Canal de Isabel II

Cuando yo era pequeño estas instalaciones deportivas eran privadas, los socios eran ingenieros y trabajadores del Canal y mi padre era lo primero, así que yo me pasaba allí los fines de semana. Nos pillaba al lado de casa y era una suerte disponer de este espacio donde los niños podíamos correr y jugar sin miedo al tráfico. Y qué decir de las piscinas: había varias, para niños, la mediana, la olímpica… Hace ya bastantes años estas instalaciones pasaron a depender de la Comunidad de Madrid y se hicieron públicas, lo que supongo que es bueno para la mayoría, pero no para mí. He visto cómo en verano se llena de gente y, lo que es peor, con las sucesivas obras que han hecho cada vez está todo más feo, más lleno de granito y hormigón, menos verde… Sólo queda ya una piscina, la olímpica, las demás desaparecieron… En fin, me da pena ver cómo se ha degradado tanto un sitio tan agradable, pero creo que la Comunidad de Madrid lo ha gestionado fatal. Aun así sigo yendo porque es parte de mi vida, sin ir más lejos el próximo domingo mi amigo Quique celebra aquí la comunión de su hija África, exactamente igual que hace más de treinta años celebramos aquí la de mi hermana Luisa…

Desde mi punto de vista, uno de los mejores complejos deportivos del centro de Madrid. He estado allí corriendo por su pista, jugando a pádel, a fútbol, fútbol 7 y, simplemente, pasando la tarde. Después de la reforma que hicieron hace pocos años cuenta también con un campo de golf, que no he testado porque no es lo mío, un deporte demasiado pausado para mi gusto.
Fuera de lo que es el recinto principal, cruzando la calle por el lado más próximo a Reina Victoria, hay otra parte del complejo que incluye un campo de fútbol 11 (aunque no muy grande) y uno de fútbol sala. Todos los terrenos de juego, sean del deporte que sean, se pueden alquilar para echar una pachanguita o jugar una liga.

Este sitio es inevitable para mí. Cada vez que paso cerca tengo que entrar y correr unas vueltas, tan blandita y acogedora es la pista que tiene. Al principio pensaba que tenía mil metros, y sólo alcanzaba a dar dos o tres vueltas. Más tarde, cuando empecé a tomármelo en serio, descubrí que tiene mil doscientos, y ya cada vez que voy es para rodar al menos cinco vueltas, tan adictiva es. La pista rodea campos de futbol siete de césped artificial, pistas de pádel y un campo de golf de entrenamiento, y mientras das vueltas por la pista te puedes distraer siguiendo el ritmo de alguna chica o viendo partidos de fútbol de solteros contra casados, de la liga universitaria o lo que sea.
Se respira un ambiente muy relajado y sano. Tanto es así que a veces la gente confunde deporte con paseo y domingueo, y caminando relajadamente por la pista, sin prestar atención a nada, entorpece el entrenamiento de los esforzados corredores. Pero bueno, es parte del encanto del lugar.

Es una de las múltiples piscinas de la Comunidad de Madrid en las que tienes que hacer largas colas si vas en horas punta. Lo mejor es que te saques el bono de 10 porque te compensa. A un adulto le cuesta entrar 4,20 y si eres menor de 26 te hacen un 50%.
EL ambiente es bueno y hay una piscina para adultos, otra para niños y un solarium.
Uno de los aspectos negativos es que no tiene césped, y uno positivo, es que está en muy buena zona y los socorristas están muy pendientes de todo lo que pasa.