Cantalejo

En la puerta reza que en este lugar se tiran las cañas a la antigua. Con lo que me gustan las cañas no puedo resistirme a entrar y probarlas. Observo y no parece que haya ningún ritual tradicional especial, lo que hay es mucho mimo. Giramos el vaso, lo dejamos reposar, unos golpecitos, espumita… El caso es que es de las cañas mejor tiradas que he probado. Pregunto: ¿Qué es eso de tirar las cañas a la antigua? Me responden: Tirarlas como dios manda. Me vale la respuesta.
Desde ese momento, este bar se ha convertido en uno de mis habituales, siempre te ponen varias tapas con la consumición, el trato es muy cercano (con bromas y chascarrillos incluidos) y tienen menús, platos combinados y bocadillos, hamburguesas, sandwichs. No es el más barato del mundo, porque no lo es, pero la confianza adquirida con Jesús y Eusebio no la tengo en ninguno de los demás bares.

Este bar restaurante es uno de los más completos de mi barrio, válido para cualquier hora del día. Puedes ir a desayunar por la mañana, a tomar el aperitivo o a comer de menú a mediodía, a tomar las cañas de la tarde o a cenar. Los camareros son muy amables y el local está decorado con buen gusto, es acogedor y bastante amplio, aunque a determinadas horas está lleno y no hay forma de encontrar sitio. Lo bueno es que tiene terraza y es un placer sentarse en pleno Paseo Imperial a tomar unas cañas acompañadas de unas tapas o unas raciones, todo casero y rico — rico. Lo dicho, un sitio agradable para comer o tapear, de lo mejor del barrio.