Bacira

Tenía esta reseña pendiente desde hace varios meses, porque vinimos a principios de verano, después de haber reservado con varias semanas de antelación para poder pillar un jueves a la hora de cenar. Los fines de semana parecía imposible y la verdad es que eso junto con las buenísimas opiniones que acumula crea altas expectativas que al menos en mi caso no se cumplieron al 100%, y de ahí que no se lleve las 5 estrellas.
El ambiente de Bacira, la decoración y el personal me parecieron bastante agradables. El espacio es muy amplio y creo que durante el día tiene que ser bastante luminoso. Al bajar al baño descubrí que también tenían mesas abajo, menos mal que nos tocó en una del piso superior porque se estaba mucho mejor.
De aperitivo nos pusieron unos mejillones marinados servidos en su propia lata con un pan de gambas y especias, que no estaban mal. Hubo un detalle que no me gustó, y es que cuando nos preguntaron la bebida no nos habían traído ninguna carta ni nada, y acabamos pidiendo una copa de vino tinto cada uno. El vino estaba muy bien pero cuando nos trajeron la carta vi que con algunos platos sugerían un maridaje con distintas cervezas La Virgen, que me gustan bastante. Si hubiese sabido que las tenían me habría pedido una. No entiendo la manía de los restaurantes de no tener una carta de bebidas, ¿esperan que los clientes adivinen o pregunten por cervezas artesanas al azar? En fin, al menos el vino estaba muy bueno.
Una cosa que me gustó de la carta de comida es que podías pedir medias raciones de casi todo, lo que era genial para poder probar más platos. La carta es bastante grande y costaba trabajo decidirse porque casi todos los platos sonaban genial. Con un poco de recomendación por parte de la camarera, que era bastante amable, elegimos lo siguiente:
— Anguila ahumada con ricotta, tomates secos, brotes tiernos y quinoa crispi (una ración es para dos): éste lo traía preparado de casa porque parecía el plato estrella según muchas reviews, y la verdad es que estaba muy rico. El contraste de sabores y texturas es muy interesante y la anguila estaba buenísima.
— Tartar de atún picante con aguacate, alga wakame y pomelo rosa (½ ración): más bien normalito, el pomelo no se le notaba mucho y no era nada especial.
— «Risoteo» de setas y jamón (½ ración): este plato fue el que menos me gustó. Es un falso risotto, está hecho con pasta en vez de arroz. Me pareció muy salado y bastante pesado a pesar de no ser un plato grande. Sabía mucho al caldo del cocido con el que imagino que lo habrían hecho.
— Pulpo a la parrilla con boniato asado, aceitunas negras y albahaca (1 ración, de éste no había media): lo mejor de la comida sin duda. La guarnición estaba tan buena como el pulpo en sí, con el boniato súper tierno y las aceitunas negras servidas en tapenade le daban un sabor increíble.
— Nuestra versión del «Dracula»: el postre que compartimos, más que nada porque teníamos curiosidad. Nos decepcionó un poco. La presentación era bonita, con helado de vainilla, fresas y frambuesas, salsa de frutos del bosque y una especie de caramelo de cocacola que no sabía mucho a eso.
En total, con las dos copas de vino y 1.50 € por persona en concepto de servicio pagamos 53 €, que nos pareció bastante bien. El pan, por cierto, estaba realmente bueno.
Si nuestra visita no hubiese sido tan irregular (un plato que no nos gustó y dos que no nos dijeron mucho, en contraste con otros dos realmente buenos), se habría llevado las 5 estrellas. En cualquier caso es un sitio muy recomendable que se tiene la fama bien merecida.

Walked in here for the menu del dia on a Friday afternoon. We got lucky and got seated at a bar as all other table seats were fully booked (at least 2 weeks in advance). For 14 Euros all the food we got were solid; we especially liked our rosemary ice-​cream, almond cake and tarta de queso! Overall nothing was incredible, but they were good. Very friendly service.

Pues muy bien oyes. Había oído hablar bien de este sitio y la verdad es que estuvo a la altura. De primeras me tomé una buena caña con patatas fritas, que ya es de reseñar. LA cena estuvo muy bien en calidad y cantidad. El servicio excelente; moderno y sin agobios. El local está bien decorado y es bastante cómodo. Por recomendar un plato, el bao-​bun, la ensalada césar o las albóndigas, aunque todos estaban muy buenos.

