Classificação do local: 5 Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Desde que iniciaron su andadura con el proyecto Edgar Sucarrats y Mireia Palau en 2010 conocemos el restaurante Sucapa: hemos ido en varias ocasiones, y siempre salíamos satisfechos. Asistimos a una cena maridaje que suele celebrar de vez en cuando donde por un precio muy correcto disfrutas de una noche estupenda compartiendo maridajes junto a otros clientes y la bodega. Esta noche nos ofrecían 4 platos más un postre maridados con vinos de Batlliu de Sort: Vinos de alta montaña y de Vinya l’hereu: vinos ecológicos DO Costers del Segre. No es un local demasiado amplio, más bien lo contrario. Personalmente, quizá prescindiría de alguna mesa para estar un poco más cómodo, pero en contrapartida su tamaño provoca un sentimiento de cercanía que además, Sam acentúa sirviéndote eficaz y cariñosamente. Empezamos con la degustación de uno de los vinos de altura, aún sin etiquetar, para calentar el paladar que no incluíà la cena. Y cumple su función, cuerpo y alma empiezan provocando sensaciones que se mantendrán durante toda la cena. Un vino aún por acabar, Pinot Noir, terroso y ácido que estimula las papilas. Ensalada de cecina, Idiazábal y pistachos es el primer plato. Unas buenas lonchas de cecina bien curada que no reseca, eran la base donde descansaban las hojas de ensalada, aliñado con una suave vinagreta y con la sorpresa de encontrar de vez en cuando los pistachos. El vino elegido para maridar este plato fue el Biu Riesling. Un vino que recoge las pizarras de la montaña, coupage de Riesling y Viognier frío y metálico. Fruto del«proyecte de recuperación de les vinyes d’alta muntanya» en el Pallars Subirà. Un DO Costers del Segre que encajó muy bien. Seguimos con el Canelón de Tou de Til. lers y espinacas frescas. Magnífico y original, con pasta finísima que parecía más bien que teníà la única utilidad de mantener la forma. Las espinacas junto con las setas eran un relleno muy suave pero sabroso. Nada de una bechamel clásica, lo acompañaba una salsa con un sabor que seguía en la línea del resto de ingredientes. Muy sabroso. Petit de Grealó, D.O. Costers del Segre de Vinya l’Hereu acompaña al canelón. Cavernet, Merlot y Syrah, muy potente. un vino ecológico de buena graduación que contrariamente a lo que pudiera pensarse, no apaga el sabor del plato. Llega el pescado, Rodaballo con cítricos y cremoso de pesto que entraba sin ningún esfuerzo. La ración en su medida, continuando con el ritmo que se había impuesto hasta ahora, más que para una degustación, pero menos que para un plato único. Ideal para cenas maridajes, hablamos de 4 platos más postre!!. El Rodaballo era terso, el pesto de sabor suave y no demasiado cargado que junto a los cítricos aportaba frescor al plato, haciéndolo más ligero. Y no maridamos con un blanco. Creemos que eso de la carne con tinto y el pescado con blanco ha pasado a la historia. Por suerte, hemos abierto la mente y el paladar para descubrir nuevas combinaciones que han roto con las tradicionales que nos privaban de grandes placeres que ahora conocemos. Monovarietal de Pinot Noir, potente en boca, elegante y redondo aún siendo un vino joven. El último plato, la hamburguesa de rabo de toro con salsa de rustido, presentada con unas patatas chips… Y con un trozo de pan algo tostado. El tamaño idóneo, igual que el pescado la justa para una cena de este tipo. Además a estas alturas ya empezábamos a notar la sensación de saciedad. La hamburguesa era muy jugosa, las patatas daban el toque crujiente. Cocinada en su punto, exquisita. Flor de Grealó, el hermano«pequeño» o el «mayor» según como se mire del Petit Grealó 2005. Aquí tenemos un año de roble francés que se hace notar en boca, más madera en detrimento de la arcilla en el paladar. Más astringente que el resto, todo un clásico. Hasta aquí ha sido la cena maridada. Todos los vinos que probamos tenían alguna característica, que les daba un sabor especial y alguna peculiaridad individual. Vinos pensados para la cena o cena pensada para los vinos, no sabemos cuál fue el orden, pero sí que el resultado fue idóneo. Culminamos con un postre clásico, que no por ello menos delicioso. Tatín de manzana con helado de hierbabuena. Sin palabras. Salimos muy satisfechos de nuestra primera cena maridaje en Sucapa. En este caso, la cena costó 32 Euros por persona, todo incluído. Hacía tiempo que queríamos asistir a estos maridajes que hacen en Sucapa, pero no habíamos encontrado la ocasión. Aunque como os hemos comentado, no era la primera vez qué íbamos, hace tiempo lo habíamos visitado para cenar e incluso para tomar su menú de mediodía, donde trasladan su buena cocina, sana, variada y elaborada para que puedas disfrutarla, no es necesario esperar a un evento de este tipo para ir a visitarlos. Sus menús de mediodía cuestan 12 Euros. Ah! y cocinan unos arroces… uf! Os recomendamos mucho la visita a este restaurante puntero en L’Hospitalet
Rgomez
Classificação do local: 5 Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Restaurande de autor y de diseño. platos muy logrados. acogedor y buen trato, el steak tartar impresionante. Precio medio 35 € por persona