisfecha después de probar las gyoza y sobretodo la panceta del ramen.
Los más puristas o tradicionales pueden encontrar peculiar esta versión del famosísimo plato, pero aún así me gustó mucho su elaboración, la ternura de la carne y la intensidad de sabores. Bien es cierto que me sorprendió la escasez de caldo, que resultó suficiente, pero que suele inundar los cuencos donde se sirven estos preciados fideos chinos, aunque nunca te lo bebas del todo. Otra de las sorpresas no tradicionales es el incluir tomates cherry y algo de verde para justificar un poco el título del plato (BLT), aunque no me entusiasmaron demasiado, sobretodo por la acidez del tomate y por estar crudo, ya que tuvo un efecto no desagradable pero tampoco lo contrario entre los que allí estábamos. Para abrir boca nos trajeron un humus de edamame que me gustó, pero que de nuevo chocó con la imagen tradicional que tenía de esta legumbre. Es de valorar su selección de cervezas importadas de Japón, para el que quiera probar productos de difícil acceso.
La carta es escueta y justa y en general me gustó mucho el ramen, el lugar y las personas que nos atendieron rápidamente a pesar de lo lleno que estaba el local un jueves por la noche.
Lo recomiendo.

I’ll start by saying that I’m a bit of a ramen snob. Having lived in Tokyo for a time and currently residing in NYC, I’m pretty particular of my noodles.
The staff here is great and the bar scene is nice with a hipster/​Brooklyn vibe. The drinks were great and the starters were reasonably tasty although they’re not your traditional bao’s and gyoza’s. All their food has a modern twist which works in some respects but misses in others.
Unfortunately, even though I really wanted to like this place, the ramen was a big miss. It was way too salty (had the Chuka which was moderately over salty and the manzamen which was way overly salted) and the noodles lacked the chewiness I generally look for in good noodles.
The staff did deduct the cost of the noodles from our check after we mentioned the saltiness so maybe we caught them on a bad day. I would go back for the drinks and starters but would probably skip the ramen.

Comida en el CHUKA RAMEN BAR, situado en la calle Echegaray. Local pequeño, oscuro y un tanto incómodo. Mesas altas y bajas de chapa, y banquetas poco cómodas (al menos las altas, en las que si mides menos de 1,70 las piernas te cuelgan). Decoración muy austera y un poco deprimente, de comedor de prisión o algo así.
Especializados en cocina Chuka, que al parecer es la versión japonesa de la gastronomía china. Aparte de varios tipos de ramen, como indica su nombre, tienen gyozas, baos y algún plato de pescado.
Como sabemos que se llena, llegamos prontito, y nos pusieron en una de las mesas altas, en la que minutos después nos pusieron al lado otra pareja. Esto de compartir mesa, moda procedente del norte de Europa cada vez más extendida, está muy bien para que los restaurantes maximicen el espacio, pero a mí me parece incómodo y sigo sin verlo.
Vamos con el condumio. Con el calor que está pegando en Madrid en este mes de mayo, lo que menos nos apetecía era ramen, así que exploramos el resto de la carta. Después de un rico aperitivo de pan de gambas recién hecho, acompañado de un bol de hummus con especias, nuestra opción fue:
Dos baos, los bocadillos chinos de pan al vapor, uno de pastrami casero fuera de carta bastante bueno, y otro de langostino tigre, hecho en una especie de embutido con cilantro, que nos gustó menos.
Gyozas de vaca vieja, hervidas y pasadas por la plancha, acompañadas de salsa teriyaki. Rellenas de carne picada aliñada muy sabroso. Excelentes.
Hamachi (pez limón), presentado cortado como si fuera sashimi, ligeramente macerado en soja, acompañado unos brotes y wasabi blanco. Bastante bueno. Buen corte y buen producto.
Carta de vinos exigua de la que pedimos un blanco de godello Gaba do Xil, que combina con este tipo de comida a la perfección. Servicio simpático, aunque tuvimos que estar encima del camarero porque tienden a olvidarse de ti entre plato y plato.
Como no estábamos muy cómodos prescindimos del postre. Pagamos 52 euros por todo. No es muy caro, pero ojo que tampoco lo regalan. Resumiendo, la comida nos gustó mucho pero el local no nos gustó nada.

