A’ Fenestella

Estupendo italiano razonable de precio y especialmente efectivo en pizzas y calzones.
El local es pequeñito y quizá este un poco atestado pero esta limpio y con el horno para las pizzas a la vista gana encanto.
El servicio es excelente con unos camareros que se nota que están a gusto y que están pendientes de las mesas.
Muy fan de la pizza sfiziosa, de la buffala, de la panna y de la tonno.
Son pizzas de masa fina y nada grasientas, pero ojo, llenan.

Estábamos por la zona norte de Madrid buscando una pizzería para comer y decidimos venir a esta por las buenas críticas y porque había varias opciones sin tomate (soy alérgico). No sabíamos bien lo que nos íbamos a encontrar pero la primera impresión nos gustó. Era un sitio pequeño pero acogedor y bastante bonito. Los precios 11 – 13 € por las pizzas, eran adecuados para la calidad (y el tamaño, bien grandes) que ofrecían y las pastas que vimos a otros comensales tenían una pinta espectacular. Tienen un horno de leña a la vista donde hacen las pizzas y los calzones que me parecieron exageradamente inmensos.
Y ahora hablaré de los peros. La pizza de cuatro quesos me vino con tomate en la base. Le expliqué al chico la situación y que en la carta ponía que no tenía tomate y me dijo que si llevaba. Fue a comprobarlo a la carta, lo consultó con el jefe y, finalmente, me pidió disculpas y se la llevó para prepararme una tal como tenían especificada en la misma. Me pareció un tanto feo que fuera a comprobarlo en lugar de cambiarla directamente y luego mirarlo en todo caso porque me hizo sentir bastante incómodo, cómo si les quisiera engañar. De todas formas, es algo que me pasa bastante a menudo. A pesar de todo, tengo que dejarle las cuatro estrellas porque la pizza estaba de muerte y tenía muchísimo queso, como a mí me gusta. Éramos 4 y con la bebida –que si es verdad que son un poco caras– nos salió a 15 € por persona.

Este sitio está donde Cristo perdió la pannacotta pero, por carambolas del destino, acabamos un martes aleatorio cenando allí. Como soy antifranquicias, yo encantado y sin rechistar por cenar en Mar de Cristal y no en mi casa, que es donde me apetecía realmente estar.
El pan y los palitos que te ponen en la mesa mientras esperas tu comida están muy buenos, pero me revientan muchísimo esos sitios en los que te cobran por cosas que no has pedido. ¿Me pones algo en la mesa sin mi permiso? Ok, eso se llama tapa, amigo, así que no me times.
La pizza que me pedí, la cuatro quesos, estaba muy rica aunque en mi opinión un poco aceitosa. Era por el tomate, porque uno de mis acompañantes la tomó sin la salsa y estaba perfecta. Respecto a eso decir que en la carta la pizza aparecía sin tomate y, cuando se la sirvieron, tuvieron que cambiársela porque él la pidió precisamente por no llevarlo. La masa, en su punto y hecha en horno de leña.
De precio estaban bien (en torno a los 10 – 13 €), pero la bebida es de 20cl y no te da ni para pasar el pan «obligatorio».

El aspecto de este lugar es encantador. Ver el horno de pizzas y el chico haciendo la masa de estas hace entrever que las pizzas que vas a comer van a ser buenas.
Tengo que destacar que la especialidad, por la sensación que me dio, no era la pizza.
La atención fue correcta aunque corrian para servirnos y retirar platos.
Pedimos dos pizzas, una de jamón york y cebolla y otra de jamón york, champiñones y aceitunas negras, que pedí como extra y que me cobraron a parte, por supuesto.
Las pizzas estaban ricas, la verdad, tienen un coste de entre 10−12e .
Sin enbargo, hay varias cosas que no me terminaron de gustar y hacen que no vaya a volver.
Primero de todo, y menos importarte, una copa de cerveza de surtidor, casí tres euros.
Lo segundo es que las aceitunas que pusieron en mi pizza eran enteras y, para mi, lo peor, es que tuvieran hueso.
Lo tercero, y lo que creo que más nos molestó, es que nos pusieron dos trozos diminutos de pan, casí como si fuera una rebanada, y dos paquetes con cuatro palitos cada uno y nos cobraran 2,40 sin haberlos tocado. Después de todo lo que os he contado me harté y pedimos que no nos lo cobraran.
Hablar también de los postres, el tiramosu estaba muy rico y es casero al igual que el flan de nutela. Yo os lo recomiendo pero pagaréis 5e por casa uno de ellos.
Yo no repetiré por toda la experiencia en si, pero cierto es que las pizzas estan buenas.

Good italian food and service for a very reasonable price. The calzone was amazing and the other pizzas we ordered very good too. The only inconvenient is that if you are not a local of the neighborhood is a bit out of the way. Other than that there’s no need to say much more

Increíble pero cierto: un restaurante de auténtica comida italiana, fresca, recién hecha y deliciosa, escondido en una urbanización de pisos en Canillas…
Pues así es, y realmente es un feliz milagro para comer bien en el barrio. Las pizzas son excelentes, caseras, con la cantidad justa de mozzarella y masa fina. Su fuerte son las pastas, exquisitas, y tienen un tiramisú de 10. Además; los camareros son amabilísimos.
El local es súper sencillo, sin pretensiones, como un bar de barrio, pero la comida es una delicia también sencilla y sin pretensiones, como hecha por una mamma italiana.

Una trattoría en Hortaleza #Madrid
Este es uno de esos restaurantes italianos que podrías identificar como del montón. Sin embargo hay algo diferente, puede ser la atención, el horno para las pizzas, la materia prima, la pasta fresca o los postres…
La carta es «corta» pero más que suficiente con antipasti, ensaladas, pizzas napolitanas (bastantes opciones que hacen en el momento al «forno a legna» y de un tamaño considerable), rissoto, pasta y pasta fresca.
Tienes además platos fuera de carta que te recomiendo consultar. Yo probé unos raviolis con cochinillo, setas y nata que estaban deliciosos!
Los postres, el tiramisú lo terminan, así que puede que cuando vayas a pedirlo… pero no pasa nada, las panacotas (de café y pistacho) están fantásticas, suaves, con sabor y bien presentadas.
Tienen carta de vinos.
Un punto a favor es que además sirven a domicilio (pedido mínimo de 15 €) entre las 20:30 y 23h para los que vivimos en el barrio, eso ya le ha dado 1000 puntos! ;)
En cuanto al precio, es medio. Los platos sobre 12 – 13 € y las pizza entre 11 – 13 €
Los lunes está cerrado.

Madre mía, madre mía…podría definir la cena en A’Fenestella como EL DESCUBRIMIENTO. Un poco escondido en el barrio tienes que conocerlo para llegar. Un local no demasiado amplio pero que te conquista nada más llegar por la amabilidad del personal. Lo de la comida merece mención aparte. Un italiano auténtico con una carta amplia que no te pone nada fácil la elección, porque tiene pinta de estar todo buenísimo. El risotto buenísimo y la pasta rellena de cochinillo (que estaba fuera de carta) también exquisita.
Recomiendo 100% este lugar. Yo ya me he hecho fan y estoy deseando repetir.
El precio medio es adecuado para la calidad que ofrecen, sobre unos 25 € por persona.
Creo que con sitios como este cerca de mi casa mantener la línea va a ser un suplicio ;-)

Años viviendo por la zona y nunca había probado este sitio. Pues la calidad es muy buena, una pasta casera hecha por tres socios italianos. Se tiene que repetir

Italia sin complejos y sin «tunearse» para gustar al gran publico. Me gustaría que los restaurantes italianos, y no italianos, fueran así de honestos. Este es lo que pretende ser: un buen restaurante de comida casera italiana. Una carta con pocos platos pero siempre perfectos, pastas bien preparadas, (raciones suficientes para cenas algo justas para comidas) postres deliciosos, y casi siempre tienen una sorpresa fuera de carta que jamas defrauda. Servicio conocedor de la cocina italiana. Un solo pero, y es que es algo pequeño para su éxito. Altamente recomendable.

Cocina italiana por italianos
La pasta fresca excelente
Hay que reservar, que se llena

Un sitio agradable, con trato estupendo y muy buenos platos.
Pizza, ensaladas, pasta con marisco, cerveza Peroni, tiramisú y un café estupendo, como el que disfrutas en general en Italia.
Un italiano con personal italiano y acento italiano.
El espacio es restringido, pero acogedor.

Un restaurante cien por cien italiano. No sé me ocurre mejor forma de definir este lugar en el que no puedes dejar de probar su pizza frutti di mare y la sfiziosa. ¡Un must, como dicen ahora los modernos! Y, para los amantes del dulce, su tiramisú es una delicia. ¡Qué bueno está!
Pero es que en este sitio está buena hasta la cerveza. Te recomiendo que optes por una Peroni (está realmente buena y no es fácil conseguirla en Madrid, así que ya que tienes la ocasión de probarla, aprovéchala).
Otro dato interesante para los currillos como yo es que aceptan tickets restaurante como método de pago.
En verano sacan una minúscula terraza con cuatro mesas, pero si tienes la suerte de pillar una de ellas se está realmente bien. Eso sí, te advierto que la vuelta al curro será aún más dura tras esto.

Fuimos después de varias recomendaciones y la verdades que no nos decepcionó ni un poquito. La comida es italiana de verdad, puesto que el personal es italiano, y está todo buenísimo. Las pizzas son espectaculares, y las raciones de todo abundantes. He ido un par de veces y me he quedado con las ganas de probar la famosísima pasta con gambas y bogavante del que todos me hablan, pero a Dios pongo por testigo de que algún día caerá. Los postres, caseros, son dignos de hacerles un huequecito en el estómago. El único «pero» que le encuentro es que el local es chiquitito y si no reservas es complicado tener mesa.

Italiano de verdad, con personal italiano y comida auténtica, nada comercial. Hemos ido ya varias veces, y siempre con compañía muy diferente. Éxito asegurado. La comida está riquísima. Tienen fuera de carta unos spaguettis negros con bogavante muy ricos. Eso sí, hasta que se acaban, porque son plato estrella. La «provola» con tomate casero está estupenda, y los mejillones son otra de sus especialidades.
Cualquier tipo de pasta que os apetezca la hacen de maravilla, y las raciones son generosas.
Es uno de los italianos más caseros en los que he comido. Os lo recomiendo sin duda.