Sé que quizá merezco un castigo contundente tras lo que voy a decir; no entiendo absolutamente nada de vinos. Podéis imponerme el castigo que gustéis, pero agradecería si es rápido y con el menor daño posible. ¿Y qué hago reseñando una bodega??? Pensaréis, y con razón. ¡Pues os lo voy a contar! Esta reseña está enfocada prácticamente en su totalidad en la experiencia vivida durante la visita a sus bodegas; así que dedico este párrafo en exclusiva a su producto más conocido: el cava, que en Valencia al menos es bastante conocido –hasta yo, que apenas conozco del tema, conozco la marca Torreoria; D.O. Utiel-Requena-, sobre todo por su relación calidad-precio ya que la variedad insignia de la casa: cava Brut Nature Torreoria, te la puedes llevar a casa por tan sólo 14 €. En muchos de los restaurantes de Requena puedes encontrar vinos más corrientes de Torreoria para el menú, es bastante frecuente. La visita a las bodegas es bastante barata en comparación con las del resto de bodegas tanto de Derramador, como de Requena. Eso sí, las opciones de entrada + copa de cava o vino ya no salen tan a cuenta; por poco más de lo que pagas por una copa te llevas una botella a casa. Como táctica de venta no le veo mucho sentido, porque te das cuenta rápidamente, pero allá cada cual y sus precios… Fue la primera empresa valenciana de cava, y sólo por eso ya merece la pena oír de boca del guía toda la historia de la empresa y de la construcción del edificio; principalmente de la parte antigua, claro. Aunque en realidad el edificio no se levantó para formar una empresa de cava, pero esa bonita historia tendrás que aprenderla en una visita –¡sálveme del intrusismo laboral! La parte principal de la bodega está construida bajo tierra; según nos explicó el guíà la temperatura ideal para que fermente en las barricas es de 12ºC, pero en un rango entre 10ºC y 15ºC entra dentro de lo óptimo; mientras que en otras bodegas logran tener estas temperaturas mediante aparatos electrónicos, en este caso al estar en un sótano es la propia tierra la que de forma natural les brinda una temperatura óptima, lo cual además de interesante es muy ecológico. ¡Minipunto para ellos! Ya que hay un montón de rincones bonitos a los que poder fotografiar durante la visita, y como se accede a la tienda a través de la construcción moderna, y de ahí al patio interior y a la parte antigua para hacer la visita sin salir al exterior, no os olvidéis de dar la vuelta al edificio moderno una vez concluya la visita; accederéis a un pequeño jardín con más herramientas antiguas que fotografiar y, sobre todo, a la parte que daba acceso a la entrada señorial, con una preciosa fachada super fotogénica, que seguro que más de uno que acuda mediante excursión programada no se da cuenta y se marcha sin hacer. ¡No permitáis que os llamen domingueros y haced la foto!