Sales de la ciudad, carretera más o menos sinuosa, accedes a un camino sin asfaltar y ya has llegado!!! El Guachinche de Los Gómez es justo lo que llevaba buscando desde hace tiempo. Un lugar de la tierra, con bancos de madera y decoración muy muy artesanal, donde degustar un par de platos muy ricos. Y es que en estos establecimientos la variedad no es ningún problema. Te ofrecen lo que tienen, no más allá de tres o cuatro platos, eso sí, acompañados de un excelente vino de elaboración propia. Probamos el queso de cabra, buenísimo. Un revuelto de huevos a la estampida, más bueno aún. Y de postre(es broma) unas chuletas que quitan el sentido! El personal es muy atento, casi familiar, está pendiente de que no te falte nada y cuando pides la cuenta no te llevas ninguna sorpresa: menos de diez euros por cabeza. Durante la semana apenas está concurrido, pero los fines de semana tienes que armarte de paciencia. No cabe ni un alfiler.