Casa de Granada

I don’t know about food, as I only had a glass of wine, but the view alone is worth five stars. The owner brought a complementary tapa, vwhich is always nice.

Nada más entrar ya sabes que estás en un sitio especial gracias a la entrada tan particular que tiene. Íbamos en particular porque nos habían dicho que tenía buenas vistas y era un local agradable. La terraza estaba llena y hacía un calor insoportable, así que decidimos cenar dentro. Dentro el aire acondicionado estaba a tope y llegamos incluso a pasar frío.
En cuanto a la comida, no me llamó nada la atención. Pedimos croquetas, albóndigas, gambas fritas y tortillitas de camarón. Ninguno de los platos me llamó la atención y los precios no me parecieron baratos tampoco. Quizás no acertamos con los platos y me quedé con ganas de probar algún revuelto.
Si vuelvo sin duda será para tomar algo en la terraza, que parece que si merece la pena, aunque ahora en verano parece ser que está llena y hace calor.

Atención al cliente pésima, los camareros no pueden ser más desagradables. Es una pena la decadencia de este sitio. No volveremos

Os voy a contar un secreto, otro más, de este sitio: antes de llegar a la zona de la terraza, a la izquierda, hay una puerta que pone «Privado» y ahí te encuentras, si has reservado, una sala donde poder celebrar como nosotros un cumple, o hacer una comida como si estuvieras en casa con amigos, pero con la alegría de tener las vistas que te ofrece este local. Nosotros éramos 8 pero diría que caben unos 10 seres vivos.
La verdad es que me encantó encontrarme con esta sorpresa. A la cumpleañera más :) y estuvimos muy a gustico. Además los camareros fueron rápidos, atentos y muy amables todo el rato.
Con ya no recuerdo las botellas de vino blanco que pasaron por la mesa, cervezas, varias raciones, pan, postre, algunos cafés y algún licorcete, salimos a 22 cuquis por persona y a mí me parece un precio bastante razonable. De hecho, siempre he entendido este sitio, antes y después de la reforma, como un lugar donde ir con varios amiguis y darle caña a varias raciones.
Tomamos revuelto de morcilla, chipirones «encebollaos», cazón, ensaladilla rusa, una especie de huevos rotos como con papas a lo pobre, croquetas de jamón y tortillitas de camarones. Creo que no me dejo nada. Todo muy correcto y me quedo con las tortillitas y le meto una de miss peguitas a la ensaladilla que, si bien a mis compañeros de mesa les gustó y estaba aceptable, diría que es de esas «medio preparadas» y soy muy exquisita yo con la ensaladilla, así que fue lo que menos me gustó.
De postre tomamos una tarta de queso deliciosa, profiteroles, una especie de borrachos, no no me comí a uno de mis amigos ;PPP, y otra cosita que no recuerdo el nombre pero era como un Ferrero Rocher gigante (2 por postre) que estaba brutal, pero brutal de pedirle matrimonio ;D
Entre las raciones que pedimos, el solecito de ese día, que estábamos hasta con la ventana del «Privado» abierta, y lo bien que comimos, solo nos faltaban unos barreños en los pies para creerme que estaba en la playa: P

Está bien enseñar este sitio a alguien que no lo conoce, porque resulta emocionante entrar en un portal cualquiera y encontrar, tras el viaje en un ascensor cochambroso, unas bonitas vistas del centro de Madrid.
Siempre me gustó este sitio, en especial la ración de chopitos, pero era un fastidio la numerosa concurrencia a cualquier hora del día, ya que resultaba difícil encontrar una mesa en la terraza exterior, la verdadera joya del lugar. El otro día volví y me sorprendieron todos los cambios que ha experimentado este sitio.
Como aspectos positivos diré que la cristalera exterior permite mejor visión de la plaza y los tejados y que los muebles nuevos, la pintura etc. dan un aspecto más limpio al local. Pero no me acaba de convencer: se encuentra este ambiente entre lo descuidado anterior y las terrazas pijas que tanto han proliferado en la capital, es decir, ni chicha ni limoná; bien, pero podría estar mejor. Las televisiones de plasma con los videos de 40tv de fondo tampoco ayudan, ni el tono gris elegido para la decoración general, aunque eso pudo verse influido porque visité el establecimiento en un día lluvioso de invierno y a una hora extraña.
Como digo, sirve para tomar algo mientras le enseñas la ciudad a tu amigo de fuera, a pesar de la subida de precios. Además ahora que hay menos gente, resulta más agradable. El camarero que nos atendió fue simpático y estuvimos haciendo algunos chistes con él. Bien es cierto que éramos los únicos clientes, pero pasamos un rato agradable.

