Fui por casualidad paseando por el barrio porque necesitaba un corte y, al ver la publicidad del local, me pareció interesante probar. Esta en un bajo en un edificio de viviendas, con lo que tienes que ir al portal y ya ves un adhesivo que te informa del piso(Bajo A) al que tienes que picar para entrar. No tienes que esperar mucho y te abren la puerta. Solo hay que subir unas escaleras pero tienen ascensor(en el caso de carreta o silla de ruedas, es un plus porque tienes accesibilidad). Cuando entras te recuerdo en con una sonrisa(y, en caso de no poder, ya te saludan desde fuera y te informan que pases y te sientes cómodamente). Al entrar te recibe un hall no muy grande y mano derecha una cocina(detalle que tiene su lógica). Al donde te encuentras un salón con hasta 3 puestos con espejo y al fondo a la derecha 2 puestos para lavar. El olor que te recibe, a parte de los efluvios tipicos a laca, tinte y demás, tb te recibe un suave olor a vainilla que resulta hasta relajante. Tanto la dueña como sus empleadas te reciben con una sonrisa y te preguntan y asesoran desde el primer momento. Tienes donde dejar tu chaqueta cómodamente y se está muy a gusto(como estar en casa). Yo fui para un corte de pelo y peinado y durante la media hora que me estuvieron atendiendo, la esteticista me hizo varias recomendaciones estéticas, preguntando sobre mi salud y rutinas capilares y dándome consejos para mejorarla. Respecto a precios, estamos hablando de precios asequibles y habituales, una depilación de piernas con cera son 25 € y una limpieza de cutis unos 15 €. El corte(sin lavado y esas cosas 9 €) y, detalle importante, ¡te hacen exactamente lo que pides, ni más ni menos! Y lo mejor, me ofrecieron un té(Incluso diferentes sabores) para acompañar mi corte e incluso más servicios(mechas) y un folleto al decirle que me acababa de mudar al barrio. Desde luego, repetiré experiencia, más pronto que tarde.