Casa Álvarez

Un domingo de rastro, después de tomar unas cañas por la zona, pasamos por la puerta e inmediatamente nos atrae el olor a pollo asado que desprende la máquina de asado que tienen en la calle. Vemos por la ventana que son mesitas pequeñas y parece acogedor. Decidimos entrar.
El camarero, un poco borde, le dice a un hombre que iba delante que toda la gente de la barra está esperando mesa y que no le puede decir cuánto tiempo de espera hay. A los 20 minutos volvemos y está vacío.
Entramos, pedimos pollo con patatas. Olor a fritanga que cala hasta la ropa interior. El pollo del montón, demasiado salado o demasiado avecrén. Salimos a 7,50 por persona. Conclusión: no creo que vuelva por el olor y por los camareros, pero la relación calidad precio es aceptable. Para ir alguna vez no está mal.

Una institución en El Rastro que lleva varias décadas sirviendo caldo y ración de tortilla a quienes paseamos por entre las calles más castizas y madrileña. También son muy conocidos por su pollo asado para llevar aunque han de admitir que su más cercano competidor (Asador Navarro
) les gana por goleada.
Con sus maderas rojas, su agrupación de incondicionales y esa dualidad tienda de comestibles-​restaurante, aquí, en invierno, es maravilla pedir un caldo, o dos, y dejarse maravillar por quienes pululan y desfilan. Arte.

El caldo de Casa Álvarez los domingos de invierno antes de ir al rastro te devuelve a la vida y sin duda te ayuda a enfrentarte al rastro y sus regateos con otras miras.
El Casa Álvarez es uno de esos sitios en los que se mezclan las abuelas con carrito que se toman un sol y sombra (también para empujar el carrito de la compra con más ímpetu) a las ocho de la mañana, turistas con plano, abueletes de charla, etc. (mucho personajismo).
El dueño del bar debe ser el señor mayor que a veces se asoma en la barra. El negocio es mitad tienda (pollos asados, bebidas, embutidos, etc.) mitad bar restaurante. Yo siempre que voy tomo una taza de caldo (1,5 euros), un pincho de tortilla y una café.
Los domingos se suele poner hasta arriba, porque incluso hay gente que se sienta a comer (paella y pollo asado principalmente), entre semana no lo conozco, aunque supongo que será totalmente de barrio y de partida.

Típico bar madrileño situado en pleno corazón de La Latina pero que puede salvar en un mediodía de un apuro puesto que tienen como bien anuncian en toda la cristalera un asador de pollos por un precio realmente bajo. 7.5 euros para llevar y 12.5 si lo compras allí. Pero, a veces, lo ponen en oferta y escrito sobre el propio escaparate lo anuncian a 5 euros. Un chollo
Nosotros no teníamos nada para comer una tarde en que vinieron de improviso unos amigos y fuimos allí y en muy poco rato, ya nos estábamos llevando el pollo asado a casa. Mientras tanto tomamos una caña y nos pusieron de tapa ensaladilla que estaba muy bien.
Anunciado en el propio letrero del bar como fábrica de patatas están muy muy buenas. Los domingos del rastro se pone imposible entrar de gente tomando cañas.

¿Me compro un vino o me lo tomo aquí? Esa clase de dudas existenciales se pueden dar en casa alvarez. Pues comprarte la botella y llevártela para casa te saldrá mas baratito, pero no es lo mismo que tomarse unas copas del mismo en el bar acompañado de sus tapas y el ruido que hacen las dos maquinas tragaperras.
comer, pocas veces he comido aquí, pero alguna que otra caña si que ha caído. siempre acompañada de ensaladilla rusa o patatas fritas.
Eso si, no intentéis usar sus baños si no habéis pedido nada antes, exclusivos para clientes.

Llegas a casa de currar un viernes a las 16h, previamente has tomado unas cañitas con algún compi y claro, te has entretenido. Ayer te olvidaste de sacar del congelador el último tupper que tu madre te dió para que te alimentaras bien y en tu nevera apenas hay una corteza de queso raspada y medio limón. ¿Qué haces? ¿Te comerías un elefante?
La solución es clara, yo me pasaría por Casa Álvarez. Puedes comprar cualquiera de sus platos para llevar o comer en el propio local. Yo siempre opto por llevarme, pues por muy bueno que sea este sitio, todavía no tienen un sofá con tele enfrente ni pantuflos de estar por casa.
Para mi, lo mejor es el pollo asado, pero hay que estar avispado, los fines de semana se acaba prontísimo. Las patatas son muy ricas, pero hay que tomarlas enseguida porque si no se hacen chicle y los pimientos son el mejor complemento. Aparte, tienen una judías verdes muy ricas, pero eso mejor para un día en el que te sientas sano.

Casa Álvarez es muchas cosas: en principio, es un bar-​restaurante muy castizo situado en pleno Rastro de Madrid. Cuando entras, huele a limpio, y lo primero en que reparas es en la profusión de fotos del Madrid antiguo que predominan en su decoración.
El servicio es absolutamente profesional, de camareros de Madrid de los de toda la vida, con camisa blanca y porte elegante. Su especialidad son los calamares y las patatas fritas. Y es que otra de las cosas que es Casa Álvarez, desde 1920, es una fábrica de patatas fritas. Esto lo podemos ver reflejado en las tapas, que suelen incluirlas: por ejemplo patatas fritas con un boquerón o un mejillón encima, o patatas fritas con un pegote de ensaladilla rusa encima, que es lo que me han puesto hoy, y hay que decir que tanto la patata como la ensaladilla estaban deliciosas.
Y otra cosa que es Casa Álvarez es una tienda de alimentación, situada en otra estancia detrás de la barra. Nunca he entrado a comprar, pero desde donde estaba sentado se podía divisar un buen surtido de vinos y embutidos. Debe estar bien, porque hoy he visto entrar a bastantes vecinos a comprar.
De lunes a sábado (excepto los viernes, que cierran) tienen menú del día. El domingo lo sustituyen por «sugerencias» de la casa. He visto que también tienen ofertas. En concreto este mes anunciaban el pollo asado para llevar (también tienen comida para llevarte a casa) a cinco euros (normalmente cuesta aquí 7’50).