Los Baltazares

Puede ser que esta sea la primera reseña negativa, o al menos, no del todo positiva, de este sitio…
Fui a cenar con mi pareja por mi cumpleaños, él era el que tenía más ganas de probarlo ya que solo había oído buenas críticas del sitio por parte de sus amigos, yo por mi parte decidí indagarlo en Unilocal,pero no mucho, no quería ir predispuesta…“5 estrellas de 5 en el 100 por 100 de sus reseñas!!! Abrá que probarlo entonces…“
Lo primero que me sorprendió fue su entrada, inhóspita, lúgubre, oscura… Daba la sensación de que entrabas en una nave espacial a través de ese pasadizo sin ninguna iluminación con varias puertas acristaladas al final que te llevaban a diferentes salas juntas pero no revueltas… No sabía que puerta era, me sentí taaaaan cateta…(CONSEJO: la de la derecha siempre:)) Una vez dentro (vivaa!) nos quedamos parados allí en medio esperando a ser atentidos… Tras varios minutos, una camarera tuvo la decencia de acercase a preguntarnos, no sé si por cortesía o porque la gente que entraba detrás nuestra imitaba nuestra conducta y ya empezábamos a estorbar, pero vamos, que ni caso, que tras preguntar se marchó sin más… en ese momento SE FUE LA LUZ DE TODO EL LOCAL, si, todo se quedó a oscuras… Y entre el bullicio oí comentarios de clientes asiduos que afirmaban que no era la primera que les pasaba eso… Tampoco nos resultó muy importante, volvió en apenas unos minutos. En ese intervalo nos atendió quien parecía ser unos de los encargados y nos pasó a una de las salas aledañas, separada por su pertinente puerta de cristal y nos ofreció un cóctel (o al menos fue el nombre que pretenciosamente le dio a una sangría excesivamente azucarada) cortesía de la casa… «Bueno no está mal… Al menos tienen detalles» pensé, pero claro, llevaba ya 20 minutos esperando a que nos acomodasen en una mesa de la que habíamos hecho reserva hacía casi una semana, INEXPLICABLE.
Por fin nos sentaron, y empezamos a ojear la carta… Todo nos pareció tan pesado y rebuscado… He de aclarar que pasamos al comedor, ya que también hay una zona para tapas, no sabíamos que pedir, y tampoco nos dió la sensación de que la carta fuese muy amplia…
Decidimos empezar con unos caprichos de sardina sobre pan de tomate con puré de verdura picante y salmorejo, la presentación del plato era maravillosa y el sabor del mismo también, hay he de decir que me ganaron… Pedimos para continuar un Carpaccio, error, nada del otro jueves, pero claro, habíamos pedido unas almejas y tras un rato esperándolas el camarero tan simpático y atento (modo irónico ON) que nos atendió decidió dignarse a aclararnos que la espera era por qué no había… «Vale, pues que nos aconsejas tú?» El camarero se dedicó a recitarnos la carta de pe a pa… «Vaya, para eso no hacía falta tu magnífico consejo, leer ya sabemos ambos… tráete el Carpaccio mismo…» Lo que me sorprendió de esto es que a los pocos minutos el mismo camarero le sirvió una enorme fuente de almejas a una pareja sentada en la mesa de al lado nuestro, pero lo curioso del asunto es que la mesa había ordenado después nuestra… Claro que eran conocidos del sitio a juzgar por la actitud del servicio… Nunca entenderé ese tipo de acciones sinceramente…
Tras el Carpaccio pedimos presa ibérica con mostaza, correcta sin más. Y para terminar una tarta de queso con mermelada de frambuesa, una tarta que sorprendentemente tiene el mismo sabor que la tarta de queso de Royal pero con una enorme capa extra de mermelada y algunas fresas para decorar, así, sin más…
En general no me maravilló el sitio, no creo que repita. Esperaba mayor calidad del producto y otro tipo de cocina. El servicio marcho rápido aunque tuvimos la mala suerte de toparnos con un camarero un tanto desagradable. Y en cuanto al precio, no nos resultó caro…
Le doy 3 estrellas únicamente por el plato de sardinas…

Sin duda puedo decir que se trata de un buen restaurante, principalmente no tardaron en darme mesa a la llegada y servirme las bebidas, y eso siempre gusta. En cuanto a sus platos, debo de decir que ninguno de sus platos me ha defraudado en absoluto, opté por pedir varias tapas y un par de raciones, todo riquísimo, y como postre la tarta de chocolate blanco la recomiendo, la cual acompañada con un gin tonic fabulosamente preparado y una bonita compañía, hace de tu velada una maravilla.

Los platos estaban todos muy ricos. Pero no me gustó que en la carta no incluyeran el IVA en los precios.

