La Gran Muralla

En mi círculo de amigos, la opinión promedio sobre los restaurantes de comida china es mala. Pienso que es porque lo que ha probado la mayoría de la gente (y eso si es que lo han probado) son lo que yo llamo los «McDonald´s de los chinos». Es decir, sitios de dudosa calidad donde vas a pedir tu menú, lo pagas baratito y te lo llevas a casa, haciendo chistes sobre si estará bueno el gato que te han puesto. Pero la Gran Muralla es otra liga.
En primer lugar, no esconden nada. La carta está visible fuera, en la puerta. Si te convence, entras, si no, pruebas suerte en cualquier otro lugar. Cuando yo pasé esta barrera y entré, me encontré con una decoración muy cuidada. Un espacio de tonos oscuros con relieves dorados que, combinado con numerosos espejos, a mí me daba una sensación de seriedad, buen gusto e incluso higiene. El restaurante es bastante espacioso, creo que no es necesaria la reserva a no ser que se vaya en grupos grandes. También tengo que decir que daba gusto ir al baño, muy limpio.
Pedí lo que creo que piden casi todos los primerizos: un menú para dos con lo más típico y básico: dos rollitos de primavera, una ensalada Gran Muralla, arroz frito con tres delicias, pollo con almendras y ternera a la pimienta negra. Con su bebida y su postre por persona. Respecto al menú, lo primero que tengo que decir es que comen perfectamente 4 personas «normales», aquí ya entra la definición de normal en la subjetividad de cada uno. Yo personalmente me desmoralicé cuando vi las cantidades que nos traían, lo que me impidió psicológicamente disfrutar al 100% de la comida y, de hecho, sobró bastante. No se volverá a repetir, ya sé cómo son los platos y disfrutaré más.
Mi sorpresa fue la ensalada. Tenía lechuga y las verduras típicas, unas nueces que le daban un toque genial y una salsa que no logré identificar, con sus trocitos de un queso buenísimo. Muy bueno. Los rollitos y el arroz, simplemente correctos (los rollitos muy grandes, sin embargo el arroz es lo que mejor «entraba»). Para cuando llegó el pollo y la ternera, ya comía con dificultad, pero pude apreciar que estaban riquísimos, con sabores muy suaves. Para cuando tocaba el postre, ya me encontraba totalmente derrotado por los deliciosos platos, así que pedí simplemente un café y dos tallas más de pantalones, aunque había postres ricos que me quedé con las ganas de probar.
Todos los platos los sirvieron muy rápido, demasiado, supongo que porque mucha gente pedirá el menú e incluso los mismos platos fuera del menú, así que los tienen preparados para servir. El trato del personal, bueno, teniendo en cuenta la capacidad comunicativa del personal chino (aunque había al menos un camarero español), y el precio, más que aceptable (19 €).
En mi caso, hay que repetir en la Gran Muralla.

La Gran Muralla la conozco desde hace uhmmm diez años, siempre lo he llamado el chino de Colón.
Para mí, hasta no hace mucho este chino era uno más, dentro de la escasa oferta que ofrece Córdoba, pero desde que le han dado la vuelta al negocio ha mejorado notablemente.
No sólo la decoración, menaje y demás, también la atención por parte de los camareros (que supongo que ahora están más contentos porque va mas gente y todo es agradable), y por supuesto la carta, más platos, algunos fuera de los típicos y mucho mejor presentados.
Antes decía al chino… y ahora especifico al chino pero al de Colón! me gusta infinitamente más!

This is a very large restaurant, and the staff are very very helpful and accommodating. Most restaurants in Spain do not begin serving till 8.30pm for dinner, but when we arrived in Cordoba and were desperately looking for a place for an early meal our hotel recommended this place to us. It was absolutely worth the effort, the food was excellent and we were more than satisfied. We do strongly recommend their empanadas for a starter.