Chuka Ramen Bar se encuentra en el local donde estaba antes mi restaurante japonés preferido, el desaparecido Aki, y ya sólo por eso tenían mi atención ;) (lo sé, soy una mujer simple ^^). Actualmente admiten reservas por lo que es más ‘fácil’ ir sin tener que hacer cola ;)
El término japonés «chuka» hace referencia a la comida china que se toma en Japón, es decir, comida china ‘japonizada’ de la que el ramen es un buen ejemplo, un plato de origen chino que a su manera japonizada forma parte ya de la cocina japonesa actual. Así pues, el nombre es una declaración de intenciones: éste no es un restaurante japonés al uso ni pretende ser un ramen bar muy fiel a las recetas de ramen típicas de Japón. Aquí todo es fusión, un juego de sabores de Asia oriental fusionados para encontrar nuevas formas, nuevas combinaciones y nuevos sabores para sorprender al comensal.
La carta no es muy extensa, con una sección de baos (los bollos al vapor tan de moda en la actualidad), otra sección de hane gyozas (gyozas muy tostaditas), otra sección de platos variados y finalmente la sección de ramen, que va cambiando (ahora mismo en primavera 2015 tienen ramen muy particulares como hiyashi ramen, un ramen frío que está muy de moda en Japón).
Nosotras comenzamos con el famosísimo bao bun de pulled pork. Muy rico, pero tampoco me ‘sorprendió’ tanto (está tan de moda que ya… ¿cansa? ^^). Estaba muy rico, no me entendáis mal, pero no me sorprendió y de hecho acabó totalmente olvidado por culpa del bao bun de langostino que estaba simplemente ESPECTACULAR! Creo que hubiese cenado sólo a base de ese bao bun de langostino :) La única pega, que el pan sea congelado. Pero vamos, que como el resto de cosas están muy ricas, uno casi ni se da cuenta… pero hay que tenerlo en cuenta.
Seguimos con las hane gyoza de bulgogi y kimchi. Me encanta el bulgogi y el kimchi así que esas gyoza sonaban súper bien, pero fueron algo decepcionantes. Ell sabor no era lo suficientemente potente, la masa es muy gruesa y el relleno estaba demasiado apelotonado, vamos, que le faltaba suavidad a todo el concepto, muy ‘rudas’. Desde luego tienen platos mucho mejores y en un principio es el único plato que no repetiría ahora mismo.
A continuación tuvimos la suerte de probar un ramen fuera de carta, el clásico tonkotsu ramen de Hakata. El ramen de tonkotsu es un potente y delicioso caldo de cerdo, que necesita horas y horas de reducción, por lo que no es fácil tenerlo siempre en carta (Chuka tiene un gran problema con el tamaño de su cocina). Y, a ver cómo os lo digo, simplemente… ¡ME ENCANTÓ! El caldo estaba potente pero no salado, muy untuoso y sedoso… ¡precioso! Los fideos muy muy muy ricos y el huevo, ¿le podemos hacer una ola al huevo, por favor? El huevo en el ramen es una de las cosas que hacen que diga ‘muy bien’ o ‘muy mal’ (ya os he dicho antes que soy una chica simple ^^), porque en muchos sitios sirven el huevo cocido y frío (lo tienen preparado de antes y cuando pides, lo juntan todo en un bol y listos… y buecs). El huevo de Chuka está en su punto, ni líquido ni sólido, muy untuoso y suave y a la temperatura ideal, ¡à la temperatura ideal! Vamos, que está PEREFECTO. Ya podrían aprender otros restaurantes de ramen, al menos en lo que se refiere al huevo, ejem. Ah, y el chashu estaba muuuuuuuuuy rico. Saborcito asado rico pero tierno a la vez. De nuevo, que aprendan esos supuestos restaurantes de ramen donde la carne parece más cocida que otra cosa (buecs).
Por cierto, que ese tonkotsu me recordó, de alguna manera, al ramen de pata negra de StreetXO. Ya, ya sé que no tienen naaaaaada que ver, pero nada, soy consciente de ello, pero la untuosidad y suavidad de los sabores, a pesar de su potencia, me lo hizo recordar. Vamos, que estaba de lujo.
Terminamos con el postre de la casa, el donut de mochi con helado que está… ¡delicioso! El helado me pareció muy suave y refrescante, increíble de sabor, y el donut de mochi una idea curiosona que a mí personalmente me gustó mucho.
Finalmente comentar que en la carta tienen cervezas japonesas (comerciales y artesanas) y cócteles con influencias japonesas, así que si vais en el segundo turno, los cócteles pueden poner buen punto y final a vuestra cena.
En fin, que Chuka me gustó mucho. Tienen cosas a mejorar (y si por cocina no pueden, pues a cambiarlas toca ^^), pero merece la pena, la verdad. Pagamos por los 2 bao buns, las gyozas, el ramen y el mochi, con una botella de agua y una Asahi 23 €/​persona, así que muy bien.

