Asador Perla del Pacífico I

#juevesdereseña
Aunque en la puerta figura el nombre de Perla Ecuatoriana, nos informaron de que el restaurante había cambiado de dueño y, con él, también de nombre.
Este lugar te transporta a un lugar de vacaciones según entras por la puerta, como bien señaló mi amigo Claudio. M. No había ni un solo español comiendo, solo nosotros. La clientela al completo era ecuatoriana, lo que nos pareció o signo de calidad automáticamente. Cuando nos sentamos observamos a nuestro alrededor: la decoración era un cuadro de principio a fin, pero eso no hacía más que reforzar nuestro espejismo de hallarnos en algún punto ultramar.
Pero lo importante: La carta estaba llena de platos que no conocíamos y cuyas fotos de colores desvaídos no ayudaban nada, pero nos la jugamos. Cabe destacar que las cantidades que te sirven son enormes, por lo que cuidado con pasarse! Nosotros tras los entrantes ya estábamos llenos, y luego llegó el plato principal, del tamaño de una bandeja de horno para cada uno…
A destacar, el lomo saltado y las empanadas de verde (queso envuelto en una empanada de platano verde machacado.
Quedamos especialmente hechizados con que nos regaran todo con una botella de refresco de 2 litros de un brebaje con sabor a Red Bull. Fue deliciosamente cutre y encantador.
En fin, ironías aparte, en este sitio se come comida realmente ecuatoriana y sobre todo RICO y BARATO. Nos pusimos como la moñoño y pagamos 15 euros por cabeza, así que a Dios pongo por testigo que volveremos por allí!