Todos los platos están muy buenos, y algunos espectaculares: los tiraditos de dorada y vieira y las torrijas, imprescindibles. Volveré

Después de intentar ir varias veces sin éxito, por fin hemos podido cenar en BACIRA. El local está en una esquina de una calle bastante escondida de Chamberí. Decorado en plan «vintage» y en tonos claros, es amplio, luminoso y muy acogedor, se está realmente a gusto. Como sabéis es uno de los restaurantes revelación del año pasado y sigue en la cresta de la ola, como certifican sus llenos diarios y lo difícil que es reservar mesa, sobre todo en fin de semana.
Carta breve de cocina de «fusión», técnicas orientales y producto nacional, de esas que te apetece probar todos los platos, además en casi todos existe opción de medias raciones, detalle que se agradece.
La camarera que nos tomó la comanda era una auténtica «crack», simpática y explicando los platos y los vinos a la perfección, así que no tuvimos más remedio que decirle que era la primera vez y que nos pusiera lo que le diera gana (decisión que fue un acierto).
Después de un aperitivo de la casa, consistente en un chupito de salmorejo con huevas de mújol acompañado de pan de gambas especiado, nos puso:
½ ración de anguila ahumada con ricotta, tomates secos, brotes tiernos y quinoa crispy.
Tiradito de dorada con vieiras, tobiko y yuzu.
Bonito a la plancha con salsa de pescado y brotes.
Albóndigas guisadas de rabo de toro con puré especiado de patata.
Todos los platos deliciosos y muy elaborados, una explosión de sabor en cada bocado, destacando especialmente la anguila ahumada y las albóndigas de rabo de toro (que precisamente son dos de sus «clásicos»).
De postre una magnífica torrija caramelizada con helado y salsa de cítricos, que mantienen en carta por aclamación popular a pesar de haber pasado ya la Semana Santa.
Carta de vinos interesante, con referencias poco habituales que se salen del típico rioja-​ribera-​rueda, de la cual escogimos un blanco L’equilibrista, un vino que ya conocíamos y que maridó estupendamente con la comanda.
Terminamos con un café, acompañado de unos petit fours de chocolate blanco y cereales. Muy buena relación calidad precio, pagamos 76 euros por todo.
Nos encantó el sitio, nos recordó un poco a Triciclo. La fórmula parece sencilla: alta cocina en un marco desenfadado, con un servicio excelente y a buen precio. Lógicamente un éxito seguro. A nosotros nos encantó. Para repetir muchas veces.

Un nuevo lugar en Chamberí. Bastante íntimo y familiar con geniales preparaciones de temporada, además si está lleno todos los días es por algo será, recomiendo que prueben los huevos a 65 grados, el steak tatar y el bloodymary de mariscos.
A las preparaciones tradicionales les dan un look más moderno.
Uno de los mejores descubrimientos de Madrid del último tiempo, totalmente recomendable.

Merecidas 5*, lo conocimos siendo Amasia y regresamos a los meses convertido en Bacira. Con solo unos meses está lleno todo los días, en fin de semana o reservas con tiempo o seguro no pillas mesa, incluso su menú de mediodía consigue llenarlo cada día.
Su secreto, buen servicio y mejor cocina, todo a buena relación calidad precio. Tres jóvenes chefs (Gabriel Zapata, Vicente de la Red y Carlos Langreo) decidieron juntarse para crear un restaurante que fusiona cocina tradicional Mediterránea y Asiática.
No paran de crear, innovar y experimentar con platos… una experiencia gastronómica en todos los sentidos. deja que te sorprendan. Tienen un menú diario por 13,90 € que varían cada semana y un menú degustación por 30 € en el que dan a probar lo mejor de sus creaciones, te recomendamos este último donde en cada visita pueden sorprenderte con nuevos platos.
Su carta está compuesta por raciones y medias raciones. Como entrante nos sirvieron una deliciosa Sopa miso, te recomendamos su Tiradito de lubina a la bilbaína, su Salteado de níscalos, boletus, amanitas y setas de temporada, espectacular su Huevo a 65º con sus migas, patatas y chorizo pero aún más sorprendentes sus Raviolis de morcilla con piñones, manzana y salsa de pimientos del piquillo con kimuchi. Si tienes hueco y con suerte tienen fuera de carta sus Callos al curry, te recomiendo probarlos.
Postres no probamos, así que no podemos deciros, aunque según lo que nos han comentado, su fuerte son los platos y algo más flojos en postres, tendremos que comprobarlo.
Te recomiendo probar su menú por 13.90 € para descubrir su cocina, pero eso si, reserva.