Coincido con muchas de las críticas en que se pasan con los precios. Es el típico sitio que mola conocer por eso de entrar por un portal. Tiene terraza con — unas no tan impresionantes — vistas. Pero 3.50 una coca-​cola con una raquítica tapa de empanada regulera. Sorry, pero no compensa.

Al principio desconcierta un poco entrar a el portal de un bloque de viviendas con el objetivo de ir a un bar. Da una sensación de clandestinidad que mola, y nada mas salir del ascensor te encuentras un sitio bastante chulo, con una terraza con vistas privilegiadas. La atención por parte de los camareros es muy agradable, y se esta a gusto en la terraza. La tapa que nos pusieron era una empanada de atún bastante cutre y mala. Para picar pedimos cazón en adobo, croquetas de jamón y albóndigas. El cazón en adobo estaba muy rico, las croquetas de calidad mediocre y las albondigas recordaban a unas de bote. Las raciones muy escasas. Lo peor de todo es el precio, a mi parecer caro. Me habían comentado que antes de la reforma estaba bien de precio… pero ahora… caña doble por 3.50, y las raciones no bajan de los 10 €.
Conclusión, el sitio es chulo… pero se han subido a la parra con el precio, la calidad malilla… Por lo que cuesta, el sitio no me merece la pena…

Yo juraría que ya había escrito sobre este sitio, pero me hago mayor a ritmo acelerado y mi cerebro no es el que era. La Casa de Granada siempre ha sido, junto con el kebab que está un poco a la izquierda del portal, mi sitio favorito para cenar algo tras una peli en los Ideal. La cuestión es que siempre estaba llena y tenías que hacer cola incluso para sentarte dentro, desde donde las vistas no son tan impresionantes como en la terraza, con la que se ve bastante Madrid debido a que estamos en la sexta planta de un edificio que está en lo alto de una colina (a Lavapiés se baja, a Sol y a la Latina también, y Atocha también tiene pendiente descendente).
En cuanto a la reforma de la que todo el mundo habla, encuentro que el sitio ha mejorado considerablemente a como estaba antes, que daba un poco de grima; el servicio también es mejor, y la comida ha subido de calidad: pedimos unos calamares, un poco de cazón y un revuelto de morcilla, y estaba todo más que aceptable. Y también han ampliado la carta de infusiones y de ginebras y similares. Entonces, ¿por qué ya no hay cola y no está abarrotado como antaño?
Pues temo que es un claro caso de haber intentado subir la categoría del local y, junto con ello, los precios. A mí me sigue gustando mucho, pero es cierto que pagar una cerveza al triple de lo que la pagas en el bar de abajo no parece muy buen negocio una vez que ya has observado las vistas, y que no será por sitios en Madrid en los que cenar de raciones. Quizá deberían reconsiderar esta política de precios antes de que la reforma les salga más cara y terminen por no amortizarla.

Es lohnt sich, nicht aufzugeben, auch wenn das Casa Granada schwer zu finden ist. Von der Strasse nicht erkennbar, befindet sich die Kneipe, und etwas anderes ist es nicht, im obersten Geschoss eines ganz normalen Wohnhauses. Man muss wissen, welchen Knopf am Klingelschild man drücken muss. Wir hatten Glück: es kam gerade jemand heraus und wir nutzten die Chance, ins Treppenhaus zu schlüpfen. Der Lift nach oben ist ein Selbstgänger.
Der Laden ist immer voll und um einen der begehrten Plätze (und nur derer wegen sucht man die Location eigentlich auf) auf dem handtuchschmalen Balkon zu ergattern, muss man sich eine Nummer geben lassen. Warten lohnt sich!
Wir gehen bei jedem Madrid Besuch in die Casa und finden es stets lustig und kurzweilig, gerne bei hinter den Dächern Madrids versinkender Sonne.
Die Patatas Bravas reichen durchaus für zwei, die Flasche Rose wird selbst in dieser Junge-​Leute-​Location in einem silbernen Kübel gereicht.
Ein Madrid-​Tipp der etwas anderen Art. Merkem!

Buen sitio en cuanto a ubicación, vistas, ambiente. pero eso sí, nunca he pagado por una mirnol o Alhambra 1925 4,5 euros, se cuelan un poco en los precios y no tiene variedad en la carta, solo raciones, bi medias raciones ni tapas, señores que estamos en casa de grana, dnd estan las tapas!, si las tienes que cobrar, yo las pago, pero ofrecelas.