¡Por fín! Bien saben alguno que a la tercera va la vencida y todo gracias a un enchufe! Que raro eh!
El otro día pude disfrutar del rico ramen de este sitio que está a tope todos los días y que por fín acepta un tanto por ciento de reservas! Yo de primeras os aconsejo que si sois dos, uno sólo o tres como mucho vayáis a cenar a las 8.30! Si sois un grupo más grande, hasta 8, mejor reservad con tiempo!
Bueno, acabamos cenando aquí, que es el tema a tratar, porque unos amigos hicieron un video para Metrópoli (la revista). Así que le echaron cara y nos juntaron a 8 amigos y a las 8.30, avisando de que nos iríamos pronto, cenamos allí. Fueron unos 17 euros por cabeza con bebidas y postre, aunque el segundo postre nos lo regalaron! bien major que fueron.
Detallo la comida, los amigos que nos llevaron nos dijeron que suelen cambiar un poco la carta, así que supongo que dependerá de la temporada y de las cosas que hayan comprado frescas. Ah y perdonad si no me acuerdo de los términos concretos.
Pedimos para compartir varias cosas: un mini bocadillito con brotes bien rico. Creo que se llamaba algo así como Bao Bun. Me hacía gracia porque el pan era súper esponjoso. Luego pedimos unas ensaladas con kimchi que estaba picante pero bien sabroso. Y luego todos, es decir 7, menos yo se pidieron el ramen vegetariano que tenía una sopa de curry verde y meatballs vegetarianas y yo me pedí el de panceta! Estaba deliciosos el mío, con tomatitos cherry mmm… rico y llena fenomenalmente!
Por cierto que el postre no tiene leche y está increíble. Es una especia de donuts en tamaño XS con helado de té y ufff que rico!
Recomiendo el sitio totalmente pero eso sí, me costó probar así que os deseo suerte!

¡Por lo visto la calle Echegaray se está convirtiendo en el Little Tokyo madrileño!
Llevaba tiempo intentando ir a Chuka Ramen Bar sin ningún éxito (estaba cerrado, no tenían mesa o les habían cortado la luz… vaya, que no había manera). Anoche probé suerte con mi marido y un buen amigo japonés y por fin conseguimos cenar allí.
Los tres pedimos ramen, mi chico y yo la opción vegana de curry verde y mi amigo el ramen frío, sin caldo. Yo viví una temporada en Tokio y no sabía que existía ese tipo de ramen, pero por lo visto es muy común.
En Chuka no vas a probar el típico ramen japonés (para eso recomiendo el restaurante Kagura, muy de trote, en la calle de las Fuentes), sino un sorprendente ramen fusión. La decoración está logradísima, en madera con un precioso mural de fondo y el servicio es muy simpático.
La próxima vez pediré el bao bun de shiitake porque amo esos bocadillitos al vapor. Salimos a 16 € por barba, con cerveza pero sin entrante ni postre.

Según entiendo, este restaurante antes no admitía reservas y abría sólo el fin de semana. Eso ha cambiado, pudimos ir este martes y haciendo una reserva. No obstante, al ser el local pequeñito y siempre con mucha gente, no suelen cumplir el horario. ¡Pero nada drástico! No pasa nada por esperar un poco… Nos sentamos tranquilamente en la barra y veíamos como cocinaban desde la cristalera de la cocina. Eso sí, un descontrol bastante grande en la sala. Se les nota desbordados o pecan de novatos. No quiero que se me malinterprete, el servicio fue correcto, pero un poco desorganizado. Tardaron, sin exagerar, unos 10 minutos en atendernos. No digo llevarnos a la mesa, en explicarnos que las reservas iban con algo de retraso. Me parece un poco exagerado. Y mientras esperábamos en la barra, no te ofrecen nada de beber. No sé, puesto que tienen siempre mucha cola, esa barra de espera me parece un filón muy importante en consumiciones que deberían administrar mejor.
El local es pequeñín pero muy mono. Una decoración sobria. Las mesas me han encantado, no sé si eran de aluminio o algo así pero muy útiles para un restaurante. Hay altas y bajas con sus respectivos taburetes, nada de sillas. En cada mesa, palillos, servilletas y salsa picante asiática. Como ya he comentado, la cocina está a la vista y tienen buena higiene.
La camarera que nos atendió fue realmente maja y nos aconsejó muy bien. Es cierto que ves a todos ellos de aquí para allá, algo desbordados. Y eso que no son pocos. Pero su trabajo con nosotros fue bueno.
La comida, perdonadme de antemano si confundo términos y demás, no soy un experto en este tipo de gastronomía. De primero pedimos gyoza, tipo dumpling que venían con una corteza a la sartén por encima. Algo decepcionantes, me parecieron increíblemente sosas. Seguimos con una especie de baozi que estaba riquísimo. Pollo con salsa de limón, creo. No estoy seguro, pero me encantó. El «pan» estaba perfecto y el interior crujiente. ¡Una maravilla!
De segundo, pues ramen, claro… El shoyu y otro miso. Muy buenos, con unos fondos magníficos llenos de sabor. La pasta buenísima también. Parece que no, pero llenan una barbaridad y se notan unos ingredientes muy buenos en su elaboración.
De postre, el único que tienen, mochi donut. Una quenel de helado de limón que estaba increíble, el donut normalito. El problema es que tardó mucho en llegar.
Es un lugar a tener en cuenta por su comida, me pareció muy buena. No obstante, el local es pequeño y el ruido se hace muy, muy, molesto. El servicio anda un poco desbordado, pero son muy majos y se les perdona todo. Saben aconsejar y están todo lo atentos que pueden a la mesa para que no te falte nada. ¿El problema? El precio. Pagamos 25 € por persona (dos) y en un restaurante/​bar no típico (manteles, platos, servicio, sillas cómodas, etc.) me pareció muy alto. Por suerte la comida está a la altura.
¡Saludos!

Wonderful restaurant. I ordered the ramen, but the real star was the bao buns. Both pulled pork and fried chicken bao buns where savory and mouthwatering. The drinks are a little pricey; however, they are quite large and absolutely delightful. To top it off– best staff I’ve experienced in Madrid! All the servers were extremely friendly and attentive. Tip– make a reservation, it will book up on a weekend evening

Came here on a Friday night with no reservation and had to end up waiting an hour for a table for three but it was absolutely worth it. For starters the staff was incredibly nice and tried their best to accommodate us while we waited, and though half our table didn’t speak Spanish the waiter was so helpful and friendly. Perhaps at the point we got our food it was total starvation but everything we had was incredible! Definitely recommended for anyone who’s a ramen fan, or if you’re not there are other things on the menu that were just as delicious

Ante todo decir que la comida es muy rica, pedimos un bol de ramen con bolero meat balls cada uno y de primero unos chipirones con pasta de arroz picantes deliciosos.
Esta emplazado en lo que antes era para mi uno de los japos mas autenticos de madrid, han mantenido la decoracion en los aspectos basicos; lugar de la barra y de la cocina, asi como los paneles de separacion de las mesas.
Los precios son altos 12 – 14 eu el bol de ramen (vale la pena pagarlos por la materia prima utilizada y el sabor). Ahora si, igual que pague agusto el ramen me parecio una tomadura de pelo la cantidad de comida en el plato de chipirones (9eu) y era apenas ½ racion con mucha pasta de arroz y poco chipiron. Que el botellin cueste 2,5 tampoco me parecio demasiado bien. Los camareros un poco despistados pero agradables. Que el cocinero (mas bajito) salga hecho una furia por algun error de algun compañero no queda muy bien.

¡Por fin pude probar Chuka! Era un sitio al que llevaba queriendo ir desde antes de que abriera. Me enteré de su futura existencia de casualidad por Twitter, curioseando después de haber ido a la primera edición y haber probado los riquísimos bao buns de Puntapié (los chicos detrás de Chuka).
No aceptan reservas y no abren entre semana a mediodía (sólo los viernes), así que hice un primer intento un viernes a las 21:00 en plena temporada de comidas navideñas: ¡error! Completamente hasta arriba, con todas las mesas ya cogidas para el resto de la noche.
El segundo intento fue hace no mucho, un sábado a la hora de comer. Después de la decepción de aquél viernes, llegamos 10 minutos antes de que abriera a las 13:30, y esperamos un poco en la calle junto con una pareja que posiblemente había tenido la misma idea. Cuando entramos nos dejaron sentarnos enseguida, a pesar de que uno de nuestros amigos todavía no había llegado. Es un detalle porque hay muchos sitios donde no te dejan sentar hasta que está la mesa completa. En general la chica que nos atendió fue realmente agradable y atenta. A los 20 minutos o así de estar allí ya se empezó a llenar y para las 14:00 ya había cola.
Aunque Chuka es supuestamente un ramen bar, hay un montón más de cosas para elegir en la carta, incluyendo los buns muy parecidos a los que probé en el MadrEAT. Los platos no son japoneses, de hecho Chuka es el nombre que recibe la cocina japonesa-​china. Yo diría además que incorporan elementos o ingredientes de fusión coreanos e incluso españoles, como pimientos del padrón, gyozas de butifarra…
Con eso de que había tantas cosas diferentes y que hacía 2 días que había ido a comer ramen, decidí no pedir ramen aquí y probar diferentes cosas que pedimos para compartir entre 4. No me quedé sin probar el ramen, ya que dos de mis amigos pidieron dos tipos diferentes. Estaba súper bueno, el plato no es tan grande como el de Ramen Kagura (y el precio es mayor), pero da la impresión de estar como más elaborado. Yo les daría un empate a los dos.
Del resto de cosas que pedimos, los pimientos del padrón con sal cítrica de yuzu era tal vez lo más soso. El resto estaba muy bueno, en especial el dok boki (pastelitos de arroz y txipirón planchados con salsa picante de chile coreano) y el bao bun de cerdo con salsa hoysin. Para beber hay unas cuantas cervezas japonesas para elegir, yo tomé una Kirin (4 € ¹⁄₃) y uno de mis amigos pidió una Echigo (cerveza de arroz, 7.50 € por 0.5L) que probé sabía un poco floja.
En total, habiendo pedido 2 platos de ramen, 2 bao buns y 3 platos más a compartir, salimos a 20 € por cabeza con la bebida. Es cierto que yo no comí demasiado ese día y el resto creo que se quedaron bien, así que yo diría que la relación calidad precio es aceptable. Tal vez las bebidas se pasen un poco, por poner algún pero.
En resumen, un sitio muy recomendable al que ir si te gusta la comida japonesa o asiática en general, y por supuesto el ramen. Eso sí, hay que planearlo para llegar con tiempo :)

Best ramen in Madrid by far.

Cualquiera diría que estoy haciendo una gymkana entre todos los sitios de ramen de Madrid, la verdad. Pero lo cierto es que desde que conocí este plato japonés, no puedo evitar ir a probar todos los sitios en los que la cocinan.
«Chuka» es la mezcla de la cocina japonesa con la china, así que ojo, porque aquí vas a encontrar cosas bastante potentes. Nosotros fuimos tres, y nos acercamos prontito un viernes porque el lugar no admite reservas y suele estar bastante movidito. Por suerte, no tuvimos problema para coger sitio.
Para empezar, pedimos algunos entrantes variados: unas gyozas que estaban muy ricas (y que venían todas pegadas a propósito, de una forma muy graciosa), tebasaki (unas alitas de pollo fritas y bastante picantes que estaban increíbles) y el clásico edamame, que la verdad es que es como las pipas: en cuanto te comes uno, no puedes parar. Todo estaba muy rico, pero se nos fue un poco la mano: yo no pediría tantos entrantes, porque luego el ramen es una comida consistente.
Con respecto al plato estrella, tengo que decir que me gustó muchísimo. Es perfecto para una tarde de invierno, y este tenía un sabor muy potente. Eso sí, la ración es un tanto más pequeña que la de algunos de sus competidores (Yokaloka o Ramen Kagura, por poner dos ejemplos).
De precio nos salió algo más caro que los anteriormente citados, también porque habíamos pedido bastante entrante. Eso sí, no les perdono lo de las cocacolas pequeñas, ¡son minúsculas! No dan casi ni para un vaso…
Ah, eso sí: recuerdo haber pensado que no entendía nada la música de fondo que tenían puesta…

Muy buen trato y platos excelentes, especialmente el ramen y las alitas.
Precio algo elevado pero merece mucho la pena

Il Chuka è una cucina fusion tra la cinese e la giapponese. Il cuoco è un mago dei fornelli, un americano che è riuscito a traslare i sapori orientali nel centro di Madrid. Vi sono circa 30 posti a sedere e l’arredamento del locale è semplice ed accogliente. I piatti hanno dei nomi difficilmente pronunciabili ed il piccante è presente un po’ ovunque. Consiglio di provarlo, sembra di stare a San Francisco. Prezzi onesti e cibi di ottima qualità.
Che bella serata!

Un ramen para chuparse los dedos. Cada pedacito de alimento, que se baña en un suculento caldo a modo de jacuzi, conserva su personalidad otorgando sus favores a los agradecidos comensales.

Se encuentra en la calle Echegaray, y desde fuera da el aire de una tasca antigua española.
Nada más entrar salta a la vista una cocina transparente, donde se puede observar todo, luego cuenta con una barra para sentarse, unas 4 mesas para 6 personas y otras 5 mesas para 4.
Echo un vistazo a la carta.
Tienen platos como los de una izakaya, por lo tanto son geniales para acompañar a cualquier bebida, sobre todo a unas cervezas.
También destaca la presencia de unas cervezas japonesas, entre ellas «Gingakogen beer (
)», la cual es una cerveza artesanal nacida en la prefectura de Iwate (Japón) y es mi favorita.
Lo que me llamó la atención fueron unas faltas ortográficas de la carta y eso que la ojeé muy por encima. Ya se lo comenté así que ya veremos qué pasa.
Esta vez mi amiga y yo vinimos expresamente para probar ramen.
Hay tres tipos de ramen, que son de miso, syoyu y hiyashi-​chuka. El último puede ser el punto fuerte para este nuevo local ya que hay pocos sitios que tengan este plato aunque aún no lo he probado.
En esta ocasión ambas optamos por un syoyu ramen (salsa de soja) y una ración de tebasaki = (las puntas de) alitas de pollo.
En cuanto al ramen, voy parte por parte.
El caldo de ramen: es uno de los caldos más auténticos de toda Madrid con verdadera sabor a syoyu, pues muchos sitios dan ramen de sabor a tonkotsu-​syoyu demasiado fuerte y grasiento. Pero aquí el caldo no tiene grasa sino sabor, sólo que nos extrañó el ligero toque de limón. Aun así nos gustó y convenció bastante.
Los fideos: personalmente no me convencieron tanto su textura como su sabor, cabe la posibilidad de mejorar ya que otros sitios cuentan con mejores fideos. No le pregunté a mi amiga qué le parecieron los fideos, lo cual queda pendiente.
El chasyu: nada más verlo, pensé…“uff, una panceta grasienta!!”, sin embargo ese trozo de carne tenía un aroma muy propio de un chasyu.
El huevo: es el que más nos gustó en lo que se refiere a los toppings, yo daría un 10 por este huevo, ¡olé! No solo estaba cocido con el agua sino guisado en un dashi, por lo que aportaba buen sabor.
El resto: el negi (=cebolleta china) y el nori (algas), correctos. Ojalá nos pongan más negi.
En resumidas cuentas, es un ramen sencillo pero muy cercano al puro estilo.
Ahora el tebasaki (alitas de pollo).
En primer lugar este no es tebasaki, que en japonés significa «las puntas» de alitas de pollo) sino karaage (pollo frito).
En segundo lugar está aliñado con un vinagre dulce, por tanto su sabor era más bien el de la comida china.
No obstante el toque de shichimi — el picante japonés de 7 sabores — daba un toque curioso.
Los asientos son incómodos, fríos y sin respaldos. De hecho, no fui la única que ponía el abrigo encima del asiento para no coger el frío.
El precio es un poco caro.
La atención al cliente bastante correcta.

He cocinado con sus creadores. El ramen es su especialidad como dice su propio nombre aunque tengo que explorar para ver que otras cosas tienen. Resumiendo el ramen es una sopa de noodles al estilo japonés. Hay mucho por descubrir y este es el sitio perfecto. Con muchas ganas de ir. Lo más importante es ir a los sitios donde gente que sabe, te enseñe a degustar lo que desconoces. Les deseo mucha suerte. Anímate, no te defraudará.