La experiencia en Mendibile Jauregia Jatetxea ha sido un tanto agridulce. Por un lado, hemos comido de maravilla. Comida tradicional bien elaborada, muy buena y en raciones generosas. El poder pedir medios platos de los segundos es muy buena idea para poder probar un poco de todo. Los txipirones en su tinta estaban muy buenos, y el bakalao al pil-pil de sobresaliente! Además el precio ha sido ajustado, lo que también se agradece. Y el contrapunto ha sido por un lado el HORROR de sillas que tienen, incomodísimas. Era el comentario generalizado, y al de una hora sentado sin poder apoyar bien la espalda acaba doliendo. ¿Qué ha pasado con las anteriores sillas tan cómodas que tenían antes? Y por otro lado, los niños. O los padres. Francamente no se qué es lo peor. No se si es la situación generalizada, o es cosa de los domingos a la hora de comer que es cuando fuimos a comer, pero estaba el comedor abarrotado de niños en tres comidas familiares diferentes de bastante gente. Y claro, padres que pasan de todo y niños maleducados convierten tu comida en un mal rato, con correteos, gritos y un nivel de ruido importante sin que nadie dijese nada a niños ni a padres…