En este bar según mi padre servían pajaritos fritos(¡!) hace años… Cuestiones ornitológicas al margen, sirven una de las mejores orejas a la plancha del barrio, com permiso, eso sí, del mítico Gonmar, ese templo de la oreja que se sitúa en la otra punta del barrio. Con una caña o consumición te ponen tapas de buena envergadura, así que con varias cañas puedes salir bastante bien preparado. En verano tienen una terraza bajo los arboles que es todo un exitazo.