Hace poco abría, en la antigua parte de arriba de la sala Long Play, el Bearbie. Una discoteca enfocada al público mayoritariamente oso que además hace un gracioso juego de palabras con la conocida muñeca. El típico día que no sabíamos muy bien qué hacer a alguien se le ocurrió ir a conocerlo, y aquí nos plantamos. Entrar cuesta diez pavos con dos copas, creo recordar, pero os voy a decir una cosa: de las dos veces que he ido, me había sobrado perfectamente la segunda copa. Eso sí, un consejo de pro: pide que te la pongan en un vaso de sidra. Los tienen y te los ponen encantados, que los vasos de tubo son un drama. Para mí, el mayor defecto que tiene el lugar, es que los baños son chiquitísimos. Por lo demás, puedes pasar un rato divertido, no es especialmente cara, y suele estar bien de gente. QUÉESPERARDELAMÚSICA: Grandes éxitos petardos de hoy, ayer y siempre, junto con todo tipo de divas de la música, de Lady Gaga a Kylie Minogue pasando por Madonna. También se les cuela de vez en cuando un hit moderno.