Entrepanes Diaz

Discrepo del resto de reseñas y es que mi experiencia no fue la mejor.
Fuimos con muchas ganas de conocer este establecimiento y probar sus famosos entrepanes.
El local es muy bonito, con una decoración que imita a los bares castizos de antes, incluso la música que sonaba era pop español de los 80’s. Los camareros van con la vestimenta típica (camisa blanca, tirantes y pajarita) y casi todos superan los 40 años de edad.
Tiene una pequeña terraza y una barra con taburetes en una de las ventanas que es una gozada.
Hasta aquí todo genial, pero mis «contras» vienen cuando hablamos de la comida.
Pedimos las «patatas Diaz» y nos comentaron que eran como unas bravas. Eran patatas grandotas y con piel, que te pueden gustar, pero estaban secas, muy secas (costaba masticar y tragarlas). La salsa tampoco nos gustó demasiado.
En cuanto a los bocadillos, pedimos de 3 tipos con el fin de compartirlos: uno de costilla cantonesa, otro de cochinillo y otro de tortilla de patatas.
Los panes son panecillos redondos y muy pequeños, y por ejemplo el de cochinillo tenía más queso y rúcula que carne. El pan es bueno, tierno, y los bocatas de carne no estaban mal, pero ni estaban exquisitos ni los precios eran acordes al tamaño (el de cochinillo, por ejemplo, ¡¡valía 10 euros!!).
Para el de tortilla prefiero un comentario a parte. La presentación no nos gustó en absoluto, pues la tortilla sobresalía por todas partes del panecillo. Al decirme el camarero que las hacían crudas por dentro me pareció fabuloso, ya que es como me gustan a mi, pero una vez me la trajeron le encontré un sabor extraño, y es que por fuera estaba muy muy hecha, tenía hasta un color oscuro (podéis ver la foto que he colgado).
En definitiva lo encontré caro y sobrevalorado. Seguramente le daré una segunda oportunidad por si tuvieron un mal día, pero por el momento no puedo ponerle más de 3 estrellas.

Un local con solera. Un local de cañas. Un sitio informal, castizo, de los de antes.
Bueno, la verdad es que NO es de los de antes, porqué se inauguró hace un par de años. Pero sí intenta rememorar esa estética de bar tradicional, en el que te sirven una cerveza bien tirada, te atienden con gusto, y te tomas unas tapas y un bocata en una mesa sin mantel.
Puede gustarte estos sitios o no. A mi me encanta. Ideal para quedada informal.
Entrepanes Díaz hizo un particular casting para «fichar» camareros. ¿condición para presentarse? Tener más de 50 años. Eso le da un toque muy auténtico, y además el trato es de lo mejor de toda Barcelona (o España en su conjunto!)
No dudes en pasarte, probarlo y experimentarlo, en todos los sentidos.
Recomiendo: Quedada informal de pocos (2 o 4). Cañas, bocatas y risas

DELICIOUS food and, as most reviewers have pointed out, excellent service. Ordered a red wine that was cheap and great. Complimentary olives were delivered. We decided on two sandwiches to share — the Calamares and the Antxón. Both were incredible. The bread of the calamari sandwich was crusty and soft at the same time and held a hefty amount of crisp, fried calamares topped with squid ink, mayonnaise, and chives. It was also generously seasoned — which I appreciate as a salt lover. The Antxón was equally as impressive, with a chorizo type sausage, a poached egg, and shoestring potatoes on a perfectly crusty roll. Prices are high for sandwiches, but they are less like sandwiches and more like delicious dishes held together by great bread. Well worth the price.

El bocata de corvina estaba delicioso. Sólo recordar cómo mis dientes se hundían en el pan blandito y calentito y se mezclaban con el pescado se me está haciendo la boca agua. También nos pedimos un vegetal, pero no os penséis que es un bocadillo vegetal «de toda la vida». Es como un rollito de verduras dentro de mill capas de hojaldre acompañado de una salsa de yogur. Una presentación muy bonita, pero algo flojito.
Y lo que nos dejó muy flipadas fue la cerveza. Que sí, que nosotras nos fijamos en esto. La cerveza estaba perfectamente tirada: cantidad exacta de espuma, un dedo sólo, y muy espesa, con poco aire, densa y sabrosa. ¡La cerveza perfecta!
La atención es de cinco estrellas, unos camareros de los de antes, rápidos, amables, grandes conocedores del buen servicio.
¿Repetiremos? Sí pero a principios de mes, o cuando nos den la paga doble. Las cosas buenas tienen un precio, lo entiendo, pero hay veces que se puede exceder ese precio. Ya veníamos avisadas por varias reseñas de Unilocal que no sería barato, y no es barato, es caro, un pelín demasiado. Por eso preparad el monedero y escoged bien, saboread cada molécula de lo es metáis en la boca porque vale su peso en oro.

Los mejores bocadillos de toda Barcelona los hacen en Entrepanes Díaz. El más barato cuesta 6 euros pero es que aquí llevan el bikini, el bocata de calamares, el de sobrasada y más, a otro nivel. Como ellos dicen meten un plato entre dos panes.
Lee mi artículo completo que escribí en mi blog gastronómico:

El local es pequeño. La decoracion, la musica y el ambiente me parece sensacional. El servicio muy correcto y atento, amable. Entrepanes, tapas, ensaladas, vermutitos y brunch. Poca cantidad de platos pero calidad.

15 € for seven prawns. nothing accompanying. I gave up when two were bad. second star because olives were good and beer was cold.

Si señor! Entrepanes Diaz es un bar de cañas, tapas y bocadillos, al mas puro estilo de las tabernas clásicas madrileñas, con un toque elegante pero a la vez moderno e informal (como mejor ejemplo el detalle del uniforme de los camareros: camisa blanca, pantalón negro, tirantes, pajarita + zapatillas Converse. Genial). Tienen una barra de las de «medio dentro-​medio fuera» y un pequeña terraza, ambas muy acogedoras para el verano.
La carta es un muestrario de las mas típicas tapas aunque la especialidad son los bocadillos o entrepanes. Y hay que probarlos. El bocadillo de calamares es espectacular. El de morcilla, buenísimo también. Las bravas tienen personalidad propia.
Pero lo mejor de todo es la atención. Los camareros son auténticos profesionales (especie en extinción en Barcelona) y además super amables y simpáticos. Lejos de ser una casualidad puntual, parece la tónica del local, ya que en todas las ocasiones que hemos estado ha sido igual.
Como punto en contra hay que decir que los precios me parecen bastante elevados y no se justifican únicamente por calidad de la comida. Pagada la cuenta, solo saldremos satisfechos si somos capaces de apreciar la experiencia en conjunto: ubicación+local+atención+comida. Y tenerlo todo no es tarea fácil.

Local con una situación bastante buena. En Pau Claris casi esquina con la Diagonal. Parecería que la terraza puede ser un poco incómoda porque son 2 calles bastante transitadas. Pues no! Al acercarte al local, pareciera que el barullo de los coches quedara muy atrás y la terraza queda acogedora. Me gustó mucho como está planteado el local, ya que tiene una barra exterior y al ser un sitio pequeño, hace que todo el local se «llene» de terraza. Bien decorado, limpio, con el rollo un poco retro pero actual sin estar muy forzado. La música muy bien.
El objetivo era el bocadillo de calamar. Muy muy bueno! Los calamares frescos, bien rebozados, con mayonesa de calamar y un twist de limón. Tomamos vermut que estaba bueno sin ser espectacular. Las patatas bravas tenían un toque de cebollino y la salsa picante que estaba bastante buena.
El servicio me ha gustado mucho! Es difícil de encontrar lugares que cumplan con muchas de mis expectativas en cuanto al servicio, pero este era muy bueno. Observé la dinámica del lugar y me gustó mucho. Una persona súper amable y simpática nos tomó la orden, nos atendió, sugirió con un trato amable pero casual, y después había más personas en el servicio que iban sirviendo. Noté que el servicio era eficiente, amable, discreto.
A pesar de que el lugar es un poco caro, creo que vale la pena. Está bien para una cenita informal, si no tienes planes de nada en concreto o no tienes ganas de hacer una comida muy en forma, más bien para ir picar algo, tomar algo y charlar con un buen ambiente.

Entrepanes Díaz es la nueva creación de los dueños del Bar Mut (justo delante). A mi me ha gustado y mucho. Se trata de un pequeño local con terraza especializado en bocadillos de alta calidad. No falta en su carta tapas clásicas españolas (bravas, cazón en adobo, encurtidos.) Pero realmente la propuesta se centra en los bocadillos. Ellos mismos te recomiendan que pruebes el bocadillo estrella, el de calamares. Merece mucho la pena. Los calamares son frescos y lo acompañan de una mayonesa hecha con la tinta del calamar. Realmente espectacular.
Además de los bocadillos, puedo decir que el resto de tapas no quedan atrás. Las croquetas de cecina o el cazón en adobo están a la altura. Se nota que los ingredientes son de primera.
La guinda del local es el servicio. Un equipo de camareros con una indumentaria clásica, pantalón negro, camisa blanca y tirantes; terminan de completar la imagen clásica y sobria a la que los dueños del local han querido dotar. Es una apuesta por lo clásico, una apuesta por la calidad y una apuesta por el servicio. El servicio (curiosamente todos por encima de los 50. Detalle que no es casual para nada) te sirve de manera impecable. Son cercanos, atentos y muy muy simpáticos. Realmente transmiten muy buen rollo. Incluso las dos veces que he ido me he quedado conversando con algunos de ellos de todo y de nada. No soy el típico cliente sociable que habla con cualquier camarero que te hace dos preguntas seguidas, pero en Entrepanes Díaz la calidez de los camareros invita a esto.
Por qué se le cae una estrella? El precio. Creo que está un poco por encima de lo que debería. Un par de cervezas, una ración de cazón otra de croquetas y dos bocadillos 30 euros. Posiblemente le sobre un 30% para mi gusto. Aun asi, volveré por la calidad de la propuesta gastrónomica y por un servicio único (al menos en Barcelona)

Pretty cool restaurant that offers a variety of tapas style sandwiches offering from tartar to braised, fish to meat, and cured. Also has its own tapas menu which is pretty classic. All in all its a good spot server was good too. Keep an eye my bill was punched in wrong. I got charged for multiple items on it that i didnt get didnt end up arguing since it was my last day in Barcelona
Ps its infront of bar mut which is packed so the server there told us to head across it lol

¿Bocadillo de calamares en Barcelona? ¿Eso es posible?
Nuestra urbe esconde multitud de rincones y lugares, pocos quedan ya de auténticos, castizos, de toda la vida, regentados por grandes amfitriones. Pero no nos vamos a engañar… el bocadillo por antonomasia de los «Madriles» no abunda en la Ciudad Condal… Esta pequeña reflexión fue la que me motivó a visitar este local, hermanado con el querido y exquisito «Bar Mut». Ambos comparten ideólogo y gerencia.
En «Entrepanes» se ha buscado recrear ese clima de antaño, con un interiorismo realmente cuidado y con personal veterano, formalmente vestido. La estampa es impecable, debo confesarlo. También la propuesta apunta alto: bocadillos gourmet y algunos platillos de acompañamiento.
Como decía, el local está genial, con detalles que ya descubriréis, aunque ya se les ha quedado pequeño. La barra imposibilita poner mesas en el paso y en el fondo han hecho una bancada acolchada a medida que acoge cuatro mesitas. En el caso de acomodar parejas, pues perfecto, pero como se junten varios grupitos de cuatro comensales, el colapso es monumental y el paso imposible.
Pedimos una ración de patatas (no son bravas), una de croquetas y un par de bocadillos. La patatas decepcionaron por presencia y sabor y las croquetas pasaron el aprobado sin aspavientos. Con los bocadillos, experiencia «yin yang». El de calamares ¡súper bueno! Estaba bien completo de aros perfectamente rebozados y fritos (nada aceitoso) e iba acompañado de una mayonesa morena, a base de la tinta del animalito. Un «must» en definitiva. Por otro lado, el de «roast beef» fue un fiasco. Una decepción, porque a mi humilde modo de ver, está mal planteado; mucho pan para apenas contener tres finísimas láminas de vianda. Hay que cambiar las proporciones o replantearlo de nuevo.
En definitiva, un establecimiento que aún está en fase de rodaje y que estoy convencido en unos meses habrá pulido detalles. Siendo el hermano pequeño del «Mut», saldrá adelante con éxito. Por mi parte, quedará volver para probar otras elaboraciones, que ¡tienen unas cuántas!
*** Cada bocadillito (no son muy grandes) ronda los 8 € de media ***