No voy a comentar nada de come se come en este sitio, porque lo conozco de haber ido otra vez y la calidad es buena.
Este comentario va por el trato que te da algún camarero súbdito, si no tienes reserva, la sensación es que tratan como a un apestado y lo que están haciendo en realidad es fulminar a cliente jn potencial de manera inmediata, muy pocas luces.
A mi desde luego me va a costar un poquito volver a ir después de esta experiencia y desde luego no lo recomendaré, aunque gente desde luego no les faltará.
Un poquito de humildad y buen trato no estaría nada mal.
Ah! Otra cosa, si las mesas están todas reservadas, póngalo en la mesas o que lo digan los camareros, que los clientes no somos adivinos.

Uno de los mejores restaurantes en los que he podido comer. De antemano adelanto que en esta reseña no valoro la relación calidad-​precio porque fui con una especie de oferta, pero en el resto de aspectos voy a intentar ser lo más objetivo posible.
Estamos hablando de un restaurante que está en Dos Hermanas. Vale, no es céntrico que digamos, pero tampoco puedo decir que todo el mundo tiene que vivir en Sevilla capital. Y pude comprobar cuando fui que Los Baltazares tiene su afluencia de comensales, no es el típico que vas y está siempre semi-​vacío.
Así el exterior no llama mucho la atención, el interior si tiene un rollo moderno que mola. Esto no es una taberna tradicional. Tiene aire de pub chic nocturno (y me imagino que por la noche te podrás tomar tu copa) con su iluminación tenue y los colores oscuros que predominan. Bastantes expositores de algunas bebidas alcohólicas y unos sillones dentro que tienen pinta de ser muy cómodos. Yo me senté fuera.
La comida es lo que a mi parecer se lleva la palma aquí. Tuve ocasión de probar mucha variedad, y todo estaba excelente. Cuidan mucho el detalle. Por ejemplo, en el sashimi de atún, no solo estaba bueno el atún. sino que el aceite con el que riegan el lecho del plato es excelente. También probé almejas, carne, jamón, revuelto de huevo con chipirones en su tinta y carne. No me voy a parar en cada plato porque todos se resumen en lo mismo: espectaculares. Sin olvidar el vino, que aquí ya entra en juego la variedad que tengan y las preferencias personales, pero el que probé yo estaba excelente.
No te llenes la tripa demasiado pronto y dale una oportunidad a los postres. La bomba de chocolate en particular es muy recomendable (o volcán de chocolate, ya no recuerdo bien de cómo se llamaba).

El mejor sitio de dos hermanas! Tiene una cocina sorprendente! Una cocina muy elaborada de sabores exquisitos! Yo no me canso de ir… es cierto que no es barato! Pero lo bueno se paga, y hay días que merecen una visita de tanta calidad!!! Ni que decir de los copazos que preparan… deliciosos si os apetece tomar una copa digestiva! Deja que te sorprendan!

La fama que precede a este restaurante está más que justificada. Pocas veces había comido cosas tan ricas, con texturas y sabores tan especiales, en un entorno bonito y, eso no lo pone el local pero lo digo yo, una compañía tan maravillosa como la del almuerzo de ayer.
Conocía Los Baltazares de oídas, convirtiéndose con el tiempo en uno de esos eternos pendientes de ir a probar que no terminas de conocer porque, al menos en mi caso, Dos Hermanas no es precisamente un sitio de paso habitual.
Todo lo que probamos estaba absolutamente delicioso. Comenzamos con unos cócteles para abrir boca que estaban estupendos. Nuestro anfitrión decidió tomar las riendas de la carta y pidió un «sashimi» de atún que no era tal, sino unos daditos de atún maridados con aceite de oliva, un chorreón de vinagre y sal en escamas: impresionante es poco.
Continuamos con uno de los mejores platos de jamón que he tomado últimamente, acompañado de un centro de salchichón riquísimo. Pedimos también alcachofas con una especie de salsa marinera que incluso a mí, que no como gambas ni alcachofas, me hicieron mojar pan en la salsa como si no hubiera mañana, devorando la alcachofa que me correspondía como si fuera la primera vez. Que, de hecho, podría considerarse así.
Terminamos con unas almejas marineras porque no quedaban coquinas. Otro exitazo porque estaban de rechupete. Tuvieron que traernos pan extra porque no parábamos de mojar en todos los platos que venían. Se iban secos… el camarero al verlo venía a preguntar por el tiempo, porque era evidente que la comida está de rechupete.
Para terminar, cafelito Nespresso y me quedé con las ganas del correspondiente gintonic que, por lo visto, es otra de las especialidades de la casa…
Una excusa tan buena como cualquier otra para volver, ¿no? :)

Sitio obligado para los que paséis por Dos Hermanas o alrededores.
Te suelen recibir con un cocktail que va variando según época.
El jamón es de los mejores que he comido, parmesano, fuet espectacular.
Tiene para comer en barra o sentado.
No dejéis de probar la carne a la piedra.
Y lo mejor la atención que tienen.

Seguramente el mejor restaurante de la ciudad. Barato no es