Hace tiempo íbamos muchísimo a la CASA DE GRANADA en la plaza de Tirso de Molina. La verdad es que tiene unas vistas privilegiadas y tomarse algo en esa terracita era un puntazo. No habíamos vuelto desde que lo cerraron y lo reformaron. Este viernes (aciago para «la roja»), volviendo de compras por el centro paramos a tomar un refrigerio y ver cómo lo habían dejado. La verdad es que al antiguo local le hacía falta una reforma, ahora tiene una terraza más ancha, y por tanto más cómoda, las vistas siguen siendo espectaculares. Y hasta aquí lo bueno. Pedimos una cerveza, un vino blanco y un zumo de melocotón. Tapa miserable… Por favor, me trae la cuenta… 11,50 euros. ¿Qué hemos roto? Pues resulta que cobran 4,50 por un tercio de Alhambra, 3,50 por un verdejo bastardo (más de lo que les ha costado la botella entera seguro) y otros 3,50 del ala por el zumo. Vale que tendrán que pagar la reforma, pero a mí no me vuelven a ver el pelo por aquí.

!!!Menuda sorpresa me he llevado hoy¡¡¡ Ciertamente, no me esperaba que un sitio como este estuviera donde he ido hoy.
El lugar por lo que sé lo han reformado, una pena que no lo haya podido conocer como era entonces.
Las tapas muy ricas (pedimos croquetas y unos pinchos) pero el pan quizás un poco ”chicle”, pero aun así aceptable.
El servicio muy cumplidor y las vistas maravillosas (aunque una pena que con el frio que hacía hoy hemos decidido un amigo y yo quedarnos dentro del lugar).
Recomendado, sobre todo si quieres dar una grata sorpresa a algún amigo.

Ayer decidí ir a Casa Granada, el último intento se quedó en «cerrado por reforma» así que al entrar al portal me llevé una alegría al comprobar que estaba abierto!
Lo han reformado entero, ahora es un sitio moderno, no castizo como era antes. La buena noticia es que han ganado mucha terraza y pudimos sentarnos (no sin antes esperar) y disfrutar de las vistas y el sol que hacía en Madrid.
Lo recordaba más económico, eso si. Aunque lo que es una verdadera pena es no poder pedir ½ ración, para disfrutar de las croquetas! Si vais más de 2 sin problemas, para dos, demasiado!
Espero que no termine de perder su espíritu, la reforma quizá lo ha modernizado demasiado…
Ah! La ensalada templada rica, los huevos mohínos geniales! El tinto de verano deja mucho que desear, será que aún es primavera!!!

Las vistas son espectaculares. Para tomar una caña muy bien.
La ensalada de rulo de cabra bastante rica con toques frutales como manzana fresa…
Seguimos con unos huevos «mohínos» que la diferencia es que las patatas son a lo pobre en vez de fritas.
El precio no está mal. La atención bastante agradable.
Lo peor es que a la hora de pagar no te avisan que no hay tarjeta.

Que lástima. Aún siendo mi familia de Granada, con la conexión emocional que eso pudiera conllevar, siento decir que este sitio decepciona de cada vez más. Si bien viven de las rentas de su buena ubicación y su terraza sobre Tirso de Molina, y le han lavado la cara tanto al salón como a la misma, el servicio deja tanto que desear (por escaso que no por malo) que deja serias dudas sobre sí repetir. Si a eso le sumas que las otrora abundantes tapas se han convertido en raciones de pago, estamos hablando de un establecimiento que está muriendo de éxito. Muy a mi pesar.

Buenas panderetas !

¿Quién no disfruta con el efecto sorpresa que produce llevar a algún amigo foráneo a este como poco curioso bar? ¿Quién no se ha recreado alguna vez con el desconcierto que provoca al amigo incrédulo el descubrimiento inesperado de semejante local? «¿pero qué es esto, pero dónde vamos?» se podrá oir.
Cuando todo el misterio se desvele, por un lado, el amigo creerá asistir por lo menos a un acontecimiento equiparable a la apertura de la tumba de Tutankamon y se le quedará grabado de por vida en la retina. Por otro lado, el cicerone sentirá el orgullo de ser el amo de su ciudad, el que conoce hasta los recovecos más inalcanzables.
Todo eso mola mucho, pero ¿qué hay del bar en si? Pues no está mal. Más allá de la sorpresa escénica, la gente va atraída por su terraza que da sobre la plaza de Tirso de Molina; aunque es un espacio mínimo, estrecho, con la mesas y las sillas casi unas encima de las otras y además está siempre llena. Para poder acceder a ella por lo general hay que pagar el tributo de tomarse unas cañas en la barra hasta que se libere un sitio. También se puede optar por las mesas del interior, menos solicitadas y mas espaciosas.
Luego, como es lógico para un sitio que se llama Casa de Granada, las frituras andaluzas son la especialidad. Yo las encuentro simplemente correctillas y, en general, lo veo un poco subido de precio para la calidad media. Pero el que nunca haya venido y quiera experimentar la experiencia de un descubrimiento tiene una ocasión perfecta para ello.

Las migas muy buenas la paella mejor!!! Y todo por solo pedir Cañas… Muy bueno para impresionar, una medalla para ligar y si quieres quedar como un experto conocedor de lugares para recordar, este sitio debes enseñar!!!

Sus estrellas son debidas a sus maravilllosas vistas… no te lo puedes perder.
Eso si, es para comer en plan croquetas y patatas bravas… dificil coger sitio los dias clves como findes o festivos, ideal un martes a mediodía.

Né super Bar im Zentrum Madrids. Aussicht toll, Preise in Ordnung, Tapas auch und die Atmosphäre einfach Klasse — vorausgesetzt man konnte einen Platz auf der Terrasse ergattern.

Terraza por todo lo alto
El tema de llegar a un portal comunitario, tener que llamar al portero para que te abran y subir al sexto me da rollo, tiene su aquel de lugar extraño. A partir de ahí experiencia en el montacargas plagado de firmas y citas de quien ha pasado una o algunas veces por esta terraza.
Cuidado si te pones al principio al lado de la puerta porque hay una máquina que debe ser un antiguo reactor de Boeing y cuando se pone a funcionar todo lo que haya en tu mesa tiembla, tú y tus acompañantes incluidos.
El consejo es evitar ésa primera mesa.
La situación del resto de las mesas es los uficientemente buena como para disfrutar de las vistas de Madrid: las tejas naranjas, las ventanucas abuhardilladas, el amarillo, el cielo.
Lo que nunca he visto han sido ni topos ni faralaes. Ni he escuchado flamenco, aunque me habría gustado.

Con la Casa de Granada ocurre excatamente igual que con el Viajero, de la Latina, un sitio muy original y un sitio que hay que descubrir… siempre y cuando no tengas prisa por coger mesa. La diferencia entre ambos es que éste está mucho más oculto que el otro: Deberás ir al portal y llamarles directamente al telefonillo, ya que el bar se encuentra en el ático de un edificio de Tirso de Molina. ¿Quieres soprender a tu pareja o amigos con una cena en lo alto de un edificio con unas vistas espectaculares de Madrid? No lo dudes y prueba con la casa de Granada. Además su comida te encantará!
En cuanto a la caza de la mesa, no te preocupes, por suerte en este bar no impera la ley de la jungla, si quiera el del más rápido o avispado. Simplemente llega, da tu nombre al camarero y espera tranquilamente en el interio del bar a que te llamen para ofrecerte mesa fuera.
De todos es sabido que Granada es una ciudad que encanta… Bueno pues su Casa de Madrid le hace toda la justicia al nombre!

La primera vez que fui a este sitio pensé que me llevaban a una fiesta privada en casa de alguien. Este bar se encuentra en la última planta de lo que parece ser un edificio habitacional. Por fuera la fachada es como la de cualquier departamento, con un pequeño cartel verde que dice Casa de Granada, aunque no indica que es Restaurante — Bar. Para acceder hay que llamar a la sexta planta, entrar, esperar al muy viejo ascensor, ingresar en él y subir. Justo cuando sigues con la idea de que vas a un piso cualquiera, se abre la puerta, ves la barra, las mesas, los camareros y a los clientes, y te das cuenta que estas es un bar hecho y derecho.
Casa Granada cuenta con un salón con mesas para comer o beber, y una curiosa y estrecha terraza alrededor del salón, con muy buenas vistas. En cuanto a comida hay una buena relación calidad precio, la bebida también es barata. Ideal para picar-​beber y seguir bebiendo.
Recomiendo ampliamente este lugar, es único, nada se le parece.

der blick! ja, der blick!
endlich mal wieder frei gucken.
und dazu ein bier aus granada, oder eine clara.
ich finde (die richigen) tapas durchaus ok.
alles etwas teurer als der rest von madrid, dafür
hat man aber auch die terasse.

Es gibt nicht viele Kneipen mit Aussicht in Madrid. Casa de Granada ist eine davon. Sie befindet sich zuoberst auf einem sechsstöckigen Gebäude an der Plaza de Tirso de Molina. Der Eingang ist an der beschriebenen Adresse. Für Einlass an der Tür rechts klingeln. Wenn die Bar gut belegt ist öffnet keiner, dann muss man warten bis andere Gäste raus kommen.
Entweder mit dem Lift oder zu Fuss in den sechsten Stock hochsteigen (kann sein, dass noch ein Mülleimer die letzten Meter versperrt). Oben angekommen ist die Terrasse meist belegt. Wichtig ist, dass man beim Personal einen Platz auf der Terrasse bestellt. Man wird dann aufgerufen, wenn ein Platz frei wird.
Von der Terrasse hat man einen guten Blick — auch wenn die Aussicht etwas mit Gebäuden verstellt ist. Die Tapas sind eher mittelmässig. Im Innern des Lokals darf nicht geraucht werden. Das Bier kostet 2.50 EUR (Nov 2008).