En Moncloa, a un paso del Parque del Oeste, entre el Puente de los Franceses y las universidades, rodeada de colegios mayores, está la Biblioteca Central de la UNED. Aunque por fuera parezca un edificio más, por dentro resulta bastante llamativo. Se inauguró en 1994 y fue diseñado por el arquitecto donostiarra Jose Ignacio Linazaroso(encargado también de la remodelación de la plaza de Agustín Lara en Lavapiés) y parece que pensó en todo cuando se puso a trabajar en este proyecto. Ladrillo visto para el exterior, para que no desentone con el resto de edificios de Ciudad Universitaria construidos en la primera mitad de siglo XX, hasta aquí todo normal. La sorpresa llega cuando accedemos al interior del edificio, a la biblioteca. Aislada de los ruidos del tráfico diario de la zona encontramos un espacio completamente insonorizado con un diáfano cilindro vertical que va desde la primera planta hasta la sexta sobre el que se disponen los puestos de estudio de forma circular. Salvo los puestos de la planta 1 y los dispuestos entre las estanterías, todos tienen luz individual y últimamente(¡menos mal!) hasta tienen enchufe, que viene fenomenal para trabajar con un ordenador o poner a cargar el móvil. La disposición de los puestos de lectura favorece el estudio, la relajación de la vista, propicia la concentración. No permite mucho esparcimiento(despliegue de libros, atriles, apuntes, estuches…) si la biblioteca está con overbooking(época de examenes) pero no resultan puestos incómodos. No es la biblioteca más luminosa pero no se puede decir que sea oscura. La wifi está abierta sólo a alumnos de la UNED(servidor con seguridad) pero hay ordenadores en la planta baja y primera que están a disposición de todos. El ambiente es ideal para estudiar, eso no puede negarse. Y para hacer un descanso, hay que subir a la cafetería. Las vistas son espectaculares. El Faro Moncloa, el Palacio Real, la Almudena, el Parque del Oeste, Puente de Los Franceses, todo el recorrido del Teleférico desde Pintor Rosales a la Casa de Campo, la carretera de Castilla… En días claros se ve el Parque de Atracciones, la lanzadera y las sillas voladoras… ¡¡Se te olvida a qué habías ido a ese edificio! Volviendo a la realidad, el servicio de cafetería no es ni bueno ni malo, es una cafetería de universidad. Tienen menú del día, que no es nada del otro mundo pero es barato. Excepto los fines de semana cuando la biblioteca abre con horario extraordinario, que lo suben a 8 euros(entre semana vale bastante menos) y creedme, que hay sitios de la Comunidad de Madrid donde por 8 euros se come cien veces mejor. Acabo pidiendo un sándwich o hamburguesa porque nunca me convence lo que tienen y tampoco hay mucho plato donde elegir. El momento café-croissant te lo salva, eso sí. Cuando la cafetería está cerrada no hay más opción que una máquina de vending o moverse hasta alguna cafetería de Moncloa, Av. de Valladolid o Paseo de la Florida. Nota: si no se es alumno de la UNED y se va a estudiar en época de exámenes, se pide el carnet de la universidad y el acceso es restringido. Es una de las bibliotecas más cómodas y funcionales que conozco. Yo le tengo un poco de manía(ja) porque siempre voy cuando tengo exámanes y «estar de exámenes» es un estado que no apetece mucho. Pero no puedo evitar sacar fotos cada vez voy. Será que cualquier excusa es buena, ¡con tal de no estudiar!