He entrado para comprar una empanada de bonito, de dos raciones, que costaba 4,30 €. De paso compré también una tarta de queso individual por 1,80 €. La empanada estaba muy buena, se notaba que estaba recién hecha. Sin embargo la tarta de queso tenía una textura rarísima, y el centro estaba congelado. Además era insípida. Sospecho que la tarta había estado congelada, y la habían sacado a la venta antes de que estuviera descongelada del todo. Sé que hay productos que no se deterioran en el proceso de congelación y descongelación, pero claramente la calidad de la tarta de queso sí se vio afectada. No sé cómo estará recién hecha, pero por si acaso no la volveré a comprar aquí. La dependienta fue amable, pero debería haberme sugerido otro producto alternativo o directamente retirar de la venta las tartas de queso sí sabía que no estaban en buenas condiciones.