Me topé con el escaparate de esta sastrería de casualidad mientras paseaba a mi perro, y enseguida me llamó la atención el buen gusto de las prendas y accesorios que tenían expuestos. Daba la casualidad de que al día siguiente tenía una reunión importantísima de trabajo, y en estas ocasiones suelo pecar de fetichista, así que entré corriendo a comprarme una corbata nueva. Pues bien, me fui con más cosas de las que tenía pensadas, con unos gemelos de madera pintados a mano preciosos y una corbata italiana con un color fantástico. Pero ahí no acaba todo, una vez que decidí encargarles el traje y la camisa para mi boda, no he podido estar mejor aconsejado y tratado. Paul y Catrina son dos personas excepcionales que se desviven por que las prendas sean perfectas, encajen contigo, y no dudan a la hora de orientarte en todo lo que necesites. Para las prendas no tengo palabras: materiales de primera, manufactura artesanal, mucho mimo y mejor gusto. Realmente no creo que haya otro sitio igual en